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Sistemas híbridos: tecnología y opciones

¿Qué es un sistema híbrido?

 Los sistemas híbridos son aquellos que nos permiten combinar dispositivos de calefacción tradicionales, que usan combustibles fósiles, con dispositivos de energía renovable. ¿Qué significa esto? Pues que es posible aprovechar una instalación de un sistema tradicional como una caldera y añadirle un sistema de energía renovable. Toda una ventaja que nos permite ahorrar en energía y reducir el gasto medio de calefacción y agua caliente sanitaria. Además, es un tipo de sistema que no sólo aporta beneficios en el ahorro económico y energético, sino también que ofrecen un alto rendimiento.

Beneficios de un sistema de calefacción híbrido

1.     Ahorro considerable de energía, ya que sólo consume 1 kW por 4 kW de energía calorífica producida.
2.     Regulación inteligente integrada que permite un mejor control de diferentes aspectos: precio, electricidad, consume.
3.     Mayor confort en comparación a otros sistemas de calefacción tradicional.
4.     Instalación rápida y reducido impacto en la vivienda.
5.     Rápida amortización de la inversión inicial (50% en un año) y ahorro de hasta un 65% en la factura anual.
6.     Disminuye la emisión de gases contaminantes y emisiones de CO2.
7.     Permite cubrir alrededor del 90% de las necesidades de calefacción y ACS en casa.

¿Cómo es el funcionamiento de un sistema híbrido de calefacción?

Es mucho más sencillo de lo que parece, ya que ambos sistemas están preparados para que puedan impulsar el calor hacía el emisor térmico del cual están compuesto cada uno. Está función la llevan a cabo de manera alternativa y siempre dependiendo d e la temperatura exterior que hayamos seleccionado anteriormente. El punto de unión de ambos sistemas de calefacción se da en el llamado punto de temperatura bivalente. Un punto que según la tecnología del propio dispositivo puede quedar también preestablecida. Liberándonos de tener que realizar un control más exhaustivo de su funcionamiento.

Energía solar como sistema híbrido: ¿lo conoces?

 Dentro de los sistemas híbridos podemos encontrar en el sector de la energía solar la tecnología híbrida con los paneles solares híbridos. La idea de unir ambas tecnologías y de dar forma a un único sistema que permita aprovechar la energía fotovoltaica y la térmica y con el objetivo de intentar solucionar el problema que presentaban las placas solares fotovoltaicas con el aumento de la temperatura. ¿Qué quiere decir esto? El rendimiento de las células fotovoltaicas que se comercializan en la actualidad está comprendido entre un 15% y un 25%, es decir, que sólo una pequeña parte de la energía lumínica se aprovecha realmente en forma de energía eléctrica. Este rendimiento es menor cuanto más alta es la temperatura.  El aumento de temperatura en las células supone un incremento en la corriente, pero al mismo tiempo una disminución mucho mayor, en proporción, de la tensión

Con el diseño, de las placas solares híbridas se pretendía conseguir un incremento notable en la eficiencia de los paneles solares. Previniendo que sería superior al 15% sobre la potencia de pico suministrada por el panel FV (fotovoltaico) normal. Este incremento de potencia es muy significativo, ya que la eficiencia conseguida en los paneles, como ya indicamos anteriormente, está situada entre el 15% y el 25%.

Por otra parte, actualmente para instalar energía solar fotovoltaica y térmica antes de la producción y comercialización de los paneles solares híbridos, requería de dos instalaciones completamente independientes en el lugar de captación que habitualmente es la cubierta de los edificios. Esto implica tener que disponer de una mayor superficie para realizar ambas instalaciones. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDEA) calcula que para una vivienda de cuatro personas, 100 m2, hacen falta uno o dos metros cuadrados de paneles, dependiendo de la zona en la que este ubicada la vivienda.

¿Y cómo es su funcionamiento?

