Archivos de Autor: Ana Lacasa

Janucá, una celebración judía que conmemora la victoria de la luz sobre la oscuridad

Cuando llega esta época del año, en el que ya se ha traspasado la frontera del otoño y comienza a hacer frío de verdad, las calles se adornan con luces y brillan los árboles de Navidad en escaparates y plazas de las ciudades, nos preparamos para vivir un momento especial, el de la Navidad. Pero antes de eso, llega otra festividad que goza igualmente de una tradición centenaria. Se trata de Janucá, también conocida como la Fiesta de las Luces, una festividad judía que conmemora la rededicación del Segundo Templo de Jerusalén durante el periodo del dominio seléucida en el siglo II a.C. Este evento histórico se ha convertido en una celebración significativa para la comunidad judía, marcando ocho días de reflexión y regocijo.

La tradición de Janucá se remonta al año 165 a.C., cuando los judíos liderados por Judas Macabeo lograron liberar Jerusalén y recuperar el Templo de manos de los seléucidas. La historia central gira en torno a la milagrosa duración de una pequeña cantidad de aceite que, según la leyenda, debería haber sido suficiente para un día, pero que ardió durante ocho días, simbolizando la presencia divina y la resistencia judía.

Janucá es una festividad cargada de significado religioso y cultural. Más allá de la victoria militar, la celebración destaca valores fundamentales como la libertad, la perseverancia y la fe. Este periodo es propicio para la reflexión sobre la importancia de preservar la identidad cultural y religiosa en medio de desafíos adversos.

Esta festividad se lleva a cabo durante ocho noches y días, comenzando el 25 de Kislev en el calendario hebreo, que generalmente cae entre finales de noviembre y diciembre en el calendario gregoriano. Esta elección estratégica del momento del año coincide con el solsticio de invierno y otras festividades, creando un sentido de unidad y conexión entre diferentes comunidades.

La celebración de Janucá tiene un carácter familiar y comunitario. La Menorá, un candelabro de nueve brazos, es el símbolo central de la festividad. Cada noche, se enciende una vela adicional, comenzando con una el primer día y culminando con ocho el último. Este acto simboliza la creciente luz en medio de la oscuridad y representa la victoria sobre la opresión.

Además de encender las velas de la Menorá, otras tradiciones marcan las festividades de Janucá. El juego del dreidel, un pequeño trompo con letras hebreas, es una actividad común, y los alimentos fritos, como las sufganiot (rosquillas) y las latkes (tortitas de patata), son consumidos en honor al milagro del aceite. Por supuesto, también es un momento para los niños, que reciben regalos en esta época del año.

Es también un momento de reflexión para la comunidad judía. En concreto, sobre la importancia de la libertad religiosa y la preservación de la identidad cultural en la historia judía. La festividad también resalta la importancia de la esperanza y la luz en tiempos difíciles, recordando la resistencia y la valentía de aquellos que lucharon por la libertad.

Janucá es una celebración importante para los judíos porque representa la victoria de la luz sobre la oscuridad, del bien sobre el mal, y de la libertad sobre la opresión. Es una época de alegría y celebración, en la que los judíos se reúnen con sus familias y amigos para celebrar la victoria de sus antepasados.

Gótico: luz, color y verticalidad, cuando el arte se convierte en símbolo

Cuando se habla de arte gótico, lo primero que viene a la cabeza son esas magníficas catedrales o iglesias, esbeltas, llenas de luz y de color, donde la verticalidad es el signo más identificativo. Los creadores de estas obras de arte lograron sus objetivos gracias a los avances tecnológicos que iban apareciendo, al menos en arquitectura, que lograron levantar torres de más altura que además se veían más estilizadas y esbeltas al adelgazar las líneas de las columnas que seguían siendo muy resistentes.

Rompían así con la sobriedad del románico, movimiento anterior, y que se caracterizaba por bóvedas más bajas y menos iluminadas. Por tanto, si se habla de gótico se habla de luz, mucha luz, que entran por esas vidrieras esbeltas de las bóvedas de crucería adornadas por hermosas vidrieras y rosetones. Todo un espectáculo para la vista que ha perdurado durante siglos y que, a día de hoy, sigue llamando la atención de visitantes y de expertos en arquitectura.

El arte gótico se originó en Francia, y se extendió rápidamente a otros países europeos, como Inglaterra, Alemania, España e Italia. Se asocia principalmente con la arquitectura religiosa, pero también se manifestó en la pintura, la escultura, la orfebrería y las artes decorativas.

