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GlossaLAB

GlossaLAB: en busca de la enciclopedia para aunar la interdisciplinariedad científica

«Para afrontar los retos que tenemos necesitamos que la ciencia se organice de modo que sea capaz de hacerlo». Una simple pero cruda y nada sencilla reflexión, que pone sobre la mesa algo que en el fondo el ámbito científico ya sabe. A lo largo del siglo XX se ha ido haciendo progresivamente más patente la necesidad de «romper los muros que separan las especialidades en las que se fragua el conocimiento». Al menos si queremos alcanzar la solución para el equilibrio ecológico, o la pobreza, entre otros. GlossaLAB busca ser una herramienta para ello.

La reflexión es de uno de los coordinadores de este proyecto, José María D. Nafría. El doctor en Ingeniería de Telecomunicación explica el potencial que tiene esta iniciativa para ser la llave, o parte de ella, en la ruta de la interdisciplinariedad. Un camino que busca conectar las diferentes especialidades científicas para potenciar su efectividad investigadora. Es necesario estudiar la realidad y confrontarla de un modo interdisciplinar para lograr, por ejemplo, la «sostenibilidad del mañana», como indicaba el docente en la Universidad de Verano.

Sin embargo, la visión interdisciplinar o unión de las diferentes ciencias para abordar problemas complejos, tiene un gran problema: cada una se mueve en función de su propio marco teórico. Es ahí donde entra GlossaLAB.

‘Wiki’ corpus

Estamos hablando de un proyecto internacional que se ha elaborado conjuntamente entre instituciones europeas y latinoamericanas desde hace varios años. Ante todo busca convertirse en una herramienta transdisciplinar: es decir, «un marco teórico en el que los diferentes dominios de conocimiento se entienden entre sí». Dentro de los marcos teóricos en los que es posible conjuntar diferentes ciencias, la teoría de sistemas es aquella en la que se determina cuál es la naturaleza concreta del sistema, desgrana Nafría. Esto es lo que permitiría unir disciplinas.

GlossaLAB nace con la intención de ser ese punto de unión. «Una especie de enciclopedia» en la que se realicen «clarificaciones conceptuales» desde el seno de diferentes proyectos interdisciplinares. Así se podrían «ir refinando las teorías que permiten que las especialidades diferentes se entiendan», asevera el profesor de UDIMA. La idea es crear un lugar de referencia que los diferentes dominios de conocimiento se entiendan entre sí, facilitando un vocabulario que pueda ser transversal, señala.

Actualmente están en la fase de reconversión y subida de contenido a esta plataforma, que esperan que funcione como una Wikipedia pero de diferentes campos científicos interdisciplinares. Con ella confían en poder construir estrategias científico-técnicas interdisciplinares. La principal diferencia respecto a la web de consultas es que, en lugar de subir contribuciones anónimas, la plataforma albergará «glosarios interdisciplinares».

6.000 artículos

En el proceso de reconversión para crear dichos glosarios, cada uno tendrá sus propios criterios de calidad necesarios para aprobarse y publicarse como documento de referencia. Y estarán organizados bajo la cúspide: The Enciclopedia of System Sciences and Cybernetics Online. Que, según Nafría, no deja de ser el marchamo de la enciclopedia: artículos revisados que buscan aunar un concepto que utilizan diferentes especialistas, comenta. De este modo se puede ver «si hay diferentes entendimientos al respecto, y la posibilidad de crear un único concepto que sea capaz de albergar a todos».

Por ahora, como insiste Nafría, GlossaLAB no tiene contenidos en este sentido, aunque sí que cuenta ya con los archivos originales, «muy buenos», de la enciclopedia que dirige Charles François, antes mencionada. «Un buen día, cuando ya esté preparado, ocurrirá que, en la plataforma en la que ahora sólo tenemos algunos contenidos y cosas que hacemos más localmente, aumentará hasta unos 6.000 artículos», fantasea el doctor.

Mientras llega esta enciclopedia unificadora, Nafría defiende otra de sus bondades. Porque, de un lado, GlossaLAB serviría como herramienta para investigadores (o profesionales que buscan trabajar de forma interdisciplinar). Les permitiría contar con criterios unificados para comprender mejor conjuntos enteros de conceptos; lo que, a su vez, haría posible la comunicación transversal entre las diferentes investigaciones. Pero hay un problema.

Banco de pruebas

Y es que las instituciones internacionales quieren promover la ciencia interdisciplinar, pero «no existen metodologías para determinar cómo de buena es una aproximación interdisciplinar ante un problema», advierte Nafría. Es ahí donde este proyecto puede brindar otra ayuda: aportando metodologías para calificar esa estrategia.

¿De qué forma? Pues midiendo «cómo de diversas son las contribuciones que se realizan y cómo de densa es la red de contribuciones»; es decir, comprobando «que se están interrelacionando conceptos y que se interrelacionan mucho las diferentes especialidades», desgrana el coordinador de GlossaLAB. «Usamos estos glosarios como lugares de prueba para poder comprobar cómo de próximos están los diferentes dominios de conocimiento».

«Para afrontar los retos que tenemos necesitamos que la ciencia se organice de modo que sea capaz de hacerlo; y, de cara a los proyectos que se vayan a realizar, tenemos que saber que tienen un planteamiento interdisciplinar bueno. Por eso ofrecemos un instrumento, habrá más propuestas, para contribuir en ese sentido: en la cualificación de cómo de bueno es un sistema interdisciplinar».

Ciudades Inteligentes (Smart Cities)

Una ciudad inteligente (smart city) es una ciudad que entre otras cosas pueden tener wifi para que los ciudadanos se conecten con sus móviles inteligentes (smart phones). La ciudad recibe la información como el estado de tráfico de sus calles, tiene información de los servicios de los que dispone, como restaurantes, puntos turísticos interesantes, transporte público, etc. Los ciudadanos con sus smart phones son capaces de orientarse teniendo a su disposición todos los servicios de la ciudad, planificándose según sus preferencias. Por tanto, de esta manera sería muy fácil hacer turismo en otras ciudades, simplemente con llevarse su smart phone y tener la aplicación correspondiente instalada. Esto beneficia tanto a ciudadanos como a las empresas de servicios.
Hay gran cantidad de proyectos europeos que apoyan esta iniciativa, y esperemos que el día de mañana se extienda tanto el término de smart city como está actualmente extendido el concepto de smart phone.