Existen dos tipos de tecnologías:

Función fotovoltaica-agua caliente

El funcionamiento por separado de los dos tipos es ya conocido. En los paneles térmicos, el sol incide en la superficie del panel, y el agua que circula por el interior es calentada por transferencia de calor. En los paneles fotovoltaicos, el sol incide sobre unas células que transforman la energía solar en electricidad, estas células son normalmente de silicio y hay de dos tipos: Monocristalinas y policristalinas. Los paneles fotovoltaicos convencionales, tan sólo aprovechan el 15% de toda la irradiación solar que reciben, un 5% es reflejado y el 80% restante se pierde en la cara frontal y posterior del panel. La peculiaridad de un panel híbrido es que aprovecha parte de la pérdida de calor de la cara posterior, alrededor de un 40%.

Estas placas están compuestas desde la parte superior a la posterior por:

  • Un vidrio solar que hace la función de protección. Un conjunto de celdas fotovoltaicas de silicio, que son las encargadas de transformar la luz del sol en electricidad.
  • Una pasta térmica, que hace las veces de unión entre la parte fotovoltaica y la térmica.
  • Una pletina de cobre como base recolectora del calor, y detrás de esta un serpentín de cobre, por el que circulara el fluido caloportador (glicol), como soporte para el serpentín suele ir otra pletina de cobre, y debajo un aislante, que ayudará a mantener el calor dentro de la estructura y de esta forma que se aproveche al máximo para calentar el fluido.
  • Todo ello está contenido en una carcasa que generalmente es de aluminio, a que hace la función de protección de todo el conjunto y de consolidación para que cada componente este fijo y se eviten roturas.

Función aero-fotovoltaica

Este tipo de placas solares híbridas buscan otro objetivo, aunque similar en su meta, es decir por una parte generar electricidad, igual que los anteriores, pero en su segunda función busca el objetivo de climatizar la vivienda a través de una corriente de aire. Es decir, ayuda a refrescar el panel en su parte interior y al mismo tiempo esta corriente de aire captura el calor que hay en el interior de la placa y es impulsado al interior de la vivienda, pasando a través de unos filtros de partículas. Todo ello, para así, asegurar que el aire entra en la vivienda limpio, sin polvo ni polen, y además calentado. Para regular la temperatura de este aire, y que el confort sea máximo, un dispositivo en el interior de la vivienda, combina parte de este aire, calentado dentro de las placas solares, con parte de aire interior de la vivienda o incluso del exterior directamente. La idea es conseguir que el aire que se distribuye en las diferentes estancias este a la temperatura deseada.

                  Función aero-fotovoltaica Rvolt de SISTOVI 

¿Qué otras opciones existen como sistemas híbridos?

1. Bomba de calor – suelo radiante

Se presenta como una combinación que es muy respetuosa con el medio ambiente y con la que es posible alcanzar una eficiencia energética realmente grande. Los expertos en calefacción aseguran que, al tener instalada una bomba de calor con un suelo radiante, se logra una distribución muy uniforme del calor o climatización en las habitaciones o estancias por las cuales esta compuesta la vivienda o establecimiento.

Es posible la reducción de zonas frías o calientes, ya que no sólo elimina las corrientes de aire que originan otros sistemas, sino que, además no remueve polvo. Una ventaja que beneficia a personas que sufran problemas de salud, como asma o alergias. Además, este tipo de sistema híbrido evita cualquier problema de espacio y favorece la decoración en casa. En lo referente a la eficiencia, es un sistema que nos abastece de temperaturas inferiores en calefacción y superiores en refrescamiento. Reduciendo de manera considerable el coste energético y proporcionando altos niveles de confort en la vivienda.

2. Caldera híbrida

Una combinación bastante particular ya que funciona con combustible y energía solar. La caldera híbrida logra calentar el agua sanitaria (ACS) con la fuerza de la energía solar. Si se diera el caso de que no hubiera más energía solar disponible o se necesitase, a su vez, abastecer a la vivienda de calefacción, la demanda se lleva a acabo a través del combustible de la caldera. Una buena solución que no sólo nos permite ahorrar espacio en la vivienda, sino que nos evita contar con dos aparatos (solar y caldera) con sus respectivas instalaciones y conexiones.

Caldera de condensación y radiadores

Decidirse por una combinación de caldera de condensación con radiadores es una opción muy positiva. La caldera de condensación al ser un generador de calor muy versátil y eficaz, en comparación con el resto de calderas consigue generar calor de manera rápida y eficiente. Es un tipo de dispositivo que además se puede combinar muy bien con un sistema híbrido. Una combinación que junto con los emisores térmicos ofrece a la vivienda un gran rendimiento energético y ahorro. Por regla general, la caldera de condensación se puede también combinar con suelo o techo radiante. Un mix que nos aporta en la vivienda de un elevado confort.

