¿Conoces el suelo radiante frío? Es un sistema que aporta calor en invierno y frío en la época estival.

¿Cómo funciona el suelo radiante refrescante?

La climatización radiante suele asociarse a un gran número de ventajas (eficiencia, alimentación fácil por fuentes de energía renovable, menor potencia requerida para climatizar, etc.). El principio básico del funcionamiento del suelo radiante frío es igual al modo de invierno, es decir, en calefacción. La única diferencia es que los equipos de suelo radiante frío hacen circular agua fría por sus circuitos para enfriar la superficie. De esta forma, el suelo se refrigera a una temperatura inferior a la temperatura ambiente del espacio a climatizar y emana frío.

Además, este tipo de instalaciones son perfectamente compatibles con múltiples tipos de superficie (parqué, cerámica, mármol, etc.). Aunque siempre deben evitarse aquellos materiales que sean buenos aislantes térmicos. El motivo es muy sencillo: el suelo radiante está instalado dentro del hormigón del suelo; si encima ponemos un aislante le costará más salir y realizar su función. Tanto sea para dar calor como para dar frío.

¿Cómo funciona el sistema completo?

Para funcionar como suelo radiante refrescante hay que tener en cuenta que al refrescar el suelo y por tanto la estancia, aumenta la humedad relativa, y por encima de unos limites no es confortable. Por eso es aconsejable controlar el grado de humedad relativa para que no supere el 75% HR como máximo. El sistema tendrá que estar en posición verano, y los termostatos funcionarán con las consignas de confort programados. Para que este modo de funcionamiento sea efectivo, los ciclos de trabajo tienen que ser largos. De tal modo que el edificio se mantenga fresco, y así aprovechar la inercia del edificio. No es posible refrescar la vivienda con ciclos cortos de tiempo como si fuera aire acondicionado.

Cuando uno o varios termostatos demandan enfriamiento, la bomba de calor comienza a enfriar agua en el depósito de inercia a una temperatura que determina la máquina. Lo hace en función de la temperatura exterior y una curva de trabajo configurada por el usuario. A su vez, acciona la bomba de circulación hacia el suelo radiante y las válvulas de dos vías correspondientes a los circuitos del suelo radiante que se observan en el dibujo. De esta manera, el agua fría circula por los circuitos de suelo radiante correspondientes.

¿Con cuánto rendimiento térmico cuenta el suelo radiante frío?

Cada instalación de calefacción por suelo es potencialmente una instalación de refrigeración. Sin embargo, es importante valorar con atención los parámetros técnicos que diferencian la vivienda a climatizar del suelo radiante. De hecho, en este sistema el suelo es el elemento que intercambia calor y frío con el ambiente y con las personas, por lo tanto, según la composición y las características del revestimiento (madera o cerámica), se obtendrán resultados térmicos diferentes.

Para hacer una comparativa del comportamiento de los diferentes tipos de suelos, se mide el calor sensible (calor seco) absorbido por un suelo radiante con diferentes medidas de separación entre pasos de tubería. No debemos olvidar que el sistema de refrigeración por suelo tiene que ser integrado con un oportuno sistema de deshumidificación del aire.

¿Qué beneficios tiene contar con un suelo radiante frío?

  1. Comodidad en verano y en invierno: al poder funcionar tanto en frío como en calor. No necesitamos de dos tipos diferentes de instalación.
  2. Funcionamiento silencioso: son una alternativa silenciosa que favorece un reparto uniforme del frío. Los equipos que se suelen utilizar para la generación de agua fría son bombas de calor, que cada día son más silenciosas.
  3. Ausencia de corrientes de aire: al ser una climatización por superficie radiante se evitan las corrientes de aire frío. Así, los usuarios no se ven expuestos de forma directa a ellas. Además, al eliminarse el movimiento de aire se evita también el desplazamiento de polvo u otros alérgenos.
  4. Ahorro energético: es una fuente de refrigeración de bajo consumo. Al demandar una menor potencia que otros sistemas para refrigerar, se considera que contribuye al ahorro energético de la instalación. Son compatibles con fuentes de energía muy eficientes como la aerotermia.
  5. Más higiene y salud: los sistemas radiantes no utilizan corrientes de aire, por lo que no mueven polvo, ni lo inyectan desde equipos exteriores, por lo que se favorece la higiene, y la prevención o no perjuicio por alergias.
  6. Libertad de decoración: muchos la definen como “invisible”. Todos los circuitos se hayan debajo de la superficie, por lo que la estética de la instalación no se ve afectada en absoluto.
  7. Los costes de mantenimiento suelen reducidos: para un sistema por refrescamiento radiante, se necesitan equipos capaces de generar frío. Estos son casi exclusivamente las bombas de calor. Sistemas que al no ser sistemas que utilicen combustibles fósiles apenas necesitan revisiones. Además, la ley no obliga a realizar inspecciones periódicas, y el mantenimiento en general es mucho menor.