Uno de los datos más positivos del último Informe Anual de la Profesión Periodística, que promueve la APM, es, sin duda, el nuevo descenso registrado en la cifra de parados en las oficinas de empleo, que solicitan trabajo como periodistas en primer lugar.
Entre septiembre de 2021 y de 2022, esa cifra se redujo un 17% hasta los 6.098 periodistas. De ellos, según la información facilitada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social para este Informe, el 62% fueron mujeres y el 38%, hombres. Se trata de un reparto muy parecido al que se viene dando desde hace años.
Debe hacerse notar que para encontrar una cifra de paro similar hay que remontarse a algún momento entre 2008 y 2009 cuando comenzaron a notarse los efectos de la crisis económica, que se desató con el estallido de la burbuja inmobiliaria.
También, como es habitual, más del 56% de ese paro registrado se concentra en tres comunidades autónomas -Madrid, Andalucía y Cataluña- y que en la primera de ellas es donde más se ha reducido la cifra de parados, prácticamente un 30%. Se trata, en cualquier caso, de cifras de paro mínimas y el paro real es superior.
Y ello, por varios motivos. En primer lugar, porque para ser considerado parado hay que haber estado dado de alta en la Seguridad Social y, por lo tanto, no se incluyen los periodistas recién graduados que aún no han tenido su primer trabajo.
Además, se tienen en cuenta solo los parados que solicitan trabajo como periodistas en primer lugar de las seis opciones posibles, y puede haber profesionales que se decanten por otras opciones si piensan que tienen mayores oportunidades. Y, finalmente, hay periodistas en paro que no acuden a las oficinas de empleo, porque, por ejemplo, prefieren buscar trabajo por otras vías como los contactos personales.
Si en vez de la cifra de paro registrado se toma la de demandantes de empleo, donde sí se tienen en cuenta los recién graduados, pero también los de profesionales que buscan trabajo, aunque ya estén empleados, se observan unos datos superiores, si bien la tendencia es asimismo descendente.
Otra visión del mercado de trabajo la aporta el volumen de las plantillas de los medios, si bien en este caso no se distinguen por tipos de trabajo, es decir, se incluyen periodistas, pero también administrativos, comerciales y el resto de los profesionales que trabajan en las compañías de medios.
Como se trata de un dato que se recoge en las cuentas anuales, los últimos datos van referidos a 2020, último ejercicio del que se dispone de cuentas anuales completas. En los datos lo que se observa es una gran estabilidad en el último lustro, con una plantilla que ha oscilado entre los 27.200 y los 29.200 trabajadores. En 2020 se produjo una caída del 2%.
Los problemas del mercado de trabajo periodístico no se ciñen exclusivamente a la falta de puestos de trabajo, sino que este va acompañado de unas deficientes condiciones laborales que se concretan, entre otros aspectos, en los prolongados horarios de trabajo y las bajas retribuciones.
A los que cabría añadir, en el caso de las mujeres, la existencia de un techo de cristal, que dificulta las carreras profesionales. Por lo que se refiere a los horarios de trabajo, el 61% de los contratados por medios y el 56% de quienes trabajan en departamentos de comunicación trabajan más de 40 horas semanales -límite legal establecido en el Estatuto de los Trabajadores-, y de ellos, el 23 y el 21%, más de 45 horas. Y se trata de unos horarios habituales en la profesión desde hace años.
En el caso de los niveles salariales, en 2022 se ha experimentado una ligera mejoría en el caso de los contratados, que se refleja en que los porcentajes de periodistas y comunicadores que percibían menos de 1.500 euros mensuales se han reducido, al tiempo que aumentaban los que percibían salarios superiores.
Hay que señalar, de todas formas, que casi un tercio de los contratados por medios ingresaban menos de esos 1.500 euros. Los autónomos, por su parte, también han experimentado una mejoría similar, aunque, en este caso, los porcentajes de profesionales que ingresan menos son mucho mayores: la mitad de los periodistas freelances y el 38% de los comunicadores ingresan menos de 1.500 euros mensuales.