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Descubierto el mayor primo hasta la fecha

La raza humana ya conoce otro número primo más, el más grande conocido hasta la fecha. Consta de 22.338.618 dígitos. Es un número primo de Mersenne.

No todos los primos son primos de Mersenne. Es más, los primos de Mersenne son muy escasos. Sólo se conocen 49, aunque debe de haber más esperando a ser descubiertos. Todos son del tipo

Mn = 2n – 1

Obviamente, no todo número del tipo 2n – 1 es primo, pero los primeros primos de Mersenne aparecen pronto y son: 1, 3, 7, 15, 31, 63, 127, …

Toman el nombre de Marin Mersenne (1588-1648), monje y matemático francés, que propuso una conjetura sobre los valores que tendría que tener ese exponente “n” para que el resultado fuera primo.

La ventaja de estos primos es que se pueden computar de una forma más rápida que otros números primos. Es más, llegados a un punto, sólo se pueden analizar o descubrir números primos usando computadoras.

Podemos demostrar que hay infinitos números primos cada vez más espaciados en la recta real, pero sólo podemos conocer unos pocos de ellos y sólo a través de un laborioso trabajo.

El proyecto Great Internet Mersenne Prime Search (GIMPS) comenzó en 1996 y ya ha descubierto 15 de estos primos. Este proyecto se basa en voluntarios que prestan los tiempos muertos de sus ordenadores a realizar esta búsqueda gracias al programa que creó la organización.

El nuevo primo de Mersenne es el siguiente:

274207281-1

El programa descubrió este primo hace meses (el 17 de septiembre pasado), pero un error impidió enviar el correo electrónico a la organización, así que se enteraron hace unos días gracias una revisión de los cómputos.

La meta más interesante para GIMP sería encontrar un primo con 100 millones de dígitos, logro por el cual la Electronic Frontier Foundation otorgaría un premio de 150.000 dólares. El premio se repartiría entre esta organización y aquel cuya computadora lo encuentre. Por tanto, además de la inmortalidad que conseguirá su descubridor, hay recompensa económica. Todo aquel que lo desee puede descargarse el programa y probar suerte.

El algoritmo que permite encontrar estos primos (básicamente el de Lucas-Lehmer mejorado por Richard Crandall) inspiró el cifrado elíptico, que permite cifrar y descifrar mensajes de manera rápida. Así que hay cierto utilitarismo en este asunto.

Todas las matemáticas pueden en algún momento usarse para algo práctico. Al fin y al cabo, es el lenguaje en el que está escrita la ciencia. Pero no podemos ver este tipo de descubrimientos bajo un punto de vista puramente utilitarista o ingenieril.

Ni siquiera las Matemáticas tienen por qué explicar la realidad. Esta visión de los intuicionistas y constructivistas dejó de estar de moda hace más de medio siglo. Ya demostró Gödel que las lógicas intuicionistas y sin tercio excluso eran subclases de la axiómatica de conjuntos ZFC. Aunque a los psicopedagogos les guste tanto esta conexión con la realidad en sus propuestas de mejora de la enseñanza.

Tratar de encontrar una utilidad materialista a todo es frecuentemente una corriente de pensamiento pobre y limitante. Además, es un hipoteca para los futuros estudiantes que quieran avanzar en sus conocimientos.

Es una suerte que muchos de los teoremas matemáticos que conocemos tengan esta utilidad y que describan muchos nichos de realidad, como ocurre en su aplicación a la Física, por ejemplo.

Sin embargo, seguimos sin saber qué describen las Matemáticas en realidad o qué es la realidad misma. No sabemos si son un mero juego de símbolos, una realidad platónica con existencia independiente a nosotros o una simple invención humana. Desde los tiempos de Platón esto constituye un problema filosófico que está sin resolver. Pero, aunque nos movemos siempre entre las aguas ontológicas y gnoseológicas, el barco del conocimiento sigue avanzando.

Hay más aspectos que tratar, si se me permite. En concreto el aspecto sentimental. El simple hecho de descubrir otro primo de Mersenne es similar a descubrir los afluentes de un río, una tribu no contactada, una nueva especie de libélula o una supernova en una lejana galaxia. Tiene valor en sí mismo, la belleza de encontrar algo nuevo que simplemente satisface nuestra curiosidad, que nos llena de asombro y nos saca de la rutina cotidiana.

