Dentro de unas semanas, el 7 de febrero de 2012, se conmemorará el 200 aniversario del nacimiento de uno de los escritores más leídos y universales, el británico Charles Dickens (1812-1870), padre de personajes que nos han acompañado desde la infancia y que tanto nos tienen que aportar en estos años inciertos.
Porque hoy, cuando la Fortuna parece haber vuelto a este inicio de milenio su cara más seductora, hallamos entre nosotros nuevos David y Oliver, no apellidados Copperfield o Twist, tampoco póstumos, huérfanos ni bastardos, mas de igual modo inmersos en encrucijadas de turbulencias o silencio.
Si antropomorfizamos la crisis, quizás podamos hallar algún signo de deshielo que bien nos podría servir de lección de futuro. Posiblemente, «ella», que nos desconcierta y daña, ha de actuar en nuestro mundo como ese híbrido de los los espíritus del Pasado, del Presente y del Futuro que alertaron al avaro señor Scrooge de la tragedia de la ruina. Recordemos que su agriado carácter tornado en generosidad permitió vivir al pequeño Tiny Tim.
Con suerte, dentro de unos años estos Tiempos difíciles se apaciguarán a fin de que nuestras Grandes esperanzas puedan abrirse paso. Dios quiera que, por lo menos, como en la homónima novela de Dickens, nos hayamos dado cuenta de que Nuestro común amigo no es precisamente el dinero.
María Lara Martínez.
Doctora Europea en Filosofía. Profesora de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA.
Escritora, Premio Algaba