Cómo podemos ver los beneficios de contar con un sistema híbrido en casa son bastantes. Un mercado que todavía se encuentra en España en el punto de partida pero en el que se puede augurar un buen futuro. El clima altamente favorable en nuestro país para el abastecimiento de energía a través de las renovables y los objetivos europeos de eficiencia energética, así lo acreditan.

¿Qué es el District Heating?: orígenes y funcionamiento

La Calefacción Urbana, o District Heating en inglés, no es muy conocida por muchos de nosotros, pero todos hemos visto las típicas películas ambientadas en Nueva York, donde en invierno vemos salir una niebla de algunas alcantarillas o salidas de túneles debajo de las calles. Eso es una calefacción urbana, que significa, un sistema de suministro de agua caliente sanitaria y calefacción (y en algunos casos también refrigeración), en la cual el calor o energía térmica es producido en una central (como una gran fabrica de calor) y se distribuye por una red de tuberías urbana, del mismo modo en que se hace con el resto de servicios que utilizamos en nuestras viviendas, es decir, el gas, el agua, la electricidad o las telecomunicaciones.

Lo que distingue esta red de las calefacciones centrales de muchos edificio es que sirve a un grupo de edificios que puede ser más o menos grande y sus conducciones discurren bajo el pavimento de las calles o de las zonas comunes del barrio. La extensión de la red puede ser pequeña, para un grupo de casas, mediana o grande, abarcando toda una población, áreas metropolitanas completas, e incluso explotaciones ganaderas grandes.

Orígenes del District Heating

La primera vez que se utilizó un sistema básico de calefacción urbana fue en la época romana, donde construyeron entre los siglos IV y II A.C. sus baños públicos en los cuales utilizaban agua y aire caliente calentados en “salas de calderas” externas, y el agua caliente circulaba por los canales abiertos hasta llegar a los edificios donde se aprovechaba como aguas termales en los baños. Ya en la Edad Media se construyó un sistema de distribución de agua caliente urbana, construido a base de troncos huecos de madera y que se realizó en el año 1332, en el pueblo de Valois en Chaudes-Aigües, en Francia, el que es el sistema más antiguo todavía en funcionamiento, siendo la primera red de calefacción urbana que abastecía agua caliente a 30 vivienda.

Aunque el término energía renovable aún no se acuñó, esta instalación está formada por tubos de madera y está basada en energía geotérmica, aprovechando las aguas termales que había en la localidad, y puede considerarse la fuente de varias tecnologías modernas para la calefacción urbana y las redes de calefacción. Este pequeño pueblo de Cantal se encuentra en el Macizo Central en el corazón de los volcanes de Auvernia y alberga el manantial termal de Par, el manantial más caliente de Europa con temperaturas entre 80 y 82 ° C. Otra gran ventaja natural de este precursor de la red de calefacción es que el caudal promedio durante la primavera es de 17 m3/h. Estas características fueron beneficiosas tanto para el desarrollo de un sistema de calefacción de distrito como para la naturaleza geológica de la región.

No fue hasta 1818 que se utilizó nuevamente el principio de la energía geotérmica en la región italiana de Volterra. La técnica, conocida como «Logoni techada», fue desarrollada para absorber los vapores de lodo volcánico utilizados para alimentar bombas de agua bóricas. La Academia Naval de EE. UU. En Annapolis inició el servicio de calefacción a vapor de distrito en 1853. Aunque estos y muchos otros sistemas estuvieron en funcionamiento durante siglos, en 1877 el primer sistema de calefacción de distrito comercialmente exitoso fue introducido en Lockport, Nueva York, por el ingeniero hidráulico estadounidense Birdsill Holly, a quien se le atribuyó la fundación de calefacción de distrito moderna. El primer sistema moderno de calefacción geotérmica de distrito se desarrolló en 1930 en Reykjavik.