Las principales obras del arte gótico se encuentran en Europa, y son algunas de las más famosas e importantes del mundo. Entre ellas se encuentran la catedral de Notre Dame de París, la catedral de Chartres, la catedral de Colonia, la catedral de Sevilla y la catedral de Milán.

El arte gótico tuvo una gran influencia en la cultura posterior, y su legado se puede ver en el arte, la arquitectura y la literatura de los siglos posteriores. El arte gótico se caracterizó por su uso de la luz, la verticalidad, el arco apuntado, las bóvedas de crucería y las vidrieras.

La luz era muy importante en los edificios durante el Gótico. Las catedrales góticas estaban llenas de luz, gracias a las grandes ventanas de colores que iluminaban el interior de los edificios. La luz era un símbolo de la esperanza y la salvación, y ayudó a crear un ambiente de paz y tranquilidad.

A eso hay que sumar la verticalidad de estos majestuosos edificios. Las iglesias góticas eran altas y esbeltas, y se elevaban hacia el cielo como un símbolo de la grandeza de Dios. La verticalidad también era un símbolo de la esperanza y la ascensión al cielo.

Estos edificios góticos se pueden identificar también por el uso del arco apuntado que además fue toda una innovación. El arco apuntado permitía construir bóvedas más altas y delgadas, que daban a las catedrales un aspecto más ligero y aireado. Las bóvedas de crucería también eran una innovación del arte gótico, permitiendo que los edificios fueran más resistentes que los creados con las bóvedas de cañon, y también favoreciendo que se construyeran techos más altos y complejos. 

El color en las catedrales no lo daba la decoración de las paredes, sino el color que se colaba a través de las vidrieras que se colocaban en las ventanas y que estaban llenas de colores y figuras que representaban escenas de la Biblia, de la vida de los santos y de la historia de la Iglesia. Las vidrieras eran una forma de transmitir la fe y los valores cristianos al pueblo.

El arte gótico influyó en la cultura posterior de muchas maneras. Por ejemplo, el uso de la luz en el arte gótico inspiró a los artistas renacentistas a utilizar la perspectiva y la luz natural en sus obras. La verticalidad del arte gótico también influyó en la arquitectura de los siglos posteriores, y se puede ver en los edificios neogóticos del siglo XIX y XX.

El arte gótico también influyó en la literatura. Por ejemplo, la Divina Comedia de Dante Alighieri se inspira en el arte gótico, y describe un viaje a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. La Divina Comedia es una de las obras más importantes de la literatura italiana, y ha sido traducida a muchos idiomas.

El Gótico no se limitó a la arquitectura, sino que se extendió a otras formas artísticas como la escultura y la pintura. Por ejemplo, en escultura se rompe con el hieratismo y la falta de proporciones y naturalidad de las figuras, dejando paso a un arte más natural, más expresivo, como se puede apreciar en las portadas de las catedrales o en las obras de artistas destacados como Claus Sluter.

Este movimiento artístico tuvo un impacto profundo en la cultura y la sociedad de la época. La construcción de las catedrales góticas implicó una colaboración entre artesanos, albañiles y comunidades locales, fomentando el sentido de identidad y comunidad en torno a estas impresionantes obras arquitectónicas. Además, el Gótico reforzó el papel de la Iglesia en la vida cotidiana y promovió una visión teocéntrica del mundo, en la que Dios y lo divino eran el centro de la existencia.

A pesar de su esplendor, el Gótico gradualmente fue cediendo paso a otros estilos artísticos, como el Renacimiento. Sin embargo, su legado perduró a través del tiempo y dejó una impronta indeleble en la cultura europea. Las catedrales góticas se convirtieron en puntos de referencia para las ciudades y en importantes destinos turísticos, atrayendo a visitantes de todo el mundo interesados en apreciar la majestuosidad de estas construcciones.

En la actualidad, el Gótico sigue siendo valorado por su rica herencia histórica y estética. Los museos y sitios arqueológicos de Europa exhiben numerosas piezas de arte gótico, permitiendo a las generaciones actuales apreciar la belleza y trascendencia de este movimiento artístico. Además, su influencia se puede rastrear en obras posteriores de arquitectura, arte y literatura, pues muchos artistas y escritores han buscado inspiración en el espíritu gótico para sus creaciones.

