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2021, coronavirus y España

Como no podía ser de otra manera, también en la economía todo (o casi todo) es coronavirus.

Las previsiones para el año 2020 y siguientes auguran una recuperación en forma de la famosa V (salvo sorpresas), si bien el tramo creciente de la V tiene menor pendiente, lo que indica que la recuperación de los niveles anteriores tardará más tiempo de lo que hemos tardado en perder dichos niveles. Hemos caído por un acantilado, casi en caída libre durante estos trimestres pasados, y empezamos a subir por una cuesta empinada que nos llevará a la cota anterior en un par o tres de años.

El Banco de España ha predicho una caída del PIB este año, de entre un 10,7% y un 11,6%, y un crecimiento en 2021 de entre el 4,2% y el 8,6%, y de entre el 3,9% y el 4,8% en 2022. Para Funcas, el descenso en 2020 es mayor, un 12%, aunque la recuperación en 2021 será también mayor, del 6,7% al 6,2%. La Autoridad independiente de responsabilidad fiscal (AIReF) estima un crecimiento negativo para el año que termina de entre el 10,1% y el 12,4% y un crecimiento en 2021 de entre 5,2% a 5,8%, dependiendo de la existencia de rebrotes de la pandemia acusados o no. BBVA Research tiene una previsión de contracción para 2020 del 11,5% y un avance del 6% para el año que entra. Los datos del FMI son los más pesimistas para el 2020 (-12,8%) y de los más optimistas para el 2021 (7,2%) De hecho, defiende que España será el país que más recupere terreno dentro de la eurozona. Los datos para 2020, 2021 y 2022 para la OCDE son -11,6%, 5% y 4%. Finalmente, el carrusel de predicciones (como ya estamos acostumbrados, tan divergentes como las encuestas electorales) termina con la de la Comisión Europea, que predice un decrecimiento para este año del 12,4% y una recuperación para el año que viene y el siguiente de 5,4% y 4,8%.

En definitiva, y haciendo la media de todos los organismos en sus valores centrales en su caso, el PIB español se contraerá este año un 11,8% y su expansión será de un 6% en 2021 y de un 4,4% en 2022. Siguiendo con las medias, el desempleo tocará suelo el año 2021, con una tasa de 17,5%, frente al 16,4% de 2020. Hasta el 2023 no se recuperará la tasa del 2008.

Parece que los principios de siglo no se le dan bien a nuestra Edad Moderna. Las guerras italianas del XVI, la guerra de los 30 años en el XVII, las guerras de sucesión en el XVIII y la burbuja de los mares del sur, las napoleónicas en el XIX, las mundiales y la gran depresión en el XX,… Nuestro acontecimiento negativo particular dura ya 12 años (con una mínima recuperación entre 2015 y 2019) y combina una crisis puramente económico-financiera con una pandemia.

La particular estructura de la economía española (servicios, turismo,…) y su mercado de trabajo ha hecho que la relación entre su PIB nominal y el de Estados Unidos haya caído del 11% al 6% desde 2008 hasta hoy; con respecto a China, del 35% al 10%; Alemania, del 43% al 36%; Japón, del 33% al 27%; Reino Unido, 55% al 49%; Francia, 55% al 51%; India, del 129% al 52%; Brasil, 95% al 78%; Canadá, 104% al 80%; Rusia, 91% al 81%; Corea del Sur, 154% al 84%; México, 146% al 109%; Australia, 153% al 101%… Solo con Italia, entre los países con PIB similar, mantenemos un PIB relativo igual al que teníamos antes de 2008. Otro milagro español que se desinfla con gran facilidad cuando las cosas no vienen bien dadas. Y esta recesión seguida de la pandemia está resultando una ventisca sobre nuestro rostro que, dada nuestra debilidad, nos impide avanzar al ritmo de los demás. Esperemos que las desgracias terminen y el viento de cola nos impulse de nuevo hacia otro milagro y que, en el impulso, hagamos las reformas necesarias para que la siguiente crisis no derribe del todo lo construido como un castillo de naipes.

6 preguntas sobre la presupuestación en la pyme

1. Acerca del grado de cultura de gestión empresarial en las pymes españolas ¿puede afirmarse que un número nada desdeñable de pymes, sobre todo del pequeño comercio, operan de forma empírica e intuitiva, sin un presupuesto bien elaborado y apoyadas en gestorías que se encargan de la liquidación de impuestos y de los trámites administrativo-contables?