Si hay otras civilizaciones avanzadas estarán compuestas por seres que tengan mentes inquietas, seres con curiosidad que buscarán los mismos primos que nosotros. Gastarán un tiempo y esfuerzo en descubrirlos al igual que hacemos nosotros. Un gusano no tiene curiosidad. La curiosidad nos hace inteligente y humanos, lo que crea un vínculo entre nosotros y esos supuestos alienígenas.

Eventualmente, las Matemáticas nos permitirían comunicarnos con otras civilizaciones. Así lo reconocemos cuando usamos primos para enviar nuestros mensajes a las estrellas.

La vida de las estrellas

Las estrellas nacen, brillan durante un tiempo y luego mueren. Vamos a ver, además, que las estrellas tienen su personalidad y visten distintos colores y temperaturas. Porque las estrellas tienen colores. Colores que, a veces, se aprecian a simple vista.
Las estrellas nacen y mueren de manera turbulenta, pero tienen vidas sosegadas y tranquilas, vidas que van de los millones a los billones de años según el caso. Veamos cómo son esas vidas.
Las estrellas se forman en nubes de gas y polvo gigantes. Gracias a la gravedad, o incluso a la presión ejercida por la explosión en estrellas antiguas, este gas y polvo se condensa y concentra en una esfera que va a ser la protoestrella. Los restos y escombros que quedan forman un disco protoplanetario y a partir de él se forman planetas. Así que los planetas no son más que un subproducto de la formación estelar.  Actualmente se cree que casi todas la estrellas podrían albergar planetas a su alrededor.

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Pero volvamos a la protoestrella. Esta no es más que una esfera de gas, principalmente hidrógeno y helio, que siempre intenta alcanzar un equilibrio entre dos fuerzas opuestas. Por un lado está la gravedad que tenderá a comprimir esta esfera y, por otro lado, la presión y temperatura tenderá a expandirla. Si hay suficiente masa la presión y temperatura interior es tan grande que se producen reacciones de fusión nuclear en las que el hidrógeno es transformado en helio con gran liberación de energía. Esta energía termina tarde o temprano en la superficie de la estrella y es irradiada en forma de luz al negro espacio exterior. Nuestra estrella ya brilla y podemos decir que ha nacido una estrella. Lo que le pase después dependerá de la masa que contenga y, además, esto determinará su final.

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Decía un personaje de Blade Runner que las estrellas que brillan el doble duran la mitad y no le faltaba razón. Cuanto más masiva es una estrella mayor es el ritmo de las reacciones de fusión nuclear de su interior y, por tanto, más energía emite y mayor es su temperatura superficial, pero menos tiempo permanecerá brillando.
Podemos calificar las estrellas según este criterio en lo que se denomina clase espectral.  Tradicionalmente, las distintas clases o tipos, ordenadas de mayor a menor temperatura, de mayor a menor masa, eran: O, B, A, F, G, K, M.
Para poder recordar bien las distintas clases espectrales hay una bonita regla nemotécnica en ingles: Oh Be A Fine Girl Kiss Me! Una regla que humaniza a los astrónomos.
Las estrellas de clase O son muy masivas, hasta 90 veces más masivas que el Sol,  y muy brillantes, hasta un millón de veces más brillantes que el Sol. Tan calientes (hasta 50.000 grados en su superficie) que principalmente emiten luz más allá del violeta, colores que no podemos ver con el ojo humano. Un ejemplo de este tipo es la estrella Alnitak en Orión.
Oh be a fine girl kiss me! La siguiente clase es la B, con masas de hasta 16 masas solares y temperaturas de hasta 30.000 grados kelvin (K de ahora en adelante). Un ejemplo de clase B es Algol.
Tanto las estrellas de clase O como las B se nos antojan azules cuando las miramos con nuestros ojos.
Oh be a fine girl kiss me! Las estrellas de tipo A llegan hasta los 10.000 K de temperatura superficial y se nos antojan de color blanco. Altair y Sirius A son ejemplos de estas estrellas.
Oh be a fine girl kiss me!  Las estrellas de tipo F son blancas amarillentas y tienen temperaturas de hasta 7500 K.  Gamma Virginis es un ejemplo de este tipo.
Oh be a fine girl kiss me! Le toca el turno a las estrellas de tipo G, que son las estrellas como el Sol, estrellas amarillas de hasta 6000 K de temperatura superficial.
Llegados a este punto nos podemos preguntar sobre si hay estrellas verdes. Al fin y al cabo, el verde es un color espectral (está en el arco iris) y a una temperatura lo suficientemente ajustada la estrella tendría el pico de emisión en ese color. Sin embargo, por una cuestión de percepción del ojo humano no hay estrellas que se nos antojen verdes.
Oh be a fine girl kiss me!  Las estrellas de tipo K son estrellas naranjas, más frías que el Sol, con temperaturas superficiales de hasta 5200K. Alfa Centauri es un estrella naranja de tipo K, a poco más de 4 años de nosotros.
Oh be a fine girl kiss me! Ya sólo nos quedan las enanas rojas o estrella de clase M. Son estrellas pequeñas, pues tienen masas que van de 0,075 a 0,5 veces la del Sol. Además, son estrellas frías con temperaturas menores a los 4000K. Estas estrellas emiten la mayor parte de su luz en el infrarrojo, por debajo de lo que el ojo humano puede ver y se nos antojan rojas a nuestra vista. Son además las estrellas más abundantes de nuestra galaxia. Un ejemplo de este tipo lo tenemos en Proxima Centauri.
Hay otras estrellas aún más ligeras y frías, las enanas marrones, que podríamos calificar de estrellas fallidas, pues no pueden fusionar hidrógeno y a, lo más, fusionan deuterio durante un tiempo.
Acabamos de ver que la masa de una estrella determina su color y brillo, pero además, vamos a ver que determina también su destino.
Las estrellas se pueden representar en un diagrama Hertzsprung–Russell de color frente a luminosidad. Hay una S en la diagonal que es la llamada secuencia principal. Todas las estrellas pasan la mayor parte de sus vidas en esa secuencia principal, pero nacen y mueren fuera de ella.