Arqueólogos descubren once entierros humanos y una piedra con petrograbado en un municipio mexicano

Arqueólogos mexicanos han descubierto once entierros humanos y una piedra asociada con un numeral que se han encontrado durante las labores de sustitución de drenajes y de saneamiento que se están desarrollando en el municipio de San Andrés Cholula.

Estos entierros humanos han sido fechados hacia el periodo Posclásico Tardío (1200-1251 d.C.) y según el grupo de especialistas, coordinado por el arqueólogo Eric Abraham Alarcón Carmona se encontraron bajo el nivel de piso de la calle 16 de septiembre, un eje que cruza por la urbe mexicana en dirección norte-sur. Se trata de once enterramientos primarios, es decir, que no habían sido alterados desde su inhumación original. De ellos, cinco corresponden a personas subadultas y estaban acompañadas por ajuares funerarios formados por vasijas, figurillas, fragmentos de obsidiana y puntas de proyectil. Destaca uno de los cinco esqueletos, el cual presenta modelado cefálico tabular erecto y modificación dentaria.

Entre los seis entierros restantes sobresale el de un adulto en posición sedente, también con modelado cefálico de tipo tabular erecto bilobulado, y cuyo ajuar consistía en una cuenta de piedra verde y un dije hecho con estuco, con el rostro de una persona de edad avanzada. 

También, se han recuperado restos cerámicos de instrumentos domésticos, como ollas, comales, malacates, braseros y cajetes, además de fragmentos de figurillas, unas monocromas y otras estucadas, con vestigios de policromía. 

En un laboratorio instalado para el análisis de los materiales, el equipo, formado también por los arqueólogos Luis Ernesto Narváez Mac y Laura Pacheco Uribe, así como por el antropólogo físico Martín Hernández Carvajal, indaga piezas específicas, como una vasija del tipo Sandy Plain –clasificación cerámica establecida para el área de Cholula por la investigadora Florencia Müller– con la figura de Tláloc, dios de la lluvia, y pigmentos azul y negro. 

“La mayoría de los materiales, además de un piso estucado de alrededor de nueve metros de extensión, se han hallado en la parte más céntrica de la calle 16 de Septiembre, y la temporalidad principal corresponde al Posclásico Tardío. No obstante, el salvamento nos ha permitido revisar la calle 2 Sur hasta sus límites con la comunidad de Tonantzintla, donde recuperamos material cerámico del periodo Formativo, el cual se remonta al año 500 antes de nuestra era”, detalla el arqueólogo Sergio Suárez Cruz, encargado de la supervisión de estos trabajos arqueológicos.  

También, en el marco de este proyecto pudo desmontarse una piedra labrada, de aproximadamente 60 por 60 centímetros, la cual se ubicó entre las calles 11 Oriente y 16 de Septiembre, y ha sido colocada en el atrio del Templo de San Pedro Colomoxco para su resguardo y protección provisional, en espera de construir una base y un techo que la protejan.

El arte Románico en España: un legado monumental y duradero

Pasear por algunas zonas de España, sobre todo en el área del Camino de Santiago, es caminar entre arte Románico. Esos monumentos de piedra, serios, elegantes y majestuosos que han perdurado desde los siglos XI y XIII que se construyeron. Este arte Románico, que floreció en Europa justo entre esos dos siglos, dejó una huella imborrable en la Península Ibérica, con numerosas obras maestras que aún perduran. Este estilo arquitectónico y escultórico, de origen medieval, refleja el espíritu religioso y la cultura de la época y ha sido una pieza clave en la comprensión de la historia y el arte del país.

En España, el Arte Románico se manifestó con una riqueza inigualable, destacando en la arquitectura de iglesias, monasterios y catedrales. En ellas, los artistas reflejaban el Evangelio como una manera de mostrar al pueblo analfabeto las enseñanzas religiosas del Evangelio, de ahí que la mayoría de las iglesias estén plagadas de símbolos religiosos, de momentos de la Biblia. Y es que se dice que estos monumentos eran una Biblia de piedra. 

Una de las principales obras emblemáticas de este estilo es la Catedral de Santiago de Compostela, situada en Galicia, que acoge a miles de peregrinos cada año. Esta majestuosa catedral fue construida para albergar los restos del apóstol Santiago y se destaca por su fachada con esculturas detalladas y portadas ricamente adornadas. Es el centro del peregrinaje más importante del mundo, y en 1985 fue declarada bien cultural Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es característica su planta en cruz latina, uno de los símbolos del arte Románico y es increíble cómo con los escasos avances arquitectónicos que había en aquella época se consiguió esa altura en las torres y en la iglesia. 

