En esta semana queremos compartir la historia de Gilles de Rais (1404-1440), uno de los psicópatas asesinos más conocido, quizás por la inspiración que en él tuvo a finales del siglo XVII, el escritor francés Charles Perrault para escribir su obra Cuentos de Mama Oca, un compendio de relatos y narraciones populares inspirados en leyendas o en personajes reales. Uno de los relatos más conocidos es Barba Azul, protagonizado por un noble francés que asesinaba a mujeres a las que encerraba y mataba en su castillo. El personaje real que lo inspiró no es otro que el que nos ocupa esta semana, con la diferencia de que las víctimas de éste eran niños y no mujeres.
Gilles como tantos otros psicópatas tuvo una infancia complicada. Sus padres no se querían, Guy II de Laval y Marie de Croan, y Gilles creció en estado casi salvaje, sin el afecto de sus padres y educado por institutrices y tutores. A la edad de 10 años un suceso perturbó la vida de Guilles, su padre fue embestido por un jabalí que le arrancó sus vísceras. Giles fue testigo de los últimos momentos en los que su padre agonizaba. Aquí tenemos uno de los factores que caracterizan a los asesinos en serie, algo que les traumatiza en su infancia y que luego procuran reproducir en sus actuaciones macabras, como pudimos comprobar con la historia de Edmund Kemper.
Lo curioso de este personaje es que fue uno de los principales héroes franceses de la guerra de los 100 años, uno de los hombres más poderosos de Francia, y uno de los principales valedores de Juana de Arco. A partir de 1420 empieza a servir a Carlos VII, sobre todo se convirtió en el principal protector de Juana de Arco a la cual consideraba su salvación. En 1429 fue proclamado Mariscal de Francia sin haber cumplido los 25 años. Juana de Arco fue apresada por los ingleses, acusada de brujería y quemada en la hoguera en 1431. Gilles intentó salvarla, pero Carlos VII no le proporcionó un ejército, y aunque por su propia cuenta intentó salvarla de la hoguera no llegó a tiempo. Este hecho marcó también su vida, pues a partir de este momento sus lazos con el mundo terreno se rompían definitivamente, según Gilles muerta Juana desaparecía la pureza en la Tierra.
Se calcula que entre 1432 y 1440 en los territorios que gobernaba desaparecieron más de 1000 niños entre los 8 y 12 años, una edad muy parecida a la que él tenía cuando falleció su padre. En concreto a partir de 1438 comenzaron a desaparecer algunos niños de la ciudad de Nantes, de los pueblos de los alrededores, y la mayor parte, ocurrían cerca de su mansión. Tenía un grupo de servidores que se dedicaban a secuestrar a los niños que más tarde masacraba. Era una práctica habitual que hiciera entrar en su castillo a niños mendigos que pedían limosna frente al puente levadizo, una vez entraban eran retenidos contra su voluntad por sus servidores, violados y desmembrados posteriormente. La sangre y otros restos se conservaban para propósitos mágicos. El mismo Gilles contó en alguna ocasión como disfrutaba visitando la sala donde los chicos eran a veces colgados de unos ganchos. Al escuchar las súplicas de alguno de ellos y ver sus contorsiones, Gilles fingía horror, le cortaba las cuerdas, le cogía tiernamente en sus brazos y le secaba las lágrimas reconfortándole. Luego, una vez se había ganado la confianza del niño, sacaba un cuchillo y le cortaba la garganta, tras lo cual violaba el cadáver. En 1440 la Iglesia se estremeció por las leyendas que circulaban por los territorios que gobernaba Gilles. Se ordenó a Jean de Malestroit, obispo de Nantes, una investigación criminalística sobre las desapariciones. Un error cometido por Gilles al entrar en una iglesia con las armas le llevó a dos tribunales, uno eclesiástico y otro civil que le procesaron en septiembre-octubre de 1440. Sólo confesó sus crímenes ante la presión de verse excomulgado, y confesó 140 asesinatos con tremendas descripciones. Hacía prácticas terribles que incluso cuesta contar en estas líneas, una de las preferidas era una competición de cabezas de niños donde elegían la más bella. Gilles fue ahorcado el 26 de octubre de 1440 junto a sus fieles servidores, y por el arrepentimiento mostrado se le concedió el privilegio por noble de no ser quemado, aunque un par de minutos estuvo entre las llamas.
Podéis encontrar más información en los pasajes del terror de Juan Antonio Cebrián del programa la Rosa de los Vientos.
Fuentes: ¿Fue Barba Azul un sádico asesino?, GALERIA DE PSICOPATAS Y ASESINOS EN LA CASA DE KRUELA, Gilles de Rais: Barba Azul.