Los efectos, positivos o negativos, de las políticas sanitarias, sociales y económicas de un país (en general, el grado de implantación del estado del bienestar) se reflejan en la esperanza de vida de las personas. Según la ONU, la esperanza de vida al nacer es el promedio de años que espera vivir un recién nacido si los patrones de mortalidad por edades imperantes en el momento de su nacimiento se mantienen constante a lo largo de toda su vida. En el año 2016, la esperanza de vida para ambos sexos se situó en 83,16. Diferenciando por sexos, las mujeres tienen una esperanza de vida al nacer de 85,88 años mientras que en los hombres asciende a 80,37. Hasta los años 90 del siglo pasado, la esperanza de vida de las mujeres respecto a la de los hombres crecía de forma considerable debido a la mayor mortalidad de los hombres consecuencia de una mayor exposición a riesgos, estilos de vida más descuidados y factores biológicos. Sin embargo, desde ese momento, la brecha existente entre sexos ha ido disminuyendo, aunque sigue siendo favorable al sexo femenino. En el año 2016 la diferencia es de 5,5 años a favor de la mujer. Es importante notar que esta diferencia de 5,5 años de vida más que presentan las mujeres respecto de los hombres se deberá tener en cuenta de cara a dotar de más recursos para el cuidado y la mejora de la calidad de vida de las mujeres durante esos años.
La esperanza de vida en España es una de las mayores del mundo, sólo superada por países como Suiza, Japón o Italia, y un año por encima de la media de esperanza de vida de los países de la zona euro. Según los datos del Banco Mundial, la esperanza de vida de la población española ha experimentado un crecimiento desde 1960 hasta 2105, y parece que la tendencia se mantiene.
Ello es debido fundamentalmente al descenso de la mortalidad derivada de las mejores condiciones de vida y supone un aumento en el gasto tanto sanitario como en pensiones porque hoy en día llegan más personas a la edad de jubilación establecida y requieren, a partir de un cierto momento, de más cuidados o más sofisticados.
Según las proyecciones del INE la esperanza de vida al nacer llegaría a alcanzar, en el año 2065, los 88.5 años para los hombres y los 91.6 años de edad para las mujeres.
Se ha de tener en cuenta sin embargo, que estos datos pueden variar como consecuencia de cambios en las migraciones y la natalidad cuya evolución puede afectar notablemente esta tendencia creciente.
La esperanza de vida a los 65 años, se sitúa en el año 2016 en 21, 25 años y diferenciando por sexos, 19,18 años para los hombres y 23,089 para las mujeres. Estos valores son, como en el caso de la esperanza de vida al nacer, de los mayores que se presentan actualmente en la zona euro y en el mundo.
Si se mantienen las condiciones actuales, en el año 2065, una mujer de 65 años vivirá, en promedio, otros 28.2 años más y un hombre lo hará 25.1 años más frente a los 22.7 y 18.8 años, respectivamente, que se espera que vivan actualmente.