Está claro que resulta complejo fijar con precisión los límites a la libertad de expresión. El Congreso de los Diputados ha aprobado tramitar una proposición de ley que persigue derogar o, en su caso, revisar, los delitos de injurias al Rey o las ofensas a los sentimientos religiosos (entre otros).

Estaremos pendientes del resultado. Que los grupos parlamentarios se pongan de acuerdo sobre la extensión o los límites a la libertad de expresión no parece una tarea sencilla.