Las cifras auguran un futuro promisorio para la “programación sin código”, “low-code” o “no-code”, cuyo valor es cada vez más apreciado por las empresas para soluciones totales o parciales.
Con la expansión de la digitalización en las organizaciones, aumenta la necesidad de encontrar soluciones más rápidas a problemas y el “low-code” se postula como un candidato ideal para ayudar.
Una “estimación de una consultora indica que el tamaño del mercado global de plataformas de desarrollo de código bajo fue de U$S 5500 millones en 2021; y se espera que se expanda a una tasa de crecimiento anual compuesto de alrededor del 23% entre 2022 y 2030”, detalla Baufest.
De igual forma, la plataforma Liberafy cita datos de la consultora Gartner, según la cual, “para 2024, el desarrollo de aplicaciones low-code será responsable de más del 65% de la actividad de desarrollo de aplicaciones y el 75% de las grandes organizaciones utilizarán ya alguna herramienta low-code”.
Para Baufest, “el low code se ganará un lugar al simplificar el desarrollo y permitir lanzar funcionalidades para los clientes de manera más rápida”.
Disponer de una aplicación, programa o web sin saber programar -aunque sus prestaciones no sean tan amplias como algo construido desde cero- puede ser una ventaja competitiva para una empresa que arranca e, incluso, para las que están ya establecidas.
“Hay que considerar que en muchas empresas los equipos de desarrollo están sobrepasados y tienen que priorizar su trabajo, centrándose en los sistemas comerciales críticos y las herramientas necesarias para trabajar con ellos. Y dado que la escasez de desarrolladores no se resolverá en el corto plazo, las herramientas de bajo código pueden ayudar a las áreas de TI para destrabar algunos proyectos y permitir que los programadores profesionales se enfoquen en tareas más críticas y puedan hacer un uso más eficiente de su tiempo, por ejemplo, que no tengan que efectuar configuraciones y escribir código repetitivo”, añade Baufest.
Mientras que para Liberafy, hay cuatro ventajas competitivas del low-code como son la reducción de los tiempos de desarrollo; el permitir tener a los equipos de TI centrados en lo importante; brindar una mayor capacidad de respuesta ante el cambio; y la optimización de la experiencia del cliente, pues la tecnología low-code puede ser un complemento esencial para mejorar proceso en corto tiempo.
“Al sumar las plataformas low code al desarrollo profesional basado en metodologías ágiles se puede responder de manera más veloz a los requerimientos de las organizaciones, que hoy necesitan lanzar servicios novedosos e innovar a través de herramientas de software”, concluye Baufest.