Con carácter general, la pyme española se ha centrado tradicionalmente en la gestión del negocio, subcontratando a gestorías las actividades contables, fiscales y administrativas con el fin de cumplir con los requerimientos exigidos al respecto sin distraerse de sus funciones centrales. Ello se ha debido, sobre todo, a la falta de recursos y, en muchos casos, de tiempo para la formación financiera. El pequeño empresario dedica un altísimo porcentaje de su jornada laboral a actividades comerciales y operativas. No obstante, es necesario diferenciar entre la pyme que desarrolla su actividad en el ámbito local y la pyme exportadora, la cual presenta un mayor grado de sofisticación en la gestión administrativa y financiera.

2. Por qué es fundamental que una empresa, aunque pequeña, cuente con un presupuesto anual bien diseñado para su buen funcionamiento?

El presupuesto es un ejercicio de planificación. Para su elaboración, se requiere una reflexión estratégica, ya que se trata de una representación anticipada de cómo ve el empresario su futuro cercano (los próximos 365 días). Dicha planificación exige plantearse unos objetivos de negocio y evaluar con qué recursos se cuenta para alcanzarlos. El diseño de dichos objetivos y el análisis de los recursos disponibles son pasos indispensables para ordenar las actividades a llevar a cabo en la gestión de la empresa. Por supuesto, es posible realizar las actividades empresariales sin esa reflexión anterior, pero parece aconsejable realizarlas con un cierto grado de formalización, el cual viene facilitado por la elaboración previa del presupuesto.

3.- Elaborar un presupuesto es adelantarse al futuro para evitar contratiempos. En una crisis como la actual y con serias restricciones en las ventas, ¿qué ventajas competitivas supone para una empresa contar con un presupuesto bien diseñado frente a otra que no lo tiene?

El presupuesto es esencial para poder ejecutar una estrategia. Desde hace algunos años, como consecuencia, entre otras causas, de la revolución tecnológica en curso que conlleva la obsolescencia acelerada y el acortamiento del ciclo de vida de muchos productos, en el ámbito de la Dirección Estratégica hay autores que enuncian el “fin de la ventaja competitiva”,  tal y como esta fue definida en los años 70 y 80, y la necesidad de desarrollar estrategias adaptativas en las empresas. La adaptación es esencial para la supervivencia empresarial. En el caso de las pymes, tal capacidad se vuelve imprescindible, fundamentalmente por el bajo poder de negociación de las mismas con clientes y proveedores. Así, por ejemplo, la planificación de los cobros y los pagos plasmada en un presupuesto de tesorería, puede servir para que el empresario se anticipe a posibles problemas de liquidez contratando instrumentos financieros adecuados, en vez de tener que actuar de forma reactiva y precipitada.

4.- Existen varios tipos de presupuestos: ¿En qué consiste cada uno de ellos?

Desde el punto de vista de la Dirección Financiera, la empresa desarrolla tres grandes procesos: la explotación o actividad principal de sus operaciones, la inversión y la financiación. Por ello, los presupuestos de una empresa serán el operativo, el de inversión y el de financiación.

El presupuesto operativo recoge las actividades de ventas, de producción, de gastos comerciales y de gastos generales, esto es, la previsión de ingresos y gastos de cada una de aquellas.

El proceso presupuestario debe partir del presupuesto de las ventas, que obligará al empresario a definir objetivos del negocio, referidos a cuota de mercado, unidades a vender o servicios a prestar y al precio. Su consecución, dependerá de que la empresa cuente con los recursos suficientes al respecto. Por ello, tras el presupuesto de ventas, habrá que elaborar el presupuesto de producción (o de prestación del servicio principal de la empresa), en el que habrá que evaluar cuál es la capacidad operativa de la empresa para desarrollar su actividad en función de sus recursos disponibles. Aquí se incluirá el consumo de mercaderías, si la empresa es comercial o de materias primas, tanto su aprovisionamiento como su transformación posterior en el caso de que la empresa sea industrial, así como de los recursos humanos involucrados en esa actividad, y de otros recursos consumidos.