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Las estrellas más masivas que hemos visto tienen vidas muy cortas, de sólo unos pocos millones de años. Agotan muy rápidamente el hidrógeno y luego fusionan otros elementos en elementos cada vez más más pesados hasta que se forma una estructura en capas como en una cebolla. Por debajo del hidrógeno, hay helio y por debajo carbono, por debajo neón, por debajo oxígeno, por debajo silicio y finalmente hierro en el centro.

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El Big Bang sólo produjo hidrógeno y helio, los demás elementos, los elementos que hacen nuestros cuerpos o la corteza terrestre, se forman en el interior de las estrellas.  Los más pesados que el hierro se generan en la misma explosión de supernova (veremos ahora en qué consisten) o en la colisión entre estrellas de neutrones.
El caso es que las estrellas más pesadas llegan a la formación de hierro y, a partir de ahí no hay reacciones de fusión que generen energía. La estrella se desestabiliza y explota en una destello monumental tan brillante como toda una galaxia en lo que llamamos un explosión de supernova de tipo II. En esa explosión se esparcen los elementos pesados a partir de los cuales se forman otras estrellas y planetas.

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Lo que queda tras la explosión es o bien una estrella de neutrones de densidad nuclear o un agujero negro.
Las estrellas pesadas sólo brillan durante unos pocos millones de años, brillan mucho, y luego mueren en una explosión colosal. No es posible la vida tal y como la conocemos alrededor de este tipo de estrellas, pues a la vida no le daría tiempo surgir y evolucionar.
Las estrellas como el Sol viven más, en el caso de Sol unos 10.000 millones de años de los que, en el caso del Sol, ya ha consumido 5000 millones. Las estrellas de este tipo no llegan a sintetizar hierro o elementos pesados y mueren como gigantes rojas, englobando los planetas que estén orbitando cerca.

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Dentro de 5000 millones de años el Sol se hará tan grande que Venus terminará en su interior y, quizás también, lo que quede de la Tierra. El Sol se expandirá formando una gigantesca cáscara (que se denomina nebulosa planetaria en un nombre poco afortunado) y en el centro sólo quedará una enana blanca.
Las nebulosas planetarias son de los objetos más bellos del Cosmos y hay que reconocer que algunas estrellas mueren con mucho estilo.
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Una estrella de tipo K puede brillar durante 30.000 millones de años, así que si tenemos que pensar en un sitio propicio para la vida, nada mejor que un planeta rocoso grande  a la distancia adecuada de una estrella de este tipo como para que el agua permanezca en estado líquido. La vida puede dar lugar a formas vivientes que ni podemos imaginar tras una evolución de decenas de miles de millones de años.
Pero las enanas rojas son las más longevas, pues pueden vivir hasta 10 billones de años (10.000.000.000.000), que es mucho más que la actual edad del Universo, cifrada en sólo 13.800 millones de años (13.800.000.000) . Se cree que al final las enanas rojas terminan siendo enanas blancas. Todas las enanas rojas formadas hasta ahora en el Universo todavía están brillando.

