A Josefina Aldecoa le cambiaron la vida varias novelas del XIX: Ana Karenina, Madame Bovary y La Regenta eran algunas de sus obras predilectas. También Una habitación propia, de Virginia Woolf. Todas protagonizadas por mujeres, por mujeres luchadoras; como ella. En los años 40, en una época en la que aún era difícil que en España una mujer contara con una habitación propia, Josefina Aldecoa (entonces todavía Josefina Rodríguez) comienza en Madrid sus estudios de Filosofía y Letras. Muy en contacto con la vida literaria española, estrecha una fuerte vínculo con  la Generación del 50; se casa con uno de sus componentes, el gran Ignacio Aldecoa, de quien toma su apellido. Aunque también ella escribe, se considera ante todo docente. Por eso, en 1959 funda en Madrid el Colegio Estilo, tomando como referencia pedagógica para su proyecto el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza. Lo supervisa hasta que la salud se lo impide.
Josefina Aldecoa falleció el pasado 16 de marzo, pero en vida ha quedado su legado; su colegio y sus obras; su pedagogía y su literatura. En Historia de una maestra, unió ambas, sus dos pasiones.