Tras la segunda Guerra Mundial y debido sobre todo a la expansión de otras fuentes de energía más baratas, principalmente los derivados del petróleo, este sistema se dejo un poco de lado. Durante este periodo en Europa las redes de calefacción urbana se siguieron instalando, sobre todo en los países nórdicos debido sobre todo a la escasez de gas natural y electricidad. En los años 70, con la crisis del petróleo las redes urbanas de calefacción volvieron a recuperar la importancia que tenían, sobre todo en Estados Unidos, así como en el norte de Europa, Rusia, Japón, China y Corea. De esta forma el desarrollo de la energía geotérmica fue estimulado por las dos crisis del petróleo en los años setenta. La producción geotérmica global aumentó de 400 W en 1960 a 9800 MW en 2007. Hoy en día, la energía geotérmica es una fuente popular de energía renovable utilizada en lugares como Ginebra y Maisons-Alfort.

Funcionamiento de un sistema District Heating

El sistema District Heating o calefacción urbana consta de los siguientes componentes:

  • La central térmica
  • La red de distribución
  • Las subestaciones de transmisión térmica en los edificios

Central térmica

Las tipologías de la central térmica varían en función de la tecnología utilizada para la generación de calor (o frío en su caso), así como de las fuentes energéticas utilizadas, es decir, el combustible. La central térmica puede funcionar a partir de gas, biomasa u otros combustibles. La planta térmica se suele situar en una construcción exclusiva para su uso, a modo de una fábrica, en la que no se fabrican productos, sino que se calienta agua u otro fluido, que se conducirá hasta los edificios de viviendas para usarlo en las calefacciones, para Agua Caliente Sanitaria, como vapor en algunos negocios como tintorerías, planchado, etc… En esta “fabrica” se ubican todos los elementos y maquinaria necesarios para la generación de calor, así como los grupos de bombeo utilizados para la impulsión del fluido calo-portante hasta los distintos puntos de consumo. Las centrales térmicas funcionan de forma automática, en función de la variación de la demanda, es decir, si aumenta el número de viviendas que enciende su calefacción, es detectado por el sistema de control, basado en controladores digitales situados en la central y en cada una de las subestaciones térmicas de los distintos edificios.

Red de distribución

Una vez generada el agua caliente o el vapor, se procede a su distribución hasta los diferentes edificios por medio de una red de tuberías aisladas térmicamente, que evitan en parte las pérdidas de calor. Esta línea de transporte de calor consta de dos conducciones, una para la ida y otra para el retorno. En el caso de redes de Calefacción y Refrigeración Centralizada (también llamadas District Heating & Cooling) Estas líneas de transporte constan de cuatro conducciones. En las nuevas construcciones urbanísticas, el sistema District Heating reduce el coste de ejecución de la obra, ya que la red de distribución de agua caliente sustituye a la red de distribución de gas y aprovecha las zanjas de la red de abastecimiento de agua. La tubería aislada térmicamente está constituida por un tubo portador fabricado en acero al carbono, un aislamiento térmico de poliuretano y una envolvente exterior de polietileno que la protege de la corrosión. Este sistema de conducción presenta una serie de ventajas frente a las tuberías aisladas en obra por el método tradicional:

  • Se minimizan las pérdidas térmicas.
  • Se agiliza el montaje y se disminuye la mano de obra.
  • Una vida útil más larga y se minimiza el mantenimiento.
  • Existe una gran gama de dimensiones y accesorios para las tuberías, existiendo también tubería rígida y flexible.
  • Fácil detección de fugas en la red, con una precisión de 1 metro.

Subestaciones de transmisión térmica

Desde un punto próximo al edificio se conecta el mencionado edificio con la red de distribución, conectándose a la red en paralelo, de forma que todos los edificios disponen de las mismas condiciones de suministro, es decir, no se pierde calidad o calor por estar más cerca de la “fabrica” de calor (central térmica). Una vez dicho enganche esta en el edificio, se ubica una subestación de transmisión térmica, formada por un sistema de intercambio de calor, sin intercambio de fluido ni de presión, mediante el cual se cede calor a los elementos terminales para el servicio de calefacción y agua caliente sanitaria de las viviendas. Estas subestaciones de cada edificio permiten la combinación con otras fuentes de calor para la aportación a la calefacción y el agua caliente sanitaria, como puede ser la instalación de energía solar térmica del edificio.

