Los vehículos aéreos no tripulados, más conocidos como drones (en inglés RPAS, Remotely Piloted Aircraft Systems), son aeronaves que vuelan sin tripulación.
Los últimos años están siendo testigos de un enorme desarrollo de este tipo de aeronaves, habiéndose dado grandes pasos en materia tecnológica, legal, etc. Parece que los próximos años serán clave en el desarrollo de este tipo de dispositivos que, sin duda, poseen una gran aplicabilidad en muchos ámbitos.
Algunas de esas aplicaciones son o podrían ser, entre otros, los siguientes:
– Grabación de imágenes en lugares de difícil acceso.
– Rescates en situaciones de catástrofe natural (http://elpais.com/elpais/2014/10/15/planeta_futuro/1413392394_117192.html)
– Fumigación de campos de cultivo.
– Seguridad y vigilancia (http://internacional.elpais.com/internacional/2014/11/13/actualidad/1415905519_442269.html).
– Transporte de mercancías.
– Creación de redes de telefonía (http://elpais.com/eventos/2015/02/20/mwc/1424460037_422557.html).
– Publicidad (http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2014/11/03/actualidad/1415036620_541104.html).
Uno de los principales inconvenientes de los RPAS reside en la dificultad para dirigir este tipo de aeronaves cuando éstas se alejan del lugar en tierra desde el que se encuentra la persona que las dirige. Para ello, los RPAS cuentan con cámaras de gran precisión que, en situaciones de baja visibilidad (por ejemplo, con niebla), pierden efectividad.
En este sentido, investigadores de Udima y de otras universidades españolas colaboran en la implantación de un marco de direccionamiento automático y anticolosión de drones que permitirá que éstos dispositivos se gobiernen de forma autónoma, resiendo en el humano la única responsabilidad de indicar el destino marcado para el dron.
En los próximos meses se espera publicar los primeros resultados de estas investigaciones que, por el momento, son muy satisfactorios en su etapa preliminar.