Cuando se habla de criminología, especialidad que se estudia en la Universidad UDIMA, todo el mundo piensa en Sherlock Holmes o CSI. Pero este personaje de ficción y esta serie de televisión solo pusieron sobre la mesa el trabajo que hacen día a día cientos de profesionales que se encargan de resolver crímenes a través de la ciencia, de los datos y de las pruebas. Y no siempre fue así, sino que hubo algunos que comenzaron el camino de esta disciplina que busca explorar las raíces psicológicas y sociales del comportamiento delictivo. Estos pioneros, a través de sus estudios y enfoques innovadores, sentaron las bases para comprender más profundamente las causas subyacentes de la conducta criminal y han influido de manera duradera en la evolución de la criminología contemporánea.
Cesare Lombroso (1835-1909)
Fue un médico y profesor italiano y es ampliamente reconocido como uno de los fundadores de la criminología moderna. Su trabajo pionero en la segunda mitad del siglo XIX revolucionó la comprensión de la criminalidad al proponer la teoría del «hombre criminal». Lombroso argumentó que ciertas características físicas y faciales, conocidas como «estigmas físicos», podían indicar una predisposición innata al delito. A través de la observación de reclusos y criminales, buscó establecer una correlación entre estas características y la criminalidad. Aunque su teoría fue posteriormente criticada por simplista y determinista, su enfoque en la influencia de factores biológicos en el comportamiento delictivo influyó en la criminología biológica contemporánea.
Enrico Ferri (1856-1929)
Enrico Ferri, abogado y sociólogo italiano, es otro de los pioneros de la criminología clínica. Colaborador cercano de Lombroso, Ferri amplió las ideas de su predecesor al introducir factores sociales y económicos en la ecuación del crimen. Desarrolló la teoría del «delincuente nato» y enfatizó la influencia de factores ambientales y genéticos en la predisposición criminal. Ferri también introdujo el concepto de «defensa social», argumentando que las medidas punitivas debían ser proporcionales al grado de peligrosidad del delincuente, sentando así las bases para el enfoque de rehabilitación en el sistema penal. Estas teorías están ahora pasadas de moda, pero entonces fueron toda una revolución.
William Healy (1869-1963)
En el contexto estadounidense, William Healy, un destacado psiquiatra y criminólogo, desempeñó un papel fundamental en la criminología clínica. Su enfoque se centró en comprender la conexión entre la salud mental y el comportamiento delictivo. Healy estableció la primera clínica de psiquiatría infantil en Estados Unidos y abogó por tratar a los jóvenes delincuentes desde una perspectiva médica en lugar de simplemente castigarlos. Su trabajo allanó el camino para la criminología del desarrollo y la rehabilitación juvenil, influyendo en la política penal y la comprensión moderna de la delincuencia juvenil.
Hans Gross (1847-1915)
Hans Gross, un jurista austriaco, contribuyó a la criminología clínica al enfocarse en la recopilación y el análisis de pruebas forenses. Es considerado uno de los padres de la criminalística moderna. Gross promovió la idea de que la investigación criminal debía basarse en evidencia científica y sistemática. Su obra «Handbuch für Untersuchungsrichter» (Manual para Jueces de Instrucción) estableció protocolos para la investigación forense y el análisis de pruebas, sentando las bases para la aplicación rigurosa de la ciencia en la resolución de crímenes.
Raffaele Garofolo (1852-1934)
El criminólogo italiano Raffaele Garofolo desempeñó un papel fundamental al combinar la criminología con la jurisprudencia. Este profesional contribuyó a la comprensión de la criminalidad desde una perspectiva legal y social. Garofolo acuñó el término «criminología» y desarrolló la teoría de la «escuela positiva», que enfatizaba la influencia de factores sociales y culturales en el comportamiento criminal. Su enfoque holístico allanó el camino para una criminología más contextualizada y multidisciplinaria. Fue uno de los primeros criminólogos en proponer la idea de la pena de muerte ya que creía que era la única manera de disuadir a las personas de cometer delitos.
José Ingenieros (1877-1925)
El pensador argentino José Ingenieros dejó su huella en la criminología al combinar sus conocimientos en medicina y filosofía. Su trabajo se centró en la psicopatología criminal y en la influencia de factores culturales y socioeconómicos en la delincuencia. Ingenieros abogó por un enfoque más humanitario en la justicia penal y promovió la idea de tratar a los delincuentes como pacientes en lugar de simplemente castigarlos.
Arthur Vervaeck (1886-1957)
El psiquiatra belga Arthur Vervaeck realizó contribuciones significativas al estudio de la psicopatía y la personalidad criminal. Su enfoque se centró en la psicología de los delincuentes y en la identificación de patrones de personalidad que podrían estar relacionados con la criminalidad. Vervaeck influyó en la comprensión moderna de las características psicológicas de los delincuentes y en la evaluación de la peligrosidad criminal.
Los trabajos de Lombroso, Ferri y Garofalo tuvieron una gran influencia en el desarrollo de la criminología clínica. Sus ideas sobre las causas del delito y la aplicación de tratamientos a los delincuentes llevaron a la creación de nuevas técnicas para identificar y tratar a los delincuentes. Algunas cosas se han quedado obsoletas y ahora ya se habla de otra manera de hacer las cosas, pero la base la sentaron ellos.