La ciberguerra es un nuevo escenario que sumar a la guerra convencional del cuerpo a cuerpo. Y en su modus operandi, desarrollo, consecuencias y objetivos está la cibercriminología como disciplina para procurar un análisis riguroso y adecuado sobre todo ello.  

Lo explica Abel González, director del Departamento de Criminología de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, quien apunta que “a través de la cibercriminología analizamos cómo el escenario de actores internacionales en el panorama de la ciberguerra ha cambiado la guerra tradicional”.

Cita como ejemplos tangibles, y reconocibles por la mayor parte de la sociedad informada, casos concretos como del de Anonymous, “que declara la guerra a Rusia y ya ha intentado paralizar trenes en Bielorrusia o hacer caer webs institucionales rusas”.

También los cibercriminólogos evalúan los aspectos relacionados con los más de 20.000 ciberataques que venía recibiendo Ucrania antes de la invasión de Rusia y cómo buscaban la debilidad de las instituciones ucranianas”.

No termina ahí la misión de los cibercriminólogos, pues igualmente se abordan cuestiones diferenciales con la guerra electrónica y el uso de la tecnología en los enfrentamientos armados”. Una nueva disciplina, pero de contenido tan potente, que parece tan antigua como la guerra misma.