11.151 empleos perdidos y 284 medios cerrados desde 2008. Estas son las terribles consecuencias del ciclón que ha arrasado el periodismo español en los últimos años, según el “Informe Anual de la Profesión Periodística 2013”, presentado hace unos días en la Asociación de la Prensa de Madrid (APM). Estas cifras evidencian que el sector periodístico —o, mejor dicho, el publicitario— está siendo uno de los más castigados por la coyuntura económica actual. Pero más allá de esta primera consecuencia —de la que tanto se ha hablado ya—, esta realidad ha de servir como punto de partida para que se efectúe una profunda reflexión sobre la formación y las habilidades que los futuros profesionales han de aprender antes de dar el salto al mundo laboral.
El primer gran reto que se ha de abordar es el de saber dotar a los periodistas del mañana de una formación pluridisciplinar y no solo centrada en el reporterismo “de libreta”. Nuevas opciones que son ya una realidad en el mundo laboral, como el llamado “periodismo de marca” o brand journalism, han de abrirse paso decididamente. Las cifras del estudio de la APM demuestran que los medios de comunicación son ya una opción más y estas nuevas realidades son una alternativa real para los futuros profesionales de la información.
Probablemente ya la simple denominación de este fenómeno invita a un interesante debate lingüístico. ¿Es incongruente? ¿Se puede hacer “periodismo” con el respaldo de una «marca»? ¿Es posible el pleno entendimiento entre el «periodismo» y las «marcas»? No abordaré aquí este interesante debate, que daría pie a ríos de tinta; tan solo compartiré con los lectores tres breves reflexiones acerca del tema:
- ¿El “periodismo de marca” es el trabajo que han desarrollado históricamente los gabinetes de prensa? No, esta actividad va unida a la consolidación de un nuevo entorno tecnológico y a un sinfín de opciones de difusión y universalización del contenido a través de Internet. Estoy de acuerdo con lo que apunta el periodista Fernando Barciela al respecto: “El nuevo fenómeno no tiene nada que ver con las revistas de empresa de toda la vida. Estamos ante portales informativos accesibles a escala global (escritos en inglés), dotados de una oferta informativa similar y hasta superior a la de publicaciones tradicionales, actualizados a diario, con un diseño excelente y con redacciones y colaboradores de primera línea”.
- ¿Puede tener éxito? ¿La audiencia acudirá a un texto “periodístico” respaldado por una marca? Comparto la reflexión de Enrique Dans al respecto: “La prueba de su calidad la dará el mercado: si lo hacen mal, serán páginas inútiles que no leerá nadie. Si lo hacen bien, en cambio, pueden llegar a convertirse en referencia para la industria, para el público o para los medios de comunicación”.
- No nos rasguemos las vestiduras: ¿no financian las empresas a los medios?, ¿no hay contenidos en la prensa subvencionados por empresas?, ¿no hay tratos de favor y contenidos interesados en los medios? ¿realmente todos los contenidos de los medios se publican para y por el lector?