La instalación está provista de sistemas individuales de control y medida del consumo, lo cual ofrece tres importantes ventajas:

  • Regulación automática: al funcionar de un modo automatizado, son los consumos de los usuarios los que, mediante la el aumento o disminución del consumo, regulan el funcionamiento de la central térmica. Al igual que un mando termostático que se utiliza en muchas duchas, el regulador mantiene constante la temperatura en la red.
  • Control individual: con programador termostático convencional en cada vivienda, el usuario puede establecer las condiciones de confort en su hogar.
  • Facturación individual: se instalan unos contadores de calor para cada vivienda, y al disponer de estas mediciones de consumos individuales de energía, el sistema permite la facturación individual a los usuarios, facilitando la gestión de la explotación.

Ventajas del District Heating

a. Para la empresa:

  1. Se reduce el coste de ejecución de la obra civil.
  2. Se reduce el coste de ejecución de las instalaciones.
  3. Se disminuye el tiempo de instalación y montaje.
  4. Se posibilita al inversor a convertirse en productor eléctrico y/o proveedor de servicios energéticos.
  5. Permite disponer de más superficie útil en venta, ya que la sala de calderas no está en el edificio.
  6. Ayuda Pública con las acciones divulgativas, mejorando el impacto promocional y mejora la Imagen Corporativa.
  7. Acceder a subvenciones de las Administraciones Públicas cuando se promueven programas de Eficiencia Energética y/o Energías Renovables.
  8. Se contribuye a la Responsabilidad Social.

b. Para el usuario:

  1. Se reducen los ruidos de las instalaciones en los edificios.
  2. Se reduce el coste de explotación y mantenimiento de la instalación.
  3. Los consumidores pueden acceder a mejores tarifas de combustible.
  4. Evitan los problemas asociados al bajo rendimiento en las calderas antiguas.
  5. No se tiene que manipular ni almacenar combustible en el edificio.
  6. Se reducen o se anulan las revisiones periódicas a las instalaciones térmicas.

c. Para el medio ambiente:

  1. Posibilita el uso de biomasa.
  2. Mejora la eficiencia energética de la instalación.
  3. Reduce las emisiones de CO2 y Gases de Efecto Invernadero.
  4. Se posibilita además la cogeneración.
  5. Mejora de la eficiencia energética global.

Casos de District Heating en el mundo y España

El District Heating es una tecnología madura con casi 100 años de antigüedad. La primera instalación de Calefacción Urbana, propiamente dicha, se ejecuta en el año 1877, cuando se instaló el primer sistema comercial de calefacción urbana en Lockport, EEUU. Y continuó en el mismo país en los siguientes años en ciudades como Boston, Denver, y concretamente en 1882, tiene lugar la creación del famoso sistema vapor en Manhattan (Nueva York). Pero volviendo al viejo continente, nos encontramos ya en 1900, cuando el primer sistema es construido en Dresden (Alemania), a esta ciudad le siguieron posteriormente otras ciudades. Hoy en día hay en Europa instalados más de 70.000 km de tuberías en redes de calefacción.

El primer ejemplo lo tenemos en Suecia. El país nórdico fue el primer país en instalar una red de calor alimentada con energía solar en la década de los 70. Hoy en día este país goza de 22 complejos solares de este tipo, pero Dinamarca es el país que dispone de la mayor instalación que alimenta un sistema de calefacción urbana, se trata de la red urbana de la ciudad de Marstal que tiene una superficie de colectores de 18300 m2. También en Dinamarca encontramos la ciudad de Odense. Donde se estableció la primera red de calefacción en 1920, habiendo evolucionado hasta la actualidad, en la que presenta una longitud de conducciones de 1.500 km, con más de 50.000 puntos de consumo y cubriendo el 95% de las necesidades de la ciudad. Pocos años después se realiza una instalación similar en Copenhague, concretamente en 1925.

