La comunicación, hoy en día, pasa por la conexión a redes de telecomunicaciones. No hay día que no consultemos algo en Internet, ya sea el tiempo que va a hacer o, por supuesto, las redes sociales. Las redes de telecomunicaciones constituyen una parte esencial de la infraestructura global de comunicación en la actualidad. Pero de ellas, poco se conoce, al menos en profundidad. Los usuarios navegan entre redes públicas y privadas sin mucho más conocimiento de que son diferentes. Pero son precisamente muy diferentes, cada una con sus ventajas e inconvenientes.
Por una parte, las redes públicas de telecomunicaciones son sistemas de comunicación ampliamente accesibles y compartidos por múltiples usuarios, incluyendo individuos y organizaciones. Estas redes suelen estar disponibles a través de proveedores de servicios de telecomunicaciones y se extienden por regiones, países o incluso a nivel global. Algunos ejemplos de redes públicas incluyen la red telefónica conmutada (RTC) y la Internet.
Este tipo de red cuenta con una serie de ventajas, como la posibilidad de conseguir una amplia cobertura, lo que permite la comunicación a larga distancia y la conectividad a nivel mundial. Esto las hace ideales para la comunicación internacional y la colaboración global. Asimismo, son fácilmente accesibles para la mayoría de las personas y organizaciones, lo que facilita la comunicación cotidiana y la conectividad generalizada.
Debido a su amplia adopción, las redes públicas suelen ser más económicas para los usuarios individuales y las pequeñas empresas, ya que se benefician de economías de escala.
Ahora bien, las redes públicas tienen algunos inconvenientes. El primero, su seguridad, ya que al ser accesibles para un gran número de usuarios, pueden ser más vulnerables a amenazas de seguridad, como ciberataques y piratería informática.
Además, la información transmitida a través de redes públicas puede estar expuesta a un mayor riesgo de vigilancia y monitoreo, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad.
Por otra parte, las redes privadas de telecomunicaciones son sistemas de comunicación que están restringidos a un grupo específico de usuarios u organizaciones. Estas redes se utilizan comúnmente en empresas, instituciones gubernamentales y organizaciones que requieren un mayor control sobre sus comunicaciones.
Como se trata de algo más restringido, al que acceden menos usuarios, su seguridad es un poco mayor, controlando mejor los datos transmitidos y facilitando la protección de información sensible y confidencial.
Asimismo, las redes privadas pueden diseñarse y configurarse de manera personalizada para satisfacer las necesidades específicas de una organización, lo que mejora el rendimiento y la eficiencia de la comunicación interna.
También hay que recordar que los administradores de redes privadas tienen un mayor control sobre el ancho de banda, la calidad del servicio y la priorización del tráfico, lo que garantiza un funcionamiento óptimo.
Pero estas redes también tienen sus inconvenientes, ya que son caras, sobre todo al inicio, lo que puede ser una barreara para que pequeñas empresas y organizaciones con recursos limitados puedan acceder a ellas.
Las redes privadas tienen una conectividad limitada en comparación con las redes públicas, lo que puede dificultar la comunicación externa y la colaboración con terceros.
Con este tipo de redes convivimos a diario. Pero su elección radica en las necesidades de cada usuario y para el uso que le vayan a dar. En cualquier caso, hay que recordar que los hackers atacan a cualquiera de las dos, por lo que siempre habrá que tener un refuerzo de seguridad para ambas.