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Estas estrellas tienen nacimientos muy activos que dificultan la aparición de vida a su alrededor, pero se especula que tal vez sea posible la presencia de vida alrededor de este tipo de estrellas. Los seres que quizás aparezcan sobre un hipotético planeta de esos, y para los cuales el color rojo e infrarrojo tendrán un montón de matices, serán los que hereden el Universo, una vez que los demás hayamos desaparecido hace mucho, mucho tiempo. Seguro que serán seres inmensamente sabios.

Oh be a fine girl kiss me!

Fotos e ilustraciones por orden de aparición:
NASA/ESA
NASA/ESA
ESO
Doug Cummings, CalTech,
NASA/ESA
ESO/S. Steinhöfel
NASA/ESA
NASA/ESA
Rursus – R. J. Hall.
GSFC, NASA

Día de Pi

En Estados Unidos se coloca el mes, luego el día del mes y luego en año para designar las fechas. Este próximo 14 de marzo será el 3/14/15 y será sábado. Normalmente todos los 14 de marzo se celebra el día de π y en los ambientes más geekie se consume tarta de manzana (apple pie), porque pi y pie se pronuncian igual en inglés.
Pero este 14 de marzo es un tanto especial, porque 3/14/15 tiene en cuenta cuatro decimales de π = 3’141592. Así que podemos decir que es el super día de &pi. Es la excusa perfecta para hablar de π.
El número π es la razón entre la longitud de la circunferencia y su diámetro. Es un número que aparece por todas partes, incluso cuando no hay una simetría circular o esférica. Pero es un número un tanto especial, pues es irracional. Es decir, no se puede expresar como una fracción entre dos números enteros, aunque parezca un tanto paradójico. Si un número es racional y no entero sólo tenemos que dividir para obtener todos sus decimales, que, o bien son todos iguales, como en 1/3=0’3333333… o bien se repiten en un patrón de forma indefinida, como en

23/43=0’534883720930232558139 534883720930232558139…

Pero esto no es posible con un número irracional en donde no hay patrones. Otro ejemplo de número irracional es la raíz cuadrada de 2. Pero π, además de ser irracional es trascendente, es decir, no es solución de una ecuación polinómica. La raíz cuadrada de 2 no es trascendente, pues es solución de, por ejemplo, esta ecuación: x²-2=0. Esto significa que realmente es muy complicado calcular muchos decimales de π.
El cálculo de los decimales de π ha sido un viaje que dura siglos. Esta razón entre la longitud de la circunferencia y su diámetro era ya conocida por los egipcios hace 3600 años, que le daban un valor de 3’16, mientras que por la misma época, pero en Mesopotamia, se le daban un valor de 3’125. Arquímedes llego a un valor de π comprendido entre 3’1407 y 3’1428 hace 2300 años usando polígonos inscritos en una circunferencia. Y Ptolomeo llegó a un valor de 3’1416 un siglo más tarde. Avances similares se producen en China e India.
Pero es en 1429 cuando Al-Khasi, utilizando el método de Arquímedes, pero con polígonos de hasta 805.306.368 lados (sin calculadora ni nada similar), obtiene un valor de 3’14159265358979 (¡14 cifras decimales!). Posteriormente, Christian Huygens (1629-1695) propuso un método trigonométrico que más tarde fue usado por Snell para obtener 34 decimales exactos.
Hay buenas aproximaciones de distinto tipo que nos dan muchos decimales correctos de π, como la de John Wallis de 1665:

π/2 = 2/1 · 2/3 · 4/3 · 4/5 · 6/5 …

o la de Leibnitz de 1674 en forma de serie:

