Estar conectados a través de Internet es una realidad. Y aunque parece magia que todos los continentes estén conectados, no es algo fantástico, sino una obra de ingeniería descomunal. Y es que los datos se transmiten a través de cables submarinos de larga distancia, que yacen en el lecho del océano y que son, prácticamente, los cimientos de la vida digital moderna. Pero poco se conoce de estos cables y de su historia, cómo se han convertido en lo que son y cómo puede afectar que desaparezcan o que tengan un problema técnico.
Así que vamos paso a pasa. En su esencia, los cables submarinos de larga distancia son tubos de fibra óptica que transmiten información en forma de señales de luz. Están diseñados específicamente para soportar las rigurosidades del entorno oceánico, incluyendo la presión extrema, las corrientes y la posible interferencia de vida marina. La construcción de estos cables es una hazaña técnica que involucra varios pasos.
Antes de que se coloque un solo cable en el agua, se realiza una extensa planificación y diseño. Así que los ingenieros se encargan de seleccionar la ruta óptima, considerando factores como la profundidad del océano, la distancia entre los puntos de conexión y la minimización de riesgos naturales, como zonas de actividad sísmica.
Los cables submarinos están compuestos por múltiples capas de materiales especializados. El núcleo de un cable submarino es de fibra óptica, que permite la transmisión de datos a velocidades impresionantes. Alrededor de esta fibra se encuentra una capa de aislamiento, generalmente de plástico, para protegerla del agua. Luego, se añaden capas de alambre de acero para proporcionar resistencia y un revestimiento de polietileno para mayor protección.
Instalación en el lecho marino
La instalación de estos cables submarinos es compleja y es totalmente monumental. Los cables se enrollan en carretes masivos y se cargan en barcos especialmente equipados. Estos barcos se dirigen a la ubicación planificada en el océano y utilizan sistemas de posicionamiento por satélite para garantizar una colocación precisa. Cuando están en el lugar indicado, se sueltan lentamente los cables al fondo del mar.
Como se puede imaginar, el fondo del océano no es como estar en casa sentado en el sofá, en pijama y con una mantita, sino que puede haber problemas, dañando los cables. Estos problemas pueden sobrevenir de actividades humanas, desastres naturales o incluso de la acción de la fauna marina. Para poder solucionarlos, se emplean submarinistas y vehículos no tripulados para inspeccionar y reparar los cables submarinos cuando sea necesario. Estas operaciones pueden ser complicadas debido a la presión y la falta de visibilidad en las profundidades del océano, pero son esenciales para mantener la integridad de la red.
Cuando los cables ya están en su lugar, sanos y salvos, comienzan a desempeñar su función. La transmisión de datos a través de estos cables se basa en el principio de la fibra óptica. La información se convierte en señales de luz pulsante, que viajan a través de las fibras de vidrio en el interior del cable. A medida que la luz se refracta y se refleja a lo largo del camino, se mantiene la integridad de los datos. Estas señales de luz se transmiten a lo largo de la longitud del cable hasta su destino final, donde se convierten nuevamente en datos comprensibles para las computadoras y dispositivos.
La transmisión de datos a través de cables submarinos de larga distancia es asombrosamente rápida. Los avances tecnológicos permiten velocidades de transmisión que superan varios terabits por segundo. Esto significa que pueden transportar enormes cantidades de datos, desde llamadas telefónicas y correos electrónicos hasta transmisiones de video de alta definición y transacciones financieras en tiempo real.
Importancia para la conectividad global
La red de cables submarinos de larga distancia es la columna vertebral de la conectividad global. Facilita la comunicación transcontinental, el comercio internacional y el acceso a información en tiempo real en todo el mundo. Sin esta infraestructura, la economía global y la vida cotidiana serían muy diferentes.
Dado que los cables submarinos son vulnerables a la interferencia y el espionaje, se implementan medidas de seguridad rigurosas. Los cables están protegidos por leyes internacionales y patrullados por las fuerzas armadas para prevenir cualquier intento de daño o sabotaje.
A medida que la demanda de datos continúa creciendo, se espera que la infraestructura submarina evolucione. Se están desarrollando cables submarinos más avanzados tecnológicamente, con mayores capacidades y resistencia para satisfacer las necesidades de una sociedad cada vez más digitalizada.