Otro caso a destacar es el de Berlín, la capital de Alemania, donde su región Oriental dispone de una red de calefacción que comenzó a instalarse en 1960 y actualmente dispone de más de 529 km de conducciones. El tercer ejemplo es el de París, Francia. París posee la red más extensa de Europa para el suministro de calefacción mediante vapor a una temperatura de 280°C. La red tiene una longitud de tuberías de 335 km, dando servicio a más de un millón de habitantes y aprovechando la energía procedente de la incineración de Residuos Sólidos Urbanos. En Arbesthal, Austria, encontramos un cuarto ejemplo. La planta da servicio a 108 viviendas en el centro de la localidad, con una red de 4,5 km de longitud. Los combustibles utilizados son residuos procedentes del cultivo y proceso del girasol. Otro caso en Francia es el de Corte, Isla de Córcega, donde la central de calefacción se alimenta de residuos forestales y ofrece servicio a 14 edificios públicos. En Italia tenemos la instalación de Ferrara, en la Toscana, que cuenta con un sistema de calefacción alimentado por fuentes geotermales que suministra a 12.000 usuarios a través de una red de 12 km de longitud.

Fuente: Base de datos DHC de la Universidad de Halmstad. Ciudades Europeas de más de 5000 habitantes con sistemas de Calefacción Urbana o colectivo.

En estos mapas se pueden observar las ciudades europeas de más de 5.000 habitantes que en el año 2011 tenían algún sistema de calefacción o enfriamiento urbano o colectivo. Cabe destacar que en muchos casos, como son los ejemplos citados anteriormente, no afectan a una ciudad entera, o a un barrio, sino a instalaciones más concretas y localizadas de una empresa o una institución, pero se consideran como sistemas de calefacción urbana pos que afectan a diferentes edificios y tienen la estructura constructiva anteriormente mencionada (central, red de distribución y subestaciones de transmisión térmica)

¿Y en España?

Hablando de nuestro país, nos encontramos con las primeras instalaciones de este tipo, realizadas en la Ciudad Universitaria de Madrid en 1932, seguida por el Instituto de Ciencias de la Construcción, Eduardo Torroja, también en Madrid en 1948. En el año 1952 es la Empresa Nacional Siderúrgica, ENSIDESA en Avilés la que instala un sistema de calefacción urbana para sus instalaciones, y la empresa automovilística SEAT lo hace en sus instalaciones de la Zona Franca para la calefacción del comedor de los empleados en 1954. Y ya en el año 1961 se realiza el anteproyecto de calefacción urbana de Pamplona. Otros ejemplos más recientes los encontramos en Universidad Pública de Navarra (Pamplona) y en los Recintos Feriales de Madrid IFEMA (Madrid) realizadas en el año 1990. La iniciativa se puso en marcha en 1998 con la colaboración del Ayuntamiento, el EREN y el IDAE. La red dispone de dos calderas: una principal de 5.200 kW de potencia y otra auxiliar de 700 kW, ambas alimentadas con biomasa procedente de residuo forestal. La inversión fue realizada por el IDAE con sus propios recursos y se recuperó mediante los ahorros energéticos inducidos.

Fuente: Base de datos DHC de la Universidad de Halmstad. Ciudades Europeas de más de 5000 habitantes con sistemas de Enfriamiento colectivo.

Un ejemplo con Calefacción centralizada por biomasa se desarrolló en Cuéllar provincia de Segovia, en 1999, que abastece un barrio construido en los años setenta que incluye varios bloques de pisos con aproximadamente 1.000 habitantes, un colegio, un polideportivo y un centro cultural. En el presente siglo se ha seguido construyendo instalaciones con esta estructura, siendo ejemplos muy importantes los realizados en el Fórum District Heating y barrio 22@ (Barcelona) en el año 2004, y la Central Térmica construida para la Expo-Zaragoza de 2008, y en el mismo año la Central Térmica realzada para la Ciudad Agroalimentaria de Tudela (Navarra), y como ejemplos más recientes tenemos en 2017 la inauguración del District Heating más grande de España en Móstoles; y en el año 2011, la instalación de la Central Térmica en la Ciudad de la Justicia de Madrid y la Central Térmica Ciudad Medio Ambiente en Soria.