El siguiente presupuesto del ámbito de las operaciones es el de gastos comerciales, donde el empresario deberá planificar, entre otros, los gastos del equipo de vendedores y las campañas de publicidad para dar a conocer y vender sus productos y servicios.

Finalmente, se debe presupuestar también el resto de actividades de la explotación relacionadas con áreas como las de administración y asesoría jurídica, sobre la base de sus planes y programas de actuación en función de las necesidades de la empresa.

Tras los presupuestos de operaciones, se ha de llevar a cabo el presupuesto de inversión, que exigirá prever cuál es la dimensión necesaria de la empresa para poder desarrollar su actividad y qué activos necesita para ello. El mismo exige cálculos previos de análisis de viabilidad financiera de los mismos, esto es, que su coste inicial sea inferior que las rentas que va a generar en el futuro. Es este el ámbito donde se debe decidir también la tecnología y los sistemas de información a utilizar. Inadecuadas decisiones de inversión pueden hacer fracasar a la empresa aun cuando sus operaciones estén siendo bien gestionadas.

El tercer y último presupuesto a elaborar es el financiero. En la empresa, además de elaborar la cuenta de pérdidas y ganancias en función de los ingresos y gastos, es decir, de las ventas realizadas y los consumos incurridos para conseguirlas, hay que hacer un cálculo sobre los cobros y los pagos que se prevén en el próximo año. Así, la suma de los cobros y pagos que se derivan de los presupuestos de las operaciones y del presupuesto de inversión constituyen el flujo libre de caja previsto. Esa es la variable más importante desde el punto de vista económico-financiero de la empresa. De ella dependerá el presupuesto financiero. Si una empresa tiene un presupuesto de 1,5 millones de euros de caja en sus operaciones, pero tiene un presupuesto de inversión de -2 millones de euros en ese mismo período, necesitará financiar (esto es, pedir prestado a terceros o a sus socios) el medio millón de euros no cubierto.

De este modo, la empresa ha de planificar el volumen de recursos que necesita, qué parte de los mismos va a pedir a terceros, por ejemplo, a entidades financieras, el tipo de interés que estas le exigirán y las condiciones de devolución del principal y de los intereses.

5.- Con toda probabilidad, la caída de ventas obliga a una revisión del presupuesto para este año 2020. En los meses futuros, ganar un euro supondrá un esfuerzo tres o cuatro veces mayor al normal. ¿Qué partidas del presupuesto deberían reformularse para garantizar la viabilidad de una pequeña empresa?

Habrá que reformular todas las partidas. En septiembre de 2019, mes en el que la mayoría de las empresas empezó a elaborar el presupuesto, no existía el Covid-19. Todas las previsiones realizadas entonces para el año 2020 han quedado obsoletas cuando aún no han transcurrido ni cinco meses del año.

Por primera vez en más de un siglo, se ha producido una crisis cuyas causas no tienen nada que ver con las crisis vividas anteriores. En el 29 se produjo una Gran Depresión tras un estallido bursátil. En los años 30 y 40, graves crisis causadas por grandes guerras. En los años 70 y 80, crisis originadas por “shocks” de oferta en materias primas como el petróleo. En los años 90, crisis monetarias derivadas de desequilibrios comerciales. A principios del milenio, burbujas tecnológicas por expectativas irracionales asociadas a Internet, así como graves perturbaciones monetarias en Asia y Latinoamérica por enormes desequilibrios fiscales, comerciales y de tipo de cambio.

En 2007, una Gran Recesión por una inadecuada gestión de riesgos y una desastrosa política de inversiones en activos tóxicos relacionados con el sector hipotecario y, en el caso español, de la construcción. Esta comenzó siendo de liquidez; luego, económica; y luego, de deuda. Sus consecuencias se han dejado sentir hasta muy recientemente.

Todas estas crisis que han jalonado el siglo han sido causadas por el hombre, y han encontrado respuesta, con diferentes grados de acierto, en políticas económicas, tanto fiscales como monetarias… Pero la situación actual es completamente distinta: por primera vez el ser humano, atacado por un virus, ha tenido que dejar de hacer las rutinas que le protegían y le permitían ganarse la vida y encerrarse en casa para poder sobrevivir. Gran parte de la ansiedad generada en estos tiempos de confinamiento se deriva precisamente, de la necesidad perentoria de desarrollar rutinas nuevas pues las antiguas no nos aseguran la supervivencia.

