CONMEMORANDO EN  NARANJA ¿Qué sabemos de la violencia contra las mujeres y qué podemos hacer?

Hoy día 25 de noviembre recordamos a todas las mujeres y niñas que son víctimas de todo tipo de violencias. Pero también actuamos porque al conmemorar este día, nos unimos como comunidad humana y decimos NO a esta violencia. Según una de las tradiciones clásicas de pensamiento sociológico, el crimen y su castigo sirven para señalar los límites de la comunidad; para especificar cuál es el comportamiento adecuado y cuál nos parece deleznable, para establecer los límites de lo admitido. Por eso escribe Durkheim: «Para que los sentimientos colectivos que protege el derecho penal de un pueblo….consigan penetrar en las conciencias que les estaban hasta entonces cerradas…es preciso que adquieran una intensidad superior a la que tenían hasta entonces. Es necesario que la comunidad en su conjunto los experimente con más fuerza» (Durkheim, 2001: 115).

La violencia contra las mujeres está presenta de muchas maneras e intensidades en nuestras sociedades occidentales y en regiones enteras del mundo. Algunas son visibles y otras mucho menos. En algunas es sistemática, generalizada y socialmente aceptada, en otras es sistemática mucho menos generalizada y hay sectores enteros de la sociedad que se resisten a ella. La violencia es una cuestión de líneas rojas; de límites que los grupos sociales ponen en determinadas circunstancias, de hasta dónde toleramos y qué toleramos como sociedad.

En las sociedades contemporáneas hay violencias interpersonales y violencias estructurales contra las mujeres y niñas. Hay violencias asociadas a la guerra (como las violaciones masivas) y al terrorismo (el uso de las mujeres como kamikazes) y violencias asociadas al lucro económico (trata de mujeres y niñas con fines de prostitución). Hay procesos de feminización de la pobreza y explotación laboral. Hay agresiones sexuales, maltrato, hay asesinatos y matrimonios forzosos, ciberacoso o mutilación genital.

Todas ellas tienen en común unas bases de legitimación patriarcal: un conjunto de códigos, representaciones, relatos, discursos y prácticas que hacen del cuerpo y alma de la mujer un objeto de sujeción. Desentrañar las dinámicas de poder que atraviesan todas las formas de violencia contra las mujeres es tarea de las ciencias sociales. También señalar dónde está la dominación y dónde la base cultural e ideológica de la violencia. Hacerlas visibles y señalarlas al público es tarea de las/os científicos sociales que quieran tener una presencia pública. Pero resistirse a la desigualdad, a las relaciones de poder en virtud del género y señalar nuestros límites de lo tolerable es tarea de todas y todos! Es aquí donde cobran sentido – entre otras muchas acciones- las que ponemos en marcha para «conmemorar», «recordar», «nombrar» y «señalar». Aquí cobra sentido que hoy nos pintemos de naranja y mostremos nuestros límites! Y con ello nuestra esperanza en un mundo con más justicia y más igualdad.

Hoy os invito a visitar la página de las Naciones Unidas ONU-Mujer. En ella encontraréis mucha información sobre la iniciativa Di NO-ÚNETE. Podéis conocer datos sobre las distintas forma de violencia y su incidencia en el mundo. Podéis conocer cuál es la regulación internacional y los marcos normativos puestos en marcha desde hace décadas para erradicar la violencia. Podéis conocer las iniciativas puestas en marcha desde Naciones Unidas para su prevención y sobre todo, podéis comprobar que esta iniciativa forma parte de una agenda mayor. Una agenda que quiere contar con las mujeres y buscar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Conocer más sobre esta iniciativa nos permite imaginarnos en una comunidad mayor. Una comunidad global que se construye a sí misma a través de actos, rituales, decisiones, memorias y prácticas. Una comunidad que hoy quiere decir NO de manera concertada a un problema que es global y es local. Que es lejano y muy cercano y sobre el que tenemos el poder de actuar: nombrando, señalando, denunciando y rechazando; marcando dónde ponemos nuestras líneas rojas. Hoy más que nunca cobra sentido la idea de «Pensar global, actuar local». Porque la violencia contra las mujeres y las niñas no es un problema de sus biografías, ni si quiera exclusivamente de la de sus victimarios. Es un problema que sólo puede ser entendido atendiendo a sus vidas, sus posiciones en la estructura social y el momento histórico que la atraviesa. Es un problema social y global, como social es su solución.

Nuestra Universidad a distancia de Madrid, UDIMA, hoy conmemora y muestra su rechazo a la violencia contra mujeres y niñas y muestra con ello su compromiso con la igualdad y su esperanza en un mundo mejor. Aplaudo la iniciativa y deseo que podamos mantener este esfuerzo y seguir trabajando por ello!

Referencias: Durkheim. E. (2001): Las reglas del método sociológico. Fondo de Cultura Económico: México.

Fuentes: www.unwomen.org.