π/4 = 1 – 1/3 + 1/5 -1/7 + 1/9 – …

Sin embargo, la elección de la letra griega π para designar la relación entre circunferencia y diámetro fue introducida por Euler en 1748 en su libro “Introducción al cálculo infinitesimal”.
Es a mediados del siglo XX cuando el uso de computadoras permite calcular muchas más cifras de π gracias al uso de algoritmos sofisticados. A la hora de escribir estas líneas el récord lo ostenta Houkouonchi con 13.300.000.000.000 decimales, logro conseguido en octubre de 2014.
Para hacernos una idea, con 16 decimales de π se puede describir la circunferencia de la Tierra con la precisión del grosor de un cabello humano. Y con cincuenta decimales se podría describir la curvatura el Universo visible con un error más pequeño que el tamaño de un protón.
Este número ha inspirado tramas de películas, como la película “Pi” (1998) de Darren Aronofsky o en “Cortina Rasgada” de Alfred Hitchcock. También lo usó el estupendo divulgador científico Carl Sagan hacia el final de su novela “Contact”. Pero también se hacen referencias en muchos otros sitios como en las series “Los Simpson” y “Futurama”. Incluso se comercializan corbatas y camisetas con π expresado con muchos decimales.
Llegados a este punto nos podemos preguntar para qué sirve calcular este número con tantos decimales. Por un lado esto nos permite desarrollar nuevos algoritmos y técnicas computacionales que se pueden aplicar a otras cosas. Así que tiene una utilidad práctica.
Pero, por otro lado, no nos podemos resistir a la tentación del infinito, de profundizar más y más en ese abismo desconocido. No sabemos si hay patrones especiales. Por ejemplo, ¿existe alguna secuencia en los decimales de π donde exista una sucesión de mil ceros consecutivos?
Así por ejemplo, la secuencia 314159 aparece en las posiciones 176451, 1259351, 1761051, 6467324, 6518294, 9753731, 9973760… Y la secuencia 0123456789 se da al comienzo de los dígitos decimales 17387594880, 26852899245, 30243957439, 34549153953, 41952536161, 43289964000… O, finalmente, la secuencia 27182818284 del número e aparece en el decimal número 45111908393 de π.
Pero, al contrario de lo que se afirma en algún texto que circula por Internet, los decimales de π no son aleatorios y quizás no toda secuencia de números esté ahí contenida.
Pi es fundamental para entender cómo funciona nuestro Universo, porque casi todo depende de este número, desde la gravedad al electromagnetismo. Aparece en muchas de las ecuaciones de la Física. La irracionalidad de π, señala una irracionalidad del Universo que no nos gusta. Es algo inabarcable, pero a lo que podemos aproximarnos más y más conforme calculamos más decimales.
El descubrimiento de más decimales de π es equivalente a rellenar esa zona en blanco de un mapa de África del XIX, descubrir una nueva especie vegetal en el Amazonas o descubrir un nuevo exoplaneta orbitando una enana roja. Descubrimos todo esto porque, como humanos, tenemos una tremenda curiosidad que nunca es saciada y en la búsqueda encontramos placer y satisfacción.
Mallory e Irvine intentaron subir el Everest en 1924 y desparecieron en el intento. Antes de ello Irvine dejó una frase para la historia “¿Por qué escalarlo? Porque está ahí”.
Así que, posiblemente, calcular π no tenga ninguna utilidad práctica, ¿y qué?, ¿qué pasa? En esta sociedad tan utilitarista, triste y hostil siempre nos puede quedar la belleza de los decimales de π.

Coman el sábado 14 de marzo una buena porción de tarta de manzana.

Epílogo:
Para el que tenga curiosidad ahí va π con 1000 decimales:

3.14159265358979323846264338327950288419716939937510
58209749445923078164062862089986280348253421170679
82148086513282306647093844609550582231725359408128
48111745028410270193852110555964462294895493038196
44288109756659334461284756482337867831652712019091
45648566923460348610454326648213393607260249141273
72458700660631558817488152092096282925409171536436
78925903600113305305488204665213841469519415116094
33057270365759591953092186117381932611793105118548
07446237996274956735188575272489122793818301194912
98336733624406566430860213949463952247371907021798
60943702770539217176293176752384674818467669405132
00056812714526356082778577134275778960917363717872
14684409012249534301465495853710507922796892589235
42019956112129021960864034418159813629774771309960
51870721134999999837297804995105973173281609631859
50244594553469083026425223082533446850352619311881
71010003137838752886587533208381420617177669147303
59825349042875546873115956286388235378759375195778
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Un programa pasa el test de Turing