La Economía es una Ciencia Social, que estudia un tipo determinado de relaciones sociales: las económicas, las cuales requieren de la confianza entre las partes. Estas relaciones no pueden seguir desarrollándose tal y como se han venido haciendo durante mucho tiempo, pues el hombre es visto ahora por sus semejantes como el anfitrión de un virus vehículo de contagio. Así, la viabilidad de los pequeños negocios dependerá en gran parte de la recuperación de esa confianza. Inequívocamente, esta no será completa hasta que no se disponga de una vacuna. Entre tanto, el soporte público resultará imprescindible para evitar un colapso de proporciones aterradoras, solo comparable a la amenaza existente sobre la salud de la humanidad.

Por todo lo anterior y dado que, además, los escenarios de evolución de la enfermedad cambian a gran velocidad, las empresas deberán revisar con mucha frecuencia sus objetivos de negocio y sus planes de acción; y, por tanto sus presupuestos, durante los próximos meses.

A modo de anécdota, cabe señalar que algunos analistas están proponiendo un nuevo indicador para el análisis económico financiero, denominado EBITDAC, que recoge el beneficio antes de intereses, impuestos, amortizaciones y cargas debidas al coronavirus, para tratar de dibujar cuál sería el resultado de la empresa si no existiese esta pandemia.

6.- ¿Es posible que una de las enseñanzas del cerrojazo de la actividad durante estos meses será que las empresas que han descuidado su gestión en estos aspectos se tomen más en serio su gestión?

En el pasado reciente, la pyme española ha desarrollado su actividad, por un lado, en el ámbito de la distribución y; por otro, teniendo como clientes a empresas del sector de la construcción o a Administraciones Públicas. La crisis iniciada en 2007 hundió el sector de construcción y dejó sin fondos para contratar al Sector Público. Asimismo, la evolución tecnológica  ha posibilitado el contacto directo entre clientes y fabricantes prescindiendo de intermediarios. Además, la aparición de grandes gigantes logísticos y de la distribución, ha implicado procesos imparables de concentración, que han afectado a la supervivencia de muchos pequeños negocios.

En el entorno actual, otra grave amenaza se cierne sobre un sector con una gran contribución al PIB en España: el turismo. Los grandes actores del mismo cuentan entre sus proveedores con un elevado número de empresas de pequeño tamaño relativas a sectores afines y auxiliares que corren un serio peligro de quiebra.

No obstante todo lo anterior, ya desde principio de siglo y especialmente desde la Gran Recesión de 2007, se ha observado  el florecimiento de una nueva generación de empresarios con una conciencia clara de la necesidad de diseñar modelos de negocio viables y de desarrollar funciones como el marketing y la financiera, no con carácter auxiliar sino central. Todo ello, en un marco de inversión en sistemas de información integrales, como los ERP (“Enterprise Resource Planning”), con una perspectiva digital y en un ámbito de competencia global.

Hablamos de una pyme innovadora y basada en el conocimiento, que no se concibe sin la elaboración periódica de planes estratégicos y de presupuestos. Al desarrollo de la misma debe contribuir la transformación del sector financiero, que ha de empujar a sus entidades a realizar el análisis de riesgos no solo desde una perspectiva del cumplimiento de requerimientos formales, sino del examen y discusión con el empresario de su modelo de negocio y su plan financiero.

Por último, la supervivencia de la empresa no se dará si la misma no es respetuosa con el medio ambiente y no desarrolla plenamente su responsabilidad social corporativa, creando valor no solo para los accionistas, sino para todos los agentes que con ella se relacionan: clientes, proveedores, empleados, comunidades y la sociedad en la que se asienta. Esta solo será viable si se forjan relaciones de lealtad entre la empresa y todos ellos.

Enemigos tan temibles como el virus y el cambio climático, van a seguir formando parte de un entorno que amenaza, no solo la actividad económica, sino la supervivencia del hombre como especie. El futuro de la pequeña y mediana empresa dependerá de su adaptación a esta nueva realidad.

