José Luis Gutiérrez falleció ayer en su domicilio madrileño. El que fuese director de Diario 16 y miembro de una generación de periodistas que protagonizó la Transición y los primeros años de la democracia, nos ha dejado a los 69 años de edad. El periodista leonés, conocido entre sus amigos cariñosamente como El Guti, contaba con una dilata experiencia profesional que le había hecho merecedor de diversos galardones, como el Premio Luca de Tena, que concede ABC, el Premio León Felipe o el Premio Internacional de Periodismo Sebetia-Ter. Actualmente era columnista del diario El Mundo.
Su devoción por el periodismo y la lectura le llevaron a refundar en 1998 la revista Leer, después de que ésta dejara de publicarse. En la actualidad era editor y director. En diciembre de 1998 la publicación recibió el Premio Nacional de Fomento de la Lectura, que concede el Ministerio de Cultura, por contribuir «a informar con rigor y exhaustividad sobre el mundo literario con una especial atención a los nuevos autores sin olvidar a los clásicos».
Pero si por algo debemos recordar a este periodista de batalla es por su defensa de la libertad de expresión. En junio de 2010 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo amparó a Gutiérrez frente a las condenas del Supremo y de otras instancias españolas inferiores que habían castigado al periodista por un artículo de Diario 16, publicado en 1995 y que llevaba por título en portada «Una empresa familiar de Hassan II, implicada en el narcotráfico». Finalizaba así la pesadilla del conocido como «Caso Hassan II» en el que se descubrió que un camión de una empresa de la familia real marroquí transportaba droga.
Pese a ser hombre de izquierdas, se encandalizó con los abusos felipistas y los crímenes de los GAL. Contar todos sus logros y éxitos profesionales no tendrían cabida en esta entrada. Solo nos queda decir que hemos perdido a un compañero de oficio para quien, en palabras de su buen amigo, Luis Eduardo Aute, la vida consistía en «verla pasar como una estrella fugaz, pero habiendo cogido antes al diablo por el rabo».