¿Qué es la inteligencia? ¿Qué es la consciencia? La realidad es que no sabemos la respuesta a ninguna de estas preguntas. Podemos decir, al igual que cuando afirmamos que el tiempo es lo que miden los relojes, que la inteligencia es lo que miden los test de inteligencia.  Pero esta definición no aporta gran cosa porque no es constructiva, no nos permite montar un sistema inteligente, por ejemplo.
Desde hace mucho tiempo se ha especulado con la posibilidad de que las máquinas puedan pensar. ¿Cómo podemos saber si una máquina piensa o no? Cada uno de nosotros sabemos que pensamos, que tenemos consciencia. Incluso bajo el efecto de las drogas o el alcohol nuestro yo siempre permanece. Pero no sabemos si los demás piensan, ya que no podemos meternos en sus mentes y ver qué sucede. Puede que usted, querido lector, sea la víctima de una gran broma cósmica y que sólo usted tenga existencial real. Las demás personas estaría ahí sólo para simular la existencia de otros supuestos seres como usted. Es fácil caer en el nihilismo por esta vía.
Normalmente no pensamos así, creemos que los demás son seres como nosotros e incluso nos enamoramos de alguno de ellos. A veces incluso abusamos de ellos pese a saber que son como nosotros y que sienten y padecen como nosotros lo hacemos.
Pero la única pista que tenemos acerca de esa humanidad de los demás son las respuestas verbales o físicas que tienen frente a nuestras acciones. Por eso a Turing se le ocurrió en 1950 una manera para determinar si una máquina piensa o no.
El test de Turing consiste en un desafío. Un humano está situado en una habitación y una máquina computacional está en otra . Un evaluador que no tiene acceso físico a ninguna de esas dos habitaciones tiene que descubrir quién es quien basándose en las respuestas que proporcionan.   A los dos se les permite mentir a las preguntas planteadas y la comunicación es por escrito.
Se supone que si la máquina piensa por sí misma conseguirá engañar al evaluador y le hará creer que detrás hay un humano.
La noticia reciente es que Eugene Goostman, un programa de ordenador desarrollado por un equipo ruso de investigadores, ha logrado engañar en más de un 30% de las ocasiones a humanos en una  demostración llevada a cabo en la Royal Society de Londres. De este modo, un computador ha conseguido pasar el test de Turing en un porcentaje apreciable.
Gostman tiene la personalidad de un niño de 13 años que supuestamente vive en Odesa. “Me siento bastante cómodo después de haber pasado el test de Turing. Nada original”, ha declarado.
Obviamente ahora sabemos que no es lo mismo inteligencia que una simulación de inteligencia o que no es lo mismo autoconsciencia que la percepción que podamos tener de una simulación de la misma.
El carbono no tienen nada especial que no tenga el silicio, pero un computador moderno es una máquina determinista 100% predecible, algo que no se puede decir de un ser humano. Puede que algún día sepamos de dónde vienen nuestra inteligencia y consciencia, de momento no lo sabemos. Si llega ese día quizás podamos implementar un sistema artificial que sea humano o casi. Posiblemente queden muchas décadas o incluso siglos para ello.
Últimamente incluso se sugiere, como se creía hace mucho tiempo, que un sistema de este tipo tiene que tener un cuerpo y que la interacción del mismo con el entorno es muy importante a la hora de desarrollar el yo, la consciencia y la inteligencia.
Además, empezamos a saber que algunas características que creíamos que eran exclusivamente humanas están presentes en otros animales, incluso en algunos que no son primates. Somos un producto biológico de la evolución que ha surgido progresivamente a lo largo de muchos millones de años a través de pasos pequeños y elementales, aunque muchos de esos pasos ya no están entre nosotros.
Puede que  el primer humano sintético sea como el androide de “Metrópolis” o puede que sea como el OS de “Her”. En el primer caso se trata de algo más físico y menos etéreo que en el segundo, pero en este último caso ayuda el imaginar el cuerpo que está detrás de la voz de  Scarlett Johansson. Esto nos recuerda que hay formas de obtener seres autoconscientes más sencillas, humanas y placenteras.

 

Redes sociales en Android

Prosiguiendo con el tema comenzado la última vez volvamos a Android y sus aplicaciones para alejarnos lo máximo posible de la manzana podrida.
Una de las actividades que se están poniendo de moda es el uso de redes sociales. Yo he estado probando con algunas aplicaciones que permiten usarlas en Android.
En primer lugar tenemos a twitter. Quizás sea la que más se ajuste a la idea de telefonía móvil, pues nació precisamente para ese tipo de dispositivos, de ahí la limitación en el número de caracteres.
Reconozcámoslo, escribir sobre los teclados virtuales o no de los smarphones no es sencillo ni fácil ni práctico, sobre todo si se está acostumbrado a los teclados normales, así que esta red social es la más sencilla de usar.
En cuanto a la aplicación de Facebook hay que reconocer que sus primeras versiones funcionaban bastante mal, pero se ha mejorado mucho. Si se quiere ver las respuestas a tus post o los comentarios a los post en donde has comentado es muy útil. El problema surge cuando uno quiere escribir una entrada. Volvemos al asunto de los teclado y de cómo se suele poner la tecla de “Ir” en ella peor ubicación posible, así que es fácil activarla de forma accidental. Lo malo es que en Facebook no puedes reeditar, así que o lo borras rápido y lo escribes de nuevo o ahí quedará para siempre.
La aplicación para g+ funciona bastante bien, pero peca del mismo problema que su hermana mayor para navegadores: no parece que haya mucha gente en g+. Es que facebook tiene todo el ecosistema ocupado.
He de reconocer que casi no he usado el app de Likedin, pero por lo poco que he explorado es tan anti-intuitivo, confusa y poco amigable como su hermana mayor para navegadores. Si alguien usa esa red para promocionarse profesionalmente al menos el contratador sabrá que sabes una una aplicación informática confusa, así que sabrás usar cualquier otra.
Una app que merece la pena explorar es Groupme. No es una red estricta, sino una especie de agrupador. Si una tiene un grupo de amigos a los que les gusta el golf o simplemente salir de fiesta, puede usar esta herramienta para comunicarse. Pero el ecosistema de las redes o pseudorredes sociales está muy lleno, no parece que vaya a tener éxito.
Lo malo de todo este tipo de sistemas es que el medio no hace el mensaje. Se pueden tener un montón de sistemas para comunicarse con los demás, pero quizás no se tenga nada interesante que contar o no se sepa hacer. ¡hay tanta gente generando ruido en la red!

No me resisto a comentar una app offtopic que me encanta: se trata de “Calls blacklist”. Sí, es un sistema antispam. Si los pesados de Jazztel te llaman puedes probar a poner sel número de tlf. En la lista negra y ya nunca te llamarán, ni siquiera la app te informará de que lo han hecho, caerán el olvido más profundo. Sinceramente, no sé que es lo qu8e pasa al otro lado. Vale también para la ex, para el amigo que te pide prestado, para el jefe, para las compañías de tlf de la competencia, para vendedores de seguros, etc.

