España es un jardín de joyas del Románico. Es un lugar donde, a pesar de los siglos que han pasado desde que se construyeron, todavía, a día de hoy, los amantes del arte y los visitantes en general se pueden sumergir en el espíritu de este movimiento artístico. El Románico fue un momento de nuestra historia digno de mención. Y no se dio solamente en España, sino que estuvo presente en varias partes de Europa durante los siglos XI al XIII.

Este estilo se caracteriza por su arquitectura sólida, esculturas detalladas y pinturas murales. Son pinturas que no gozan de las perspectivas que posteriormente se introducirían, ni tampoco de los detalles fisiológicos que aparecerán de la mano de artistas como Miguel Ángel, pero a pesar de que son más hieráticos, es impresionante cómo los artistas supieron captar el espíritu de lo que querían representar. Este arte se erigió como una expresión poderosa de la fe religiosa y la cultura medieval en la Península Ibérica. Hay que recordar que en esos siglos, la mayoría del pueblo era analfabetos, lo que suponía que los clérigos tenían que enseñar la Biblia y la fe religiosa de una manera que pudieran entender todos, y lo hacían a través de las imágenes de las columnas y pórticos de las iglesias y también a través de la pintura y de la escultura. No en vano, las iglesias se han descrito como Biblias de piedra. 

El Románico español se destacó por su arquitectura de iglesias y monasterios, construidos en su mayoría en zonas rurales. Estas estructuras se caracterizaron por sus paredes de piedra maciza, arcos de medio punto, columnas robustas y campanarios. La simplicidad geométrica de estas construcciones evocaba una sensación de solidez y permanencia, reflejando la importancia de la Iglesia en la sociedad medieval. Las ventanas eran pequeñas y, por lo tanto, dejaban el espacio interior un poco más oscuro de lo que se podía ver en los años posteriores, con el gótico, cuando las innovaciones técnicas en arquitectura garantizaban más altura en los edificios. 

La escultura románica en España se manifestó principalmente en capiteles y tímpanos de iglesias. Las figuras talladas en piedra representaban escenas religiosas y a menudo se centraban en la vida de Cristo, los santos y los mártires. Los artistas románicos españoles se destacaron por su habilidad para crear obras de gran detalle y expresión, a pesar de las limitaciones de trabajar en piedra. A pesar de ello, no tenían mucho interés por la perspectiva, sino que se limitaban a contar en piedra asuntos religiosos para así adoctrinar a unos feligreses analfabetos que sólo podían acceder a este tipo de contenido gracias a las obras de las iglesias. 

La pintura románica en España se encontraba principalmente en frescos murales en el interior de iglesias y monasterios. Estas obras a menudo representaban temas religiosos y se caracterizaban por colores vibrantes y formas simples. Los frescos románicos españoles ofrecen una ventana única a la vida y la fe de la época. De esta época son los pantócratos, esos Cristos representados con una mano bendiciendo con pose hierática y con una leve sonrisa. 

El Románico en España tuvo sus raíces en las influencias artísticas de la época, incluyendo el arte paleocristiano y bizantino. También se vio influenciado por el arte islámico, que coexistió en la Península Ibérica durante siglos. Esta mezcla de influencias culturales y religiosas se refleja en la diversidad de las obras románicas españolas.

Además, el Camino de Santiago, una ruta de peregrinación que atrajo a miles de fieles de toda Europa, desempeñó un papel crucial en la difusión del estilo románico en España. La construcción de iglesias y monasterios a lo largo de esta ruta impulsó la expansión de este arte por toda la península.

Obras que no se pueden perder del Románico español

Entre las obras más destacadas del Románico en España se encuentra el Monasterio de San Juan de la Peña, en Aragón. Este monasterio, fundado en el siglo X, presenta una iglesia con una impresionante arquitectura románica y numerosas esculturas que narran la vida de Cristo. San Juan de la Peña fue un importante centro espiritual y político en la Edad Media. Es impresionante cómo se levanta en la falda de una montaña, entre las rocas, y cómo se encuentran dentro espectaculares columnas con maravillosas esculturas religiosas en ellas. 

Otro ejemplo sobresaliente es la Catedral de Santiago de Compostela, en Galicia. Esta catedral, construida en el siglo XI, es uno de los destinos de peregrinación más importantes de la cristiandad. Su fachada principal muestra una rica decoración escultórica y su interior alberga numerosos frescos y esculturas románicas. Al ser una iglesia destinada al peregrinaje, se caracteriza por esa parte central que se puede rodear mientras los fieles asistiendo a misa no son molestados por los peregrinos.

Tampoco hay que olvidar la Iglesia de San Martín de Frómista, que es una de las más bellas de España en este arte. Fue construida en el siglo XII y destaca por su fachada, con un rosetón y un pórtico con arquivoltas y capiteles decorados.

El Monasterio de Santa María la Real de Nájera también es una obra importante. Este edificio, que a día de hoy se conserva en bastante buen estado, se construyó en el siglo XI y destaca por su claustro, con arcos de herradura y capiteles decorados con motivos vegetales.

En Tudela se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor, que tampoco hay que olvidar visitar en esta ruta por el Románico español. Se trata de una iglesia del siglo XII cuya principal característica es su ábside, con un rosetón impresionante y un pórtico con arquivoltas, sin olvidar sus maