El llamado «periodismo de marca» (brand journalism) es una de las principales tendencias actuales en el mundo de la comunicación. Muchas empresas han aprovechado la crisis de los medios de comunicación y las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías sociales para establecer nexos de comunicación directos con sus clientes a través de contenidos editoriales especializados en su área de especialidad.
Estos contenidos tienen detrás equipos de profesionales de la información por los que muchos grupos editoriales suspirarían hoy día. Y, de hecho, estos “medios” (normalmente digitales) representan una de las principales salidas profesionales para los periodistas en la actualidad. En muchas ocasiones para periodistas recién licenciados; en otras, para profesionales en activo que trabajan en medios que compatibilizan su actividad con colaboraciones en dichos “medios”.
Esta forma de contar historias, amparada directamente por una empresa (obviamente, con intereses comerciales) suscita muchos debates dentro de la profesión periodística, precisamente por esa vinculación empresarial.
¿Le compete a una empresa u organización alumbrar contenidos editoriales? Los defensores de este modelo consideran que una compañía de un sector concreto es una voz más que autorizada para capitalizar los contenidos informativos de esa misma área de interés. ¿Quién sabe más de contenidos medioambientales que una organización que se dedica al cuidado del medioambiente? ¿O de contenidos financieros que un banco?
Y, sobre todo, el principal debate es si ese amparo empresarial puede ir en contra de la independencia informativa que a un medio de comunicación se le presupone. Es obvio que una compañía nunca publicará nada contrario a sus propios intereses, pero los defensores del modelo consideran que es perfectamente equiparable al de los medios de comunicación tradicionales, que cuentan con accionistas e intereses detrás y que cada día apuestan más por modelos de contenidos pagados o “branded content”.
¿Cuál es tu opinión? ¿Tú crees en el interés informativo del “periodismo de marca”? ¿Ves viable un modelo de convivencia de los dos tipos de medios?