La investigación del cibercrimen es un proceso complejo que requiere la combinación de diversas técnicas y herramientas para poder identificar, analizar y perseguir a los delincuentes digitales. Los ciberataques están a la orden del día y todos pueden ser víctimas del mismo, incluyendo las grandes empresas y los pequeños consumidores. Por eso, es importante saber cómo se investiga, cuáles son los métodos para investigar el cibercrimen y las dificultades que pueden surgir en este campo. 

Una de las primeras tareas en la investigación del cibercrimen es la identificación del delito en sí. Esto puede ser complicado ya que los delincuentes digitales suelen utilizar técnicas sofisticadas para ocultar su actividad. Para superar este obstáculo, los investigadores pueden utilizar diversas herramientas de software, como analizadores de tráfico de red y registros de eventos de seguridad, para recopilar y analizar información sobre la actividad maliciosa en la red.

Una vez que se ha identificado el delito, los investigadores pueden utilizar técnicas de análisis forense digital para obtener pruebas y datos. Estas técnicas pueden incluir el análisis de registros de servidores, discos duros y dispositivos de almacenamiento, así como la recuperación de datos eliminados y la reconstrucción de archivos. El análisis forense digital puede ser un proceso lento y detallado, pero es esencial para garantizar que se recopilen pruebas sólidas y que se pueda llevar a cabo un procesamiento legal eficaz.

Otra herramienta importante para la investigación del cibercrimen es la colaboración. Debido a que el cibercrimen a menudo cruza las fronteras internacionales, puede requerir la cooperación entre organismos de aplicación de la ley de diferentes países. Además, la colaboración con empresas de seguridad cibernética y otros expertos en tecnología también puede ser útil para identificar y rastrear a los delincuentes.

Sin embargo, la investigación del cibercrimen también puede presentar desafíos únicos. Por ejemplo, la naturaleza de los delitos digitales puede dificultar la identificación de los responsables. Los delincuentes pueden utilizar herramientas de anonimización para ocultar su ubicación o identidad, o pueden operar a través de redes de botnets distribuidas para evitar ser rastreados.

Además, los investigadores del cibercrimen también deben estar al tanto de las leyes y regulaciones que rigen la recolección de pruebas digitales. Las leyes de privacidad y protección de datos pueden restringir la cantidad de información que se puede recopilar y la forma en que se puede utilizar en una investigación.

Y es que la investigación del cibercrimen es un proceso complejo que requiere la combinación de diversas técnicas y herramientas. Los investigadores del cibercrimen deben ser capaces de superar obstáculos que a veces se escapan al resto de los mortales, pero que ellos son expertos en la materia. En España, la Policía Nacional cuenta con una brigada central de investigación tecnológica que se encarga de abordar todas las formas de ciberdelincuencia, desde pornografía infantil, hasta estafas y fraudes por Internet, entre otras cosas. En su web, hay un formulario de contacto para que los usuarios puedan poner en su conocimiento los problemas que puedan tener.

Para formarse en cibercrimen, la UDIMA imparte, además del Grado en Criminología, donde la cibercriminalidad es uno de los temas referentes, el Máster Universitario en Análisis e Investigación Criminal.