Y ya sabéis: alejaos de la manzana podrida

Comunicaciones con Android

Inicio ahora una serie de post sobre un tema que espero que se prolongue en el tiempo: el sistema operativos Android y sus aplicaciones. Creo que es un tema apropiado para una página sobre informática y además es algo que está de moda entre los usuarios de dispositivos electrónicos de consumo. Así que hablaremos siempre de cara al usuario o consumidor final y no de aspectos técnicos.
¿Por qué Android precisamente? Es un sistema que está experimentando una gran expansión, está tutelado por Google y es además más libre que el sistema de Apple, empresa que además está empleando, a mi juicio, tácticas legalistas poco éticas en los tribunales para así controlar el mercado.
¿Qué es Android? Google compró un sistema operativo basado en Linux hace ya muchos años (antes de que Apple lanzara su Iphone) y ha estado desarrollándolo desde entonces. Aunque ha introducido muchas modificaciones parece que ahora se va a volver al kernel de Linux. Por tanto, es un sistema mucho más transparente que los de la competencia.
Se suele instalar en dispositivos móviles, como teléfonos celulares, tablets e incluso portátiles. Hay muchas empresas (sobre todo de telefonía móvil) que están apostando por este sistema y ya hay muchos programas disponibles. Está generalmente pensado para dispositivos táctiles.
Por cierto, no existen otros mundos en este mundo de los smartphones, o es Android o es Apple (de cuyo nombre de sistema operativo no quiero acordarme). Los demás o están ya muertos o morirán muy pronto
Recientemente he adquirido un teléfono Samsung con este sistema operativo y, pese a que no uso prácticamente el teléfono como tal, me está siendo interesante explorar sus posibilidades.
En este primer post vamos a ver las principales herramientas de comunicación que he explorado recientemente.
Lo primero que se ve al recibir un smarphone es que se trata de un ordenador con teléfono incluido. Hay un escritorio con varias pantallas que se puede llenar con iconos de los programas instalados. Pero no todos los programas instalados tienen que aparecer en el escritorio y podemos hacer que aparezcan y desaparezcan iconos del escritorio a voluntad. También podemos ir al sistema y borrar un programa o aplicación definitivamente.
Los móviles de este tipo ya vienen con programas instalados por defecto, unos son propios del sistema operativo, otros del fabricante y el resto de la compañía telefónica. Lo ideal es retirar éstos últimos del escritorio. Son programas que te hacen pasar por caja o que crean clientes cautivos.
¿Cómo se consiguen programas nuevos? Hay una aplicación llamada Market que nos permite conseguir nuevas aplicaciones (apps). Contiene un buscador con el que encontrar lo que queremos. Una vez lo hacemos nos aparece un listado de programas, unos son de pago y otros gratuitos, pero los precios son siempre reducidos. Los gratuitos suelen usar publicidad para financiarse. Los de pago se compran con tarjeta de crédito.
Estos teléfonos cuentan con WiFi además de con la tarifa de datos contratada, así que lo mejor, más rápido y barato a la hora de instalar nuevos programas es usar el WiFi de casa. Lo primero que hay que hacer es configurar el WiFi de casa. Una vez hecho esto el sistema se conectará a nuestro WiFi nada más llegar a casa de manera automática, algo que queda reflejado por un icono en la parte superior.
Ahora llega la pregunta interesante, ¿qué nos interesa instalar? Tratándose de un teléfono habrá que instalar primero herramientas de comunicación. Yo he probado unas cuantas que paso a relatar.
La primera imprescindible aplicación que hay que necesariamente instalar es WhatsApp. Es un sistema de mensajería que asocia tu número de teléfono con este sistema de comunicación que usa Internet, o bien a través de la tarifa de datos o bien a través de WiFi.
Lo maravilloso es que es gratis, tanto su instalación como su uso. Se pueden enviar mensajes a otros usuarios del sistema de forma rápida y sencilla. Además se pueden incluir ficheros de audio, vídeo o fotos. La aplicación mirará en tu libreta de direcciones y dirá qué familiares o amigos cuentan con WhatsApp instalado.
Es muy práctico y gracias a él se puede prescindir de los SMS. Alguien hizo las cuentas y resultó que el precio del bit enviado por SMS era más caro que el bit enviado por las sondas Voyager de la NASA que se encuentran en los confines del Sistema Solar. Es a todas luces injusto.
Otra aplicación útil es Skype. Se puede también instalar a través del Market y puedes utilizar la cuenta que ya tienes en la configuración de la aplicación. Admite videoconferencia y funciona muy bien. Es importante que el teléfono (o tablet) cuente con cámara frontal si quieres ver a tu interlocutor y que te vean. Pueden hablar con un familiar lejano mientras que, por ejemplo, estás cocinando.
Lo malo es que la compañía de teléfonos puede impedirte que uses esta aplicación a través de la tarifa de datos porque compite directamente con ella, así que si es así tendrás que usarla a través de WiFi. Puede ser muy útil para llamar desde el extranjero (si se tiene WiFi a mano, por ejemplo la del Hotel). Para ello tienes que pagar a Skype y así tener un pequeño saldo.
En cuanto al correo electrónico se puede sincronizar la cuenta de Yahoo, si se tiene, o sincronizar las cuentas de gmail, incluso si se tienen varias. Este tipo de correos usan aplicaciones propias que hay que instalar si no vienen por defecto en el sistema. De hecho, es una condición importante a tener cuenta para poder usar el Market es la exigencia de tener una cuenta de gmail, así que tienes que configurar una cuenta de pega si quiere mantener cierta intimidad. Luego puedes agregar tu cuenta de gmail de verdad. Aunque aconsejo no sincronizar nunca la cuenta de correo del trabajo, so pena de estar aun más esclavizado al mismo.

Que ustedes se comuniquen bien.