Medidas fiscales para afrontar el impacto económico y social de la COVID-19

Como continuación al post ¿Cuáles son las implicaciones fiscales (presentes y futuras) de la COVID-19?, en las siguientes líneas reseñamos brevemente el estado de las medidas fiscales (a 11 de mayo) establecidas a nivel estatal para hacer frente al impacto económico y social de la COVID-19.

A grandes rasgos, las medidas aprobadas en los diferentes ámbitos son las siguientes:

1. Procedimientos tributarios

a) Flexibilización de los aplazamientos. En el artículo 14 del Real Decreto-ley 7/2020 se concede la posibilidad de aplazar el pago a todas aquellas declaraciones y autoliquidaciones cuyo plazo de presentación e ingreso finalice desde el 13 de marzo de 2020 hasta el 30 de mayo de 2020 (siempre que las solicitudes presentadas hasta esa fecha sean de cuantía inferior a 30.000 euros). Es requisito necesario que el deudor sea un contribuyente con un volumen de operaciones inferior a 6.010.121,04 euros en el año 2019. Las condiciones del aplazamiento son las siguientes: (i) el plazo será de seis meses; (ii) no se devengarán intereses de demora durante los primeros tres meses.

b) Suspensión plazos de prescripción y caducidad. Suspensión desde el 14 de marzo hasta el 30 de mayo de 2020 de los plazos de prescripción y caducidad de las acciones y derechos contemplados en la normativa tributaria (disposición adicional cuarta del Real Decreto 463/2020).

c) Ampliación de plazos. Ampliación hasta el 30 de mayo de 2020 o, si fuera posterior, hasta la fecha otorgada por la norma general, de determinados plazos abiertos en la fecha de declaración del estado de alarma y que no estaban concluidos a esa fecha, así como de los plazos que, en su caso, se abran a partir de su declaración (artículo 33 del Real Decreto-ley 8/2020 y disposición adicional primera del Real Decreto-ley 15/2020).

¿Qué plazos se benefician de la ampliación hasta el 30 de mayo de 2020? (i) los D el pago de la deuda tributaria en periodo voluntario y ejecutivo; (ii) los vencimientos de los aplazamientos y fraccionamiento concedidos; (iii) los relacionados con el desarrollo de subastas y adjudicación de bienes; (iv) los plazos para atender requerimientos, diligencias de embargo, solicitudes de información con trascendencia tributaria, y para formular alegaciones ante actos de apertura de dicho trámite o de audiencia, dictados en procedimientos de aplicación de los tributos o sancionadores.

d) Ampliación del plazo para la presentación e ingreso de determinadas declaraciones y autoliquidaciones. Extensión del plazo de presentación e ingreso de las declaraciones y autoliquidaciones tributarias cuyo vencimiento se produzca a partir del 15 de abril de 2020 y hasta el día 20 de mayo de 2020. Dicha medida se aplicará para aquellos contribuyentes que tengan un volumen de operaciones no superior a 600.000 euros a efectos del IVA. La medida también será aplicable a las Administraciones públicas, si bien en este caso por la configuración de estos contribuyentes, se tomará como umbral el volumen de su presupuesto (artículo único del Real Decreto-ley 14/2020).

e) Suspensión del cómputo plazos de duración procedimientos. Suspensión desde el 14 de marzo hasta el 30 de mayo 2020 del cómputo del plazo de duración de los procedimientos tramitados por la AEAT (artículo 33 del Real Decreto-ley 8/2020 y disposición adicional primera del Real Decreto-ley 15/2020).

f) Modificación de los plazos de impugnación. El plazo para interponer recurso o reclamación finalizará el 30 de junio de 2020 (disposición adicional octava del Real Decreto-ley 11/2020 y disposición adicional primera del Real Decreto-ley 15/2020).

2. Impuesto sobre el Valor Añadido

a) Tipo 0 % en determinadas operaciones con bienes necesarios para combatir los efectos de la COVID-19. Desde el 23 de abril y hasta el 31 de julio de 2020 se aplicará el tipo 0 por ciento del IVA a las entregas, importaciones y adquisiciones intracomunitarias de suministro de material sanitario, cuyos destinatarios sean entidades públicas, sin ánimo de lucro y centros hospitalarios (artículo 8 del Real Decreto-ley 15/2020).

 b) Tipo 4 % en libros, periódicos y revistas digitales (disposición final segunda del Real Decreto-ley 15/2020).

