En la tarde del 17 de enero de 2024, día de San Antón, las profesoras del Grado en Historia de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, viajaron a Palencia para presentar en la Diputación Provincial la obra de María Lara, Juana I, la reina cuerda, que ha sido declarado el libro estrella de 2023 del sello Sekotia, pues ha alcanzado en menos de 6 meses la 3ª edición en la editorial Almuzara y se está preparando la edición de bolsillo.
La obra, escrita desde un enfoque interdisciplinar, partiendo del análisis de las fuentes primarias y siguiendo por el trabajo historiográfico, está marcando un paradigma por liberar del estigma de demencia a la hija de los Reyes Católicos, “una locura” que no puede sostenerse ni con esos términos (rehusados por la Psicología) ni por los argumentos que arrojan los legajos y las crónicas neerlandesas e hispánicas.
“Leyendo entre líneas María Lara ha podido reconstruir la auténtica Historia de Juana, alejándose de la voz oficial de Pedro Mártir de Anglería, profesor de Juana y cronista autorizado durante los reinados de su padre, su marido y su hijo”, aseguró Laura Lara, que fue la presentadora del evento organizado por el Servicio de Cultura de la Diputación dentro del ciclo De varia literaria.
El Salón de Actos del Palacio de la Diputación de Palencia estuvo repleto de público: diputados, concejales, lectores, estudiantes de 2º de Bachillerato del IES “Trinidad Arroyo” y la junta directiva de la Cabaña Real de Carreteros.
La Cabaña es una institución que hunde sus raíces en el reinado de Isabel y Fernando y que María Lara cita en su libro por la escultura de Humberto Abad sobre el Confinamiento de la reina Juana en Tordesillas, que se encuentra en estos momentos en el Palacio de la Moncloa, en Madrid.
El acto fue introducido por Ángeles Armisén, presidenta de la Diputación, que agradeció a las profesoras de la UDIMA “su dedicación a la literatura y la búsqueda incesante de la verdad mediante la investigación histórica”.
El 18 de enero ambas profesoras siguieron la jornada de trabajo de campo en yacimientos y monumentos artísticos de la provincia de Palencia guiadas por el jefe de Servicio Rafael Martínez, historiador del arte. Desde la capital de la Tierra de Campos, se desplazaron a la villa romana La Olmeda (descubierta en 1968).
El edificio del siglo IV posee más de 4.000 metros cuadrados construidos y 1.500 metros cuadrados de mosaico. En este yacimiento se están haciendo estudios desde paleozoología hasta musicología, contando algunos de los mosaicos incluso con la firma del artista: Silo.
Después se trasladaron a la villa de Saldaña, donde las páginas del pasado se funden con la piedra a través del recuerdo de la judería, del castillo de los Duques del Infantado, del Palacio del Marqués de la Valdavia, de la Casa Torcida (emblema de viviendas solariegas) y la Plaza Vieja, testigo de la boda de Alfonso VII (hijo de doña Urraca y de Raimundo de Borgoña, así como nieto de Alfonso VI) con doña Berenguela de Barcelona (hijo de Ramón Berenguer III).
También recalaron Laura y María en la iglesia románica de San Martín de Frómista (en la encrucijada del Camino de Santiago francés, que viene de Roncesvalles, y del Canal de Castilla, la magna obra de ingeniería hidráulica emprendida en el siglo XVIII), etc. Otro de los aspectos que investigaron en esta etapa palentina las docentes de la UDIMA fue “la etnografía de las mantas, made in Palencia, en la sociedad preindustrial española, donde se llegó a acuñar el refrán: ‘Para toreros, Córdoba, para mantas, Palencia’. No en vano las mantas del Ejército y de las caballerías, cuando los tratantes de ganado eran los impulsores del viaje en España, eran producidas en la provincia palentina.
El ferrocarril (medio de locomoción desarrollado desde mediados del siglo XIX en nuestra nación) tuvo en Venta de Baños un nudo esencial en las pretéritas décadas, habiendo anticipado ya Pedro Antonio de Alarcón, el autor de El sombrero de tres picos, «que ese punto iba a ser decisivo cuando llegara el tren”.
También estuvieron las historiadoras documentando iconografía del tránsito de los Trastámara a los Habsburgo en la catedral de Palencia, levantada antaño sobre un monumento dedicado a las ninfas que después fue templo visigodo, como puede apreciarse en la superposición de arcos en la cripta. En la catedral, además de en los parajes citados, rodaron las profesoras un audiovisual para la promoción turística de Palencia.
“Visitar Palencia es ‘encontrarse’ con sus paisanos históricos, como Pedro Berruguete, natural de Paredes de Nava y pionero en la pintura renacentista, la primogénita de Isabel la Católica, también llamada Isabel y nacida en Dueñas, o Catalina, la benjamina de Juana I, venida al mundo en Torquemada”.
A la iconografía del reinado de los Reyes Católicos en Palencia le sigue la pista María Lara en su libro Juana I, la reina cuerda, donde analiza el retablo de Nuestra Señora de la Compasión que se atribuye al flamenco Jan Joest van Calcar. En la tabla central, datada expresamente en 1505, aparece retratado como comitente el obispo de Palencia, que 4 años antes, siendo obispo de Córdoba, en visita a Juana y Felipe en Flandes, afirmó sobre ella que era “muy cuerda” y “muy asentada”.
El escudo de la Diputación lleva el lema “En Palencia, armas y ciencia”, rememorando que allí se abrió en época de Alfonso VIII la primera universidad de la España cristiana, el Studium Generale, y que estuvo la decimonónica Fábrica de Armas de Santa Bárbara, hecho que se hilvana con otra gesta: la colaboración de los vacceos en la defensa de los arévacos en Numancia y la valentía de la mujer de la ciudad de Palantia.
Hoy, que proliferan tantos métodos para tener paz interior inmersos en un mundo ajetreado y frenético, para sintetizar su estancia las profesoras Lara proponen un viaje en el tiempo porque, como manifiestan en declaraciones a UDIMA Media, “en cada enclave te sobrevienen los recuerdos, la anamnesis (en términos platónicos) como fuente de conocimiento, instantáneas vivenciales en las teselas de los mosaicos, en los fueros, en las crónicas y en las esclusas del canal… Hay tanta Historia congregada en esta tierra que bien pudiera decirse que Palencia es la paciencia del tiempo”.