Otro referente del Arte Románico en España es la Catedral de Jaca, en Aragón, que se distingue por su planta basilical y la presencia de una torre octogonal. La iglesia de San Martín de Fromista, en Palencia, es también un ejemplo excepcional, caracterizada por su equilibrio y armonía arquitectónica.

La construcción de la catedral se inició a finales del siglo XI y se completó en el siglo XII, en torno al año 1130. Presenta también una planta basilical de tres naves, típica del románico, y una imponente torre campanario de estilo lombardo. La fachada principal es sobria pero no exenta de decoración, con arcos de medio punto y una portada ricamente adornada con esculturas que representan diversas escenas bíblicas y figuras religiosas.

Uno de los elementos más destacados de la catedral es su claustro románico, una joya arquitectónica y artística que se considera uno de los más bellos de España. El claustro cuenta con una galería de doble arcada sostenida por columnas decoradas con capiteles escultóricos, donde se pueden apreciar escenas religiosas y figuras humanas y animales esculpidos con gran maestría.

El arte románico de la Catedral de Jaca ha influido en otras construcciones posteriores en la región de Aragón, sirviendo como fuente de inspiración para el desarrollo de la arquitectura y la escultura durante siglos. Además, la catedral es un destino importante para los amantes del arte medieval y una parada obligada para aquellos interesados en explorar el legado histórico de España. Por supuesto, también es una parada obligada para los peregrinos del Camino de Santiago, que también se ven en esta ciudad.

Otro de los monumentos más importantes del arte Románico es San Juan de la Peña. Situado en la provincia de Huesca, San Juan de la Peña es un monasterio histórico con una profunda relevancia cultural y religiosa. Fue fundado en el siglo X y fue un centro espiritual y político de gran importancia durante la Edad Media. Su ubicación, en un entorno natural impresionante, contribuye a su aura de misticismo y belleza. Escondido en una roca de la montaña, el monasterio original se encuentra en la conocida como «Cueva de San Victorián», y posteriormente se construyó una iglesia sobre el monasterio inicial. Su característica más destacada es la cripta, que alberga tumbas reales, incluyendo la del rey Sancho Ramírez, importante figura histórica del Reino de Aragón. La cripta se compone de cinco naves que convergen en una bóveda de crucería, representando un impresionante avance arquitectónico para la época.

San Juan de la Peña también cuenta con una iglesia superior, construida en el siglo XI, que exhibe una impresionante colección de frescos románicos en sus paredes. Estos murales representan escenas religiosas y narrativas bíblicas, y son una muestra excepcional del arte pictórico medieval en España.

La importancia de San Juan de la Peña radica en su papel como centro espiritual y político durante siglos, siendo lugar de descanso final de varios monarcas y personajes de la nobleza. Además, el monasterio fue un importante foco de conocimiento y cultura, albergando una rica biblioteca y escuela, que contribuyó al florecimiento del conocimiento en la región.

El legado artístico de San Juan de la Peña se ha mantenido vivo hasta la actualidad, y el monasterio sigue siendo un destino de peregrinación para los amantes del arte Románico y los interesados en la historia de España. Su singular ubicación y su riqueza arquitectónica y artística lo convierten en un lugar de gran relevancia cultural y espiritual, una joya del pasado que sigue siendo apreciada y estudiada en la contemporaneidad.

Estas obras no solo son importantes desde el punto de vista estético, sino también histórico y cultural. El arte Románico en España representa la consolidación del cristianismo en la península y la construcción de una identidad nacional a través de la arquitectura y el arte religioso. Además, estas construcciones reflejan el poder y la influencia de la iglesia en la sociedad medieval, así como la habilidad técnica y el ingenio de los artesanos de la época.

Este arte ha influido mucho en los movimientos posteriores, como el Gótico, que tomó prestadas algunas características arquitectónicas, como las bóvedas de crucería, de las construcciones románicas. Asimismo, muchas de las esculturas y relieves románicos sirvieron de inspiración para los maestros del Renacimiento, y su lenguaje artístico sigue siendo una fuente de estudio e inspiración para los artistas contemporáneos.

El arte Románico en España se caracteriza por ciertos elementos distintivos. La simplicidad y robustez de las formas arquitectónicas, con paredes gruesas y pequeñas ventanas, son elementos comunes en las construcciones románicas. Además, las portadas suelen estar profusamente decoradas con esculturas que representan escenas bíblicas y figuras religiosas.