3. Impuesto sobre Sociedades

a) Opción extraordinaria por la modalidad de pagos fraccionados prevista en el artículo 40.3 de la Ley 27/2014. Se permite, para los períodos impositivos iniciados a partir de 1 de enero de 2020 y con efectos para dicho período, que los contribuyentes cuyo volumen de operaciones no haya superado la cantidad de 600.000 euros ejerzan la opción por realizar los pagos fraccionados, sobre la parte de la base imponible del período de los 3, 9 u 11 primeros meses, mediante la presentación dentro del plazo ampliado por el Real Decreto-ley 14/2020 del pago fraccionado determinado por aplicación de la citada modalidad de base imponible (20 de mayo de 2020). Para los contribuyentes que no hayan podido ejercer la opción de acuerdo con lo anterior y cuyo importe neto de la cifra de negocios no sea superior a 6.000.000 de euros se prevé que la opción pueda realizarse en el plazo del pago fraccionado que deba presentarse en los 20 primeros días del mes de octubre de 2020, determinado, igualmente, por aplicación de la citada modalidad de base imponible (artículo 9 del Real Decreto-ley 15/2020).

b) Deducción por inversiones en producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales (disposición final primera del Real Decreto-ley 17/2020):

Con efectos para los períodos impositivos que se inicien a partir de 1 de enero de 2020.

  • En relación con las inversiones en producciones españolas de largometrajes cinematográficos y de series audiovisuales reguladas en el artículo 36.1 de la LIS: incremento del tipo de deducción (del 30 por ciento respecto del primer millón de base de la deducción; del 25 por ciento sobre el exceso de dicho importe); incremento del límite máximo de deducción: 10 millones.
  • En relación con las inversiones en producciones extranjeras de largometrajes cinematográficos y de series audiovisuales reguladas en el artículo 36.2 de la LIS: incremento del tipo de deducción (del 30 por ciento respecto del primer millón de base de la deducción; del 25 por ciento sobre el exceso de dicho importe); incremento del límite máximo de deducción: 10 millones. La deducción se aplica siempre que tales gastos sean, al menos, de 1.000.000 euros. Como novedad, se establece que para los gastos de preproducción y postproducción destinados a animación y efectos visuales realizados en territorio español, el límite se establece en 200.000 euros.

4. Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

a) Limitación de los efectos temporales de la renuncia tácita al método de estimación objetiva en el ejercicio 2020. Se elimina la vinculación obligatoria que se establece durante tres años para la renuncia al método de estimación objetiva del IRPF, de manera que los contribuyentes puedan volver a aplicar dicho método en el ejercicio 2021, siempre que cumplan los requisitos normativos para su aplicación (artículo 10 del Real Decreto-ley 15/2020).

5. Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados

Las escrituras de formalización de las novaciones contractuales de préstamos y créditos hipotecarios que se produzcan al amparo del Real Decreto-ley 8/2020 quedarán exentas de la cuota gradual de documentos notariales de la modalidad de actos jurídicos documentados de este Impuesto (disposición final primera del Real Decreto-ley 8/2020).

6. Régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo

Con efectos desde el 1 de enero de 2020, se modifica el artículo 19.1 de la Ley 49/2002 para incrementar en 5 puntos porcentuales los porcentajes de deducción previstos para las donaciones efectuadas por contribuyentes del IRPF; elevación que resulta igualmente aplicable a los contribuyentes del IRNR que operen en territorio español sin establecimiento permanente (disposición final segunda del Real Decreto-ley 17/2020).

Feliz Día del Libro

Me rompí el tendón de Aquiles jugando al fútbol con un niño de cinco años. Desde entonces, aunque no viene al caso, cuando oigo la expresión “deportes de riesgo” me meto debajo de la mesa. En el hospital, un enfermero me pidió que me levantara la pernera del pijama y, siguiendo un moderno procedimiento digital, cogió un rotulador negro y me pintó en la espinilla un asterisco del tamaño de un repollo.

-¿Por qué hace eso?

-Para que el médico no se confunda de pierna al operarle.

Hubo suerte y me operaron bien, aunque me pasé varios meses en rehabilitación. Dado que no podía conducir para ir a la clínica, tuve tiempo de escuchar las lesiones padecidas por los taxistas, titulares y contratados, de la flota entera de la Villa de Madrid: esguinces, fracturas y elongaciones me fueron relatadas con minuciosidad por parte de los conductores sin necesidad de preguntarles.