El futuro de la biomasa como fuente de energía

Con el compromiso en materia de cambio climático que la unión Europa alcanzó en 2011, y con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE), y con el nuevo anteproyecto de 2019 en el que el objetivo principal es la reducción de las emisiones de gases de efectos invernadero entre un 80% y 95% entre 2050 – 2100, ha comenzado un proceso de descarbonización energética que ha llevado a las energías renovables, como la biomasa, a ocupar un lugar protagonista de la energía mundial. Una transición que debe ser sólida y flexible, donde es necesario contar con todas las tecnologías y energías disponibles. Ya que se puede poner en riesgo la eficiencia económica y la seguridad de los suministros a nivel mundial.

¿Pero qué papel ocupa la biomasa? La biomasa es la primera fuente de energía que utilizó el ser humano. La madera, residuos agrícolas y el estiércol fueron las primeras y principales fuentes de energía y materia útil hasta que llegó la industrialización y el boom del carbón y el petróleo. Además, ha seguido siendo la fuente de energía principal en países poco industrializados. Suponiendo un tercio del consumo energético en África, Asia y Latinoamérica y aportando energía a una media de 2 000 000 millones de personas.

En lo que respecta a países donde la industrialización ha sido el motor de la economía, la biomasa está adquiriendo mucha fuerza. Este tipo de energía renovable supone ya el 9,2% del total de la energía primaria mundial y un 70, 2% de la energía renovable. En Europa, países como Francia, Suecia y Finlandia se encuentran a la cabeza de su desarrollo. Para hacernos una idea, la cantidad de energías renovables producidas en Europa aumentó alrededor de un 67% entre 2006 y 2016. Además, las energías renovables más usadas en Europa fueron la madera y otros biocombustibles, así como residuos renovables, representando casi el 50% de la producción de energías limpias.  Y es que la biomasa es un tipo de energía que cuenta con muchas ventajas:

  1. Fuente de energía renovable: supone la alternativa más ecológica y económica, debido a que podemos encontrarla en grandes cantidades en la naturaleza.
  2. No contamina y respeta el medio ambiente: su combustión no emite gases tóxicos. Las plantas expulsan el mismo CO2 que habían absorbido previamente, por lo que no aumentan los niveles de las emisiones. Por otra parte, puesto que estos recursos naturales son realmente residuos, estamos dándole un uso a los excedentes generados.
  3. Contribuye a limpiar los bosques: al tratarse de residuos de la naturaleza, la utilización de la energía por biomasa contribuye con la limpieza forestal. Se evitan así los incendios, la erosión y la degradación del suelo. Además, el transporte de este material no supone altos costes.
  4. Económica: la energía por biomasa cuesta entre tres y cuatro veces menos que los combustibles fósiles.

La energía biomasa en España

En lo que respecta a España, la biomasa se está convirtiendo en uno de los recursos renovables con mayor potencial y futuro. Actualmente, el país ocupa el sexto lugar de Europa con 22 centrales termoeléctricas de biomasa y ha cerrado el año con alrededor con un 23% más de instalaciones de calefacción por biomasa, con un crecimiento aproximado de 46 000. Este crecimiento ha sido exponencial desde 2009, según indica el observatorio de biomasa. En lo que respecta al número de nuevas instalaciones en España, Andalucía es la comunidad donde se ha dado el mayor número de instalaciones en 2017 con 11 800, seguida de Castilla y León (6 649), Cataluña (4 222) y Galicia (2 959).

El uso de la biomasa como energía para calefacción

La eficiencia de la energía por biomasa para calefacción es muy alta, además de ser económica y segura. En cuanto al ahorro energético, este puede ascender hasta un 75% con respecto a la calefacción tradicional. La calefacción por biomasa es aquella que utiliza como combustible materia orgánica o combustibles de segunda generación. El funcionamiento de esta es muy parecido al de una caldera tradicional. Además, si queremos mejorar el funcionamiento de la calefacción por biomasa, habrá que instalar un acumulador. Gracias a este, el calor se almacenará como sucede en los sistemas que emplean la energía solar. En lo que respecta a las estufas por biomasa requieren un contenedor que permita acumular combustible cerca de la caldera. Como vemos se trata de un tipo de instalación respetuosa con el medio ambiente que no sólo produce energía a través de diferentes elementos orgánicos: pellet, residuos forestales o cáscaras de frutos entre otros, sino que poco a poco está ganando protagonismo dentro del sector de la energía.