Hay personas que, desde que se despiertan, se sienten cansados, como si el sueño que han tenido durante la noche, sin interrupciones y a priori muy bueno, no fuera reparador. Empiezan a sentir también cómo su corazón se acelera pensando en todo lo que tienen que hacer en el trabajo e incluso hay algunos que tienen ese ligero temblor en el ojo que es tan desagradable. Pues bien, esas cosas podrían ser síntomas de estrés laboral, que se ha convertido en una preocupación creciente en el ámbito profesional, ya que afecta no solo a la salud física de los trabajadores, sino también a la mental.

Según datos recopilados por Aon, una firma global de servicios profesionales, las principales causas del estrés laboral son la asignación de más responsabilidades debido a la pandemia (41%), la duración de la jornada laboral (28%), problemas con la tecnología (26%) y preocupaciones sobre la seguridad laboral (25%).

El estrés laboral puede tener impactos significativos en la salud física de los individuos. La carga de trabajo adicional, derivada de responsabilidades añadidas durante la pandemia y que se han mantenido, en muchos casos, tras la vuelta a normalidad, puede manifestarse en síntomas como fatiga crónica, dolores musculares, y trastornos del sueño. Estas consecuencias físicas no solo afectan el rendimiento laboral, sino que también tienen un impacto directo en la calidad de vida de los empleados.

Además, la prolongación de la jornada laboral, identificada como la segunda causa más común de estrés según los datos de Aon, puede contribuir a problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos. La falta de tiempo para el descanso y la recuperación se traduce en un aumento de la presión arterial y niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés.

El estrés laboral también tiene un impacto significativo en la salud mental de los empleados. Las responsabilidades adicionales y la incertidumbre sobre la seguridad laboral pueden desencadenar ansiedad y depresión. La presión constante para cumplir con las expectativas laborales puede llevar a sentimientos de desesperanza y agotamiento emocional.

Los problemas con la tecnología, otra de las causas señaladas por Aon, pueden agravar los problemas psicológicos al generar frustración y tensiones adicionales en el entorno de trabajo. La constante necesidad de adaptarse a nuevas herramientas y plataformas puede contribuir al agotamiento mental y afectar la concentración y el rendimiento laboral.

El estrés laboral no se limita al ámbito profesional; su influencia se extiende a la vida personal y familiar de los individuos. La fatiga acumulada puede traducirse en una disminución de la calidad de las relaciones personales y familiares. La falta de energía y disposición para participar en actividades fuera del trabajo puede afectar negativamente la vida social y el bienestar general.

Además, el aumento de la carga laboral puede limitar el tiempo disponible para la familia, generando tensiones en el hogar. Las preocupaciones sobre la seguridad laboral pueden traducirse en ansiedades compartidas con los seres queridos, afectando la estabilidad emocional de toda la familia.

Ante este panorama, es esencial que tanto empleadores como empleados adopten estrategias efectivas para gestionar el estrés laboral. Algunas recomendaciones incluyen la de establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal, para así evitar la prolongación excesiva de la jornada laboral y tener más tiempo para el descanso y la recuperación.

También es importante fomentar un equilibrio saludable entre las responsabilidades laborales y personales que puede contribuir a un mayor bienestar general. Esto puede incluir políticas de flexibilidad laboral y programas de apoyo para el cuidado de la salud mental.

Es además importante proporcionar a los empleados herramientas y técnicas para gestionar eficientemente su tiempo, ya que puede ayudar a reducir la sensación de estar abrumado por las responsabilidades laborales.

Como las tecnologías han llegado para quedarse, hay que saber utilizarlas, y la mejora manera es abordar los problemas relacionados con la misma y conseguir apoyo técnico para así minimizar las frustraciones de los empleados y mejorar la eficiencia del trabajo.

No hay que olvidar tener una buena comunicación entre los jefes y los empleados, ya que gracias a ella se pueden abordar las preocupaciones sobre la seguridad laboral y crear un ambiente de trabajo más transparente y colaborativo.

El estrés laboral es un problema cada vez más común en el mundo laboral actual. Es importante identificar las causas del estrés y adoptar estrategias para manejarlo. Estas estrategias pueden ayudar a reducir las consecuencias físicas y psicológicas del estrés, tanto a nivel laboral como personal y familiar.

Para poder solventar estos problemas de estrés en el trabajo se pueden tomar una serie de medidas, como hacer descansos regulares, evitar el multitasking que además puede provocar justo el efecto contrario, menos productividad. Es muy importante saber delegar tareas y aprender a decir que no, sin olvidar buscar apoyo social para poder hablar libremente de todo lo que pasa sin miedo a ser juzgado. 

Es importante recordar que el estrés laboral es una condición multifactorial, por lo que las estrategias para manejarlo deben ser variadas y adaptarse a las necesidades individuales.