-¿A dónde vamos?

-A la calle de…

-Pues fíjese, yo una vez, me caí de una escalera y me rompí la tibia.

Y así, un día y otro, hasta que, una tarde, un taxista no me contó sus percances, sino que me mostró el Quijote que tenía en el salpicadero y que, según me dijo, iba leyendo en las paradas mientras esperaba a cargar clientes. No hablamos de escayolas. Nos reímos mucho recordando el episodio de la venta.

Hace algunos años, encontré en un quiosco los cuentos que me leían mis padres de pequeño. El que más preocupación me produjo siempre fue el del pobre Pulgarcito, engullido por un buey. El de Hansel y Gretel, cebados por una bruja y sin poder salir de casa, guarda una curiosa similitud con estos tiempos que corren.

El primer libro que me enganchó siendo niño fue uno de Los tres investigadores. Lo solía leer mientras merendaba un bocata de salchichón. Me gané una reprimenda del bibliotecario por devolverlo con las hojas manchadas de grasa del embutido.

Entre los amigos del cole, algunos eran de Los Cinco y otros éramos de Los Siete. Dicha rivalidad se tornaba en consenso cuando aparecían Rompetechos y Mortadelo.

Al que inventó el metro, le tendrían que hacer un homenaje en la Feria del Libro. Así, de Legazpi a Plaza de España, Tolstoi me fue contando la campaña de Rusia; y de Almendrales a Somosaguas, en la línea 3 y luego en el A, pude contemplar sin pausa al Coronel Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento mientras recordaba el día en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

Por poco dinero, más bien ninguno, porque no le devolví el libro a mi amigo Paco, seguí por Granada, Fez, El Cairo y Roma, a León el Africano. Libro maravilloso. Guía de viajes y bálsamo para el corazón.

La primera clase magistral de Dirección de Operaciones se la vi impartir al muy eficiente Pantaleón Pantoja cuando organizó un equipo de visitadoras ad hoc para subir la moral a las tropas peruanas (¡Qué crack!). Aparte de esa historia, y de la de un pobre escribidor con mente disparatada, de don Mario me quedo con el tremendo relato de la niña dominicana que sufrió los abusos de un Chivo.

Me enteré no hace mucho de que todas las familias felices parecen iguales, mientras que las infelices lo son cada una a su manera. Fue camino de Santiago. A la pobre Ana Karenina, curiosa casualidad, la vi arrojarse a las vías del tren mientras yo esperaba en el andén de la estación de Orense.

Mi educación sentimental incluye a Remedios la bella, flotando transparente mientras llovían flores, a la evocación emocionada que un pintor hizo de su Señora de rojo sobre fondo gris y a la Gemma de Sanín en Lluvia de primavera.

Opino que Flaubert era un malvado. Primero te distraía con las descripciones más maravillosas que se hayan escrito, para luego arrimar el ascua a su sardina y, con el pretexto de compadecer a su protagonista, hacerte odiar al señor Homais. No mucho antes, asistí espantado al bofetón que le pego un padre a su hijo en Rojo y Negro. Desde entonces me pregunto qué hubiera pasado si Emma Bovary y Julián Sorel se hubiesen conocido cuando ambos estaban en edad de merecer.

Confieso que me costó terminar Rayuela, pero me fascinó verme metido en el atasco de una autopista cerca de París.

Dijo Auster cuando recogió el Príncipe de Asturias, que la lectura forja un vínculo casi íntimo entre dos desconocidos. Debe de ser así, pues observé muy cerca la felicidad del protagonista de su Brooking Follies al salir del hospital el día 11 de septiembre de 2001.

La coincidencia literaria más rara que me ha ocurrido fue en un concierto en la plaza Mayor. Estaba leyendo Nieve, de Pamuk, y me senté al lado de una señora francesa. Leía en su idioma el mismo libro. Los dos por la misma página.

Peor suerte corrí cuando fui a Isla Negra a ver la casa de Neruda y me encontré con que ese día cerraba porque era lunes. No obstante, gracias a don Pablo conocí que los cisnes no cantan cuando mueren.

