Es el final del verano, y por tanto, también el final de las vacaciones. Es el momento de la vuelta al trabajo, a los madrugones, el estrés, a la presión por hacer las cosas bien y la organización de la agenda familiar y laboral. Es también la época en la que se produce el síndrome postvacacional que muchos trabajadores sufren.

La pregunta que se hacen muchos es si realmente el síndrome postvacacional existe, si no es un mito, y parece que las cosas no están claras. Pablo González Rico, doctor en Psicología del Trabajo y las Organizaciones y profesor del CEF.- Centro de Estudios Financieros, escuela de negocios ligada a la Universidad UDIMA, indica que no se puede establecer claramente si este síndrome es una realidad o es un mito ya que “no está considerado como enfermedad, ni tampoco como síndrome per se, en los principales manuales internacionales de diagnósticos de trastornos mentales”.

Ahora bien, de acuerdo con el profesor “no se puede negar que hay personas que sí están padeciendo este proceso de estrés generado por tener que enfrentarse al regreso al trabajo”, añadiendo que es solo un cuadro de estrés y que esto puede ser considerado como algo negativo pero también como algo positivo, ya que aparece de manera normal cuando una persona se enfrenta a cualquier demanda con una necesidad de atención especial, fuera de lo habitual. La clave sería entonces cómo conseguir superar este cuadro de estrés, “si se consigue superar, saldremos reforzados y empoderados”.

El síndrome postvacacional aparece cuando se produce un cambio de hábito, al pasar de una vida de vacaciones a una vida más exigente, con más retos, más activa, con más riesgos, “lo que provoca que se active en nuestro cuerpo el modo alerta que termina desembocando en esa situación estresante”.

Según González Rico, los principales síntomas son “el bajo estado de ánimo, la falta de energía, sentir decaimiento, cambios de humor y tener la sensación de que tu rendimiento profesional no está a la altura de tus verdaderas capacidades, entre otros”.

Estas sensaciones sólo duran unas semanas, aunque puede que se alargue hasta los 15 o 20 días, así que hay que tener paciencia y si, en el caso de que se prolongara por más de tres meses consecutivos, “sí estaríamos ante un trastorno adaptativo que podría ser la antesala de un trastorno depresivo”.

En el caso de las personas que teletrabajan, todavía no está claro si se ven más o menos afectadas por el síndrome postvacacional. “Algunos expertos indican que las previsiones de incidencia de este proceso de estrés debe ser menor para aquellas personas que teletrabajan los cinco días de la semana”, pero “si esto fuera así, estas personas probablemente deberían cuidar y gestionar de manera constructiva los “contras” que tiene una jornada completa de teletrabajo”, ha señalado el profesor.

Por tanto, se trata de una sensación real que está basada principalmente en el estrés y que la manera de afrontar este proceso de estrés es clave para poder superarlo.

Por eso, el doctor en Psicología del Trabajo hace una serie de recomendaciones para poder superar esta situación tan típica del inicio del año escolar tras unas deseadas vacaciones:

Prevenir antes que curar

Existen algunas acciones que se pueden llevar a cabo para enfrentarse a este síndrome postvacacional antes de que aparezca:

  • Si se ha ido de vacaciones fuera del lugar de residencia es recomendable regresar unos días antes de empezar a trabajar para que así se adapte mejor a la situación normalizada.
  • Retomar, si las hubiere, las actividades extralaborales que se realicen durante todo el año. Así, “se ayudará a nuestro cerebro a recordar cómo era nuestro día a día antes de las vacaciones y, por tanto, se producirá una mejor adaptación”.
  • Adaptar nuestros horarios y alimentación de manera progresiva.

Claves para enfrentarse al síndrome postvacacional

Pero hay veces que no es posible anticiparse y se encuentran, de sopetón, con los síntomas de estrés antes mencionados. En este caso, no hay que asustarse, ya que también hay recomendaciones para enfrentarse a esta situación, según González Rico:

  • Planificar las tareas y empezar con las más motivadoras.
  • Aprovechar los momentos de descanso.
  • Evitar llevarse trabajo a casa.
  • Eliminar del pensamiento “no voy a poder con esto”.
  • Reforzar a los compañeros cuando una tarea está bien hecha, ya que ellos harán lo mismo contigo.

Por tanto, en esta época del año que muchos consideran como un nuevo enero, un nuevo comienzo, hay que tomarse la vuelta al trabajo con la mejor energía posible y afrontando la situación como un reto, esquivando el estrés que supone volver a la rutina.