Para reconocer una obra de Arte Románico, es esencial prestar atención a estas características distintivas y a la presencia de arcos de medio punto en puertas y ventanas. También se pueden observar frisos y capiteles esculpidos con motivos geométricos, vegetales o escenas religiosas. La sobriedad y la simplicidad que emana de estas obras, junto con la expresividad de las esculturas, son elementos clave para identificar el estilo románico en la arquitectura y el arte español.

El arte es una de las disciplinas que se estudia en el marco del Grado en Historia de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA.

El Romanticismo, el movimiento cultural e histórico que conmovió a Europa

Cuando se habla de Romanticismo, lo primero que viene a la cabeza es el personaje romántico, el que muere de amor, que está lleno de sentimientos, que sufre por ese amor, ya sea correspondido o no. Pero Romanticismo es mucho más que eso, es un movimiento cultural y artística que se desarrolló principalmente durante el siglo XIX y que tuvo un impacto significativo en la historia literaria y cultural de España.

Este movimiento, inspirado e influenciado por las corrientes románticas europeas, tiene como principal característica la exaltación de la individualidad y las emociones humanas. Los románticos buscaban la expresión libre de los sentimientos y las pasiones, y rechazaban los ideales de racionalidad y orden del movimiento anterior, el Neoclasicismo. La naturaleza, la melancolía y el amor no correspondido eran temas recurrentes en las obras románticas españolas.

Entre los autores más destacados del Romanticismo en España se encuentra José de Espronceda, cuya obra «El estudiante de Salamanca» se considera uno de los poemas románticos más importantes del período. Espronceda exploró los temas de la rebeldía, el amor trágico y la búsqueda de la libertad individual. Otro autor relevante es Gustavo Adolfo Bécquer, aunque se trata de un postromántico, ya que su obra se produjo poco después del auge de este movimiento en España, que duró relativamente poco tiempo. Bécquer es conocido por sus «Rimas» y sus leyendas, que reflejan la sensibilidad romántica y la preocupación por lo sobrenatural. 

Además, durante esta época surgieron movimientos literarios asociados al Romanticismo, como el costumbrismo y el realismo. El costumbrismo retrataba escenas y personajes típicos de la sociedad española, mientras que el realismo buscaba una representación fiel de la realidad social, pero este movimiento se asentó en España posteriormente, teniendo otros grandes autores y obras que marcaron un antes y un después en cómo se entendía el arte y la historia, ya que en muchas ocasiones las obras escondían una crítica a la sociedad española del momento.

Una de las obras más emblemáticas del Romanticismo español es «Don Juan Tenorio» del dramaturgo José Zorrilla. Esta obra de teatro mezcla elementos románticos con el mito de Don Juan, presentando un personaje seductor y rebelde. «Don Juan Tenorio» se convirtió en un clásico de la literatura española y continúa siendo representada en la actualidad, sobre todo cuando llega el Día de Todos los Santos, ya que el final de esta obra está relacionada con fantasmas y redención cristiana.

No hay que olvidar a otros escritores, como Rosalía de Castro o Juan Valera, que también fueron importantes en la difusión de los dogmas de este movimiento en España. 

El movimiento del Romanticismo en España es importante en la historia debido a su papel en la renovación de la literatura y el arte del país. Rompiendo con las restricciones formales del Neoclasicismo, el Romanticismo permitió a los escritores y artistas explorar nuevas formas de expresión y transmitir emociones más intensas. Además, el Romanticismo contribuyó a la construcción de la identidad cultural española, al rescatar y revalorizar la literatura medieval y popular.

El Romanticismo español también reflejó los cambios políticos y sociales que estaban ocurriendo en Europa en ese momento, como la lucha por la libertad y el nacionalismo. Los románticos españoles se sintieron atraídos por las figuras históricas y las gestas heroicas de la historia española, buscando inspiración en el pasado glorioso del país.

El Romanticismo todavía está imperando en la actualidad. Su espíritu se puede ver en, por ejemplo, la nueva serie de la Familia Adams, Miércoles, que se puede ver en Netflix, donde la protagonista, la hija mayor de esta pareja estrafalaria, es amante de este movimiento y de los autores más representativos de este movimiento.

Y es que el Romanticismo no sólo se dio en España, sino que estuvo presente en toda Europa, de la mano de Shelley, Brönte o Edgar Alan Poe, en Estados Unidos.