El Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, ubicado en las tradicionales Casas Colgadas, ha acogido desde el 30 de octubre de 2012 la exposición “Goya: Caprichos y Disparates”, una ocasión única de la que todavía estamos a tiempo de disfrutar hasta el próximo 10 de febrero. Toda excusa es buena para visitar Cuenca y, en esta ocasión, os proponemos viajar a la ciudad que ha inspirado a artistas y a escritores para contemplar la muestra completa de las series de los Caprichos (80 grabados, 3ª edición de 1868) y de los Disparates (22 grabados, 18 de ellos de la sexta edición, de 1916, y 4 adicionales de la primera edición, de 1877), pertenecientes a la colección que la Fundación Juan March posee de la obra gráfica del pintor aragonés.

Caprichos, nº 43: «El sueño de la razón produce monstruos»

A lo largo de 102 estampas, el visitante puede deleitarse o estremecerse con la observación de las ensoñaciones goyescas. La primera colección citada constituye la serie primigenia de grabados que Goya realizó con la intención de ser vendida como conjunto, gestada a partir de 1792 cuando comenzó a debilitarse su salud. El refugio en sí mismo lo conduciría a dar rienda suelta a la imaginación, recurriendo al capricho de la invención. De este modo, en los grabados queda reflejada la realidad a partir de su vertiente más irracional, llegando a ser considerada peligrosa tanta liberalidad en su época, debido a su mensaje subliminal exultante de crítica social y política a una España sojuzgada por el imperativo de las costumbres.

Disparates, nº 7: «Disparate matrimonial»

Disparates, nº 14: "Disparate del Carnaval"

Disparates, nº 14: «Disparate de Carnaval»

Por otro lado, la segunda colección cuyo título completo es Proverbios, Disparates o Sueños, se presenta ante nuestra mirada con una interpretación más sutil y compleja. Obra de senectud, en tanto que parece haber sido creada después de la serie dedicada a la Tauromaquia, es portadora de la esencia de las Pinturas Negras, pudiéndose fechar en torno a 1819-1823. El pesimismo es el verdadero artífice de los Disparates, plasmando la hipocresía imperante en la España absolutista de Fernando VII y el irremediable poder de la muerte sobre la vida.

Laura Lara Martínez