A través de los libros he sabido también del exilio interior de los quebrados durante una guerra infame. En el corazón helado, en los girasoles ciegos, en la voz dormida, en el lápiz del carpintero.

Aunque soy de Madrid, la Barcelona que amo la he visitado a través de su lluvia: la de Carmen Laforet, la de Ruiz Zafón, la de Leante y la de Goytisolo.

La de Galicia, sin fin, la descubrí en una mazurca de Cela.

Leer también ha tenido sus inconvenientes: cateé una asignatura en la carrera por dedicar el día anterior al examen a enterarme de si los libios habían hecho explotar una bomba en Nueva York. Además, tengo miedo de volverme cucaracha desde que conocí a Gregorio Samsa.

Os confesaré que estos días leo y releo dos libros: uno, me lo regaló mi amigo Vicente. Es La peste, crónica de actualidad, en la que el hombre da de sí lo mejor y lo peor enfrentado a una epidemia. El otro lo comencé a leer en el verano del 90. Fue cuando un tal Eduardo Mendoza empezó a publicar en un periódico la historia de un extraterrestre llamado Gurb, que cayó en Barcelona y se convirtió en Marta Sánchez. Tuve que interrumpir su lectura pues me marché a trabajar fuera de España. En esa época no había Internet. No fue sino hasta las Navidades siguientes, cuando de vuelta en Madrid, vi en una librería la edición completa. Todavía me sigo riendo.

Creo que entre las tres mejores cosas que hay en esta vida (me permitiréis que no diga cuáles son las otra dos ni el orden en el que las pongo) está la lectura. Así, si tuviera que recomendar algo para este confinamiento, además de que os quedéis en casa, os lavéis las manos y deis cuantos más besos, mejor, os diría que leyerais. Mucho. Sin medida. Sin quicio.

Para protegernos del odio, de la zafiedad y de la tristeza.

Por ello, hoy 23 de abril, entre recuerdos a don Quijote y a Sancho, quiero que nuestros abrazos vuelen hacia los lectores, hacia quienes escriben y, también, hacia libreros y editores, que lo están pasando mal.

Feliz Día del Libro a todos.

Lleno de cariño y de esperanza.

Tanto como de vida por delante.

Tanto como de páginas por pasar.

El helicóptero

Desde 2008 las políticas monetarias expansivas (FED, BCE -con Draghi, no antes-, Banco de Londres, Banco de Japón, etc.), han sido generalizadas. No han tenido efectos inflacionistas, pues la actividad, especialmente en Europa, ha sido anémica debido a la Gran Recesión.

Entonces, las políticas monetarias expansivas fueron acompañadas de políticas de austeridad (fortísimos ajustes en el gasto público) con efectos muy duros sobre amplias capas de la población. Asimismo, se produjo la asunción de la deuda privada de los bancos (causantes en gran parte de la situación por su malísima selección de inversiones y su muy deficiente análisis de riesgos) por parte del sector público. Los gobiernos se financian con dinero de otros desde que el mundo es mundo (en España ya lo hacían los Austrias) para poder llevar a cabo su actividad. Y lo hacen de dos formas: piden prestado a otros o, bancos centrales mediante, se lo inventan.

La creación de dinero no sólo corresponde a dichos bancos centrales, sino también a los bancos comerciales, por el multiplicador del coeficiente de caja. La situación actual es inédita porque nunca anteriormente el hombre moderno había tenido que detener su actividad (no solamente la económica) y encerrarse en su casa para sobrevivir. Ante tal parón, la política económica, para ser efectiva, además de monetaria, tiene que ser fiscal y de rentas. Toda Europa va a tener niveles altísimos de endeudamiento. Ningún país de la Unión Europea (me da un poco de risa que se llame así) cumpliría hoy los requisitos de Maastricht para entrar en el euro.

Eso nos va a acompañar, igual que las mascarillas, durante mucho tiempo. La imagen que en mi opinión refleja mejor la situación, no es un helicóptero lanzando billetes que imaginó Milton Friedman, sino lanzando flotadores, porque a muchísima gente (pymes, autónomos, parados, trabajadores precarios, pensionistas, etc.) el agua le está llegando al cuello. Y no podemos dejar que haya gente que se ahogue. El hombre no se está jugando su viabilidad financiera, se está jugando su supervivencia como especie.