La razón no es otra que el currículo en el que trabaja el Ministerio de Educación no contempla la impartición de nociones básicas sobre informática hasta muy avanzada la educación preuniversitaria. Y sin conocimientos sobre esta materia, malo está el cuento para una generación que habrá de entrar de cabeza en un mundo profesional cada vez más digitalizado, el cual requiere, requerirá cada vez más, saber qué hacer con herramientas que serán de uso común y diario.

La Sociedad Científica Informática de España (SCIE), el Consejo de Colegios de Ingenieros Técnicos en Informática (CONCITI), el Consejo de Colegios de Ingenieros en Informática (CCII), las Asociaciones de Profesores de Informática de Andalucía y de la Comunidad Valenciana, AAPRI y APICV, la Reunión de Estudiantes en Ingenierías Técnicas y Superiores en Informática RITSI y la Conferencia de Decanos y Directores de Ingeniería Informática (CODDII), entre otras asociaciones y entidades, están promoviendo acciones comunes para generar conciencia sobre el problema y tratar de que se corrija, en lo posible, esta decisión.

En un manifiesto, que circula desde antes de finalizar 2021, lamentan que la última reforma educativa (LOMLOE), más conocida en su día por la Ley Celaá, en honor a su promotora, cesada al poco de entrar en vigor la normativa, haya eliminado del Bachillerato y, en general, del currículo preuniversitario, las materias relacionadas con Informática (antiguas TIC -tecnologías de la información y las comunicaciones-). “Entre las 42 materias incorporadas para todas las modalidades, no hay lugar para la informática”, deplora el comunicado.

Las entidades que promueven este manifiesto expresan su “sorpresa y rechazo por la marginación en que queda la informática en la LOMLOE”. En su opinión, reza el manifiesto, “la permeabilidad actual de la informática en todos los ámbitos sociales y profesionales no puede ser limitada a una formación puramente instrumental del manejo de ordenadores, dispositivos móviles y software (competencia digital), sin proporcionar ninguna educación en los principios científicos y tecnológicos de esta disciplina”.

Porque recuerdan quienes demandan una vuelta atrás en esta aparente retirada de una formación tan esencial, que el objetivo de mantener la enseñanza de materias vinculadas con la informática en el ámbito preuniversitario “es formar a las próximas generaciones en los fundamentos de la sociedad digital junto a la generación de nuevas vocaciones, en especial entre las mujeres jóvenes, para vencer estereotipos e incidir en la brecha de género, un pujante sector profesional que sin embargo atrae tan solo a un 14% de mujeres jóvenes a carreras de este campo, vinculadas con la ingeniería informática o profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)”.

El Consejo de Colegios de Ingenieros en Informática apunta a la necesidad de que los ciudadanos del futuro conozcan la disciplina informática para manejarse en una sociedad cada vez más digital en todos los sentidos. “La educación en informática es fundamental para formar a los ciudadanos del mañana, no sólo por el impacto del pensamiento computacional y las competencias digitales en la empleabilidad sino en la vida diaria, al estar inmersos en un proceso de transición digital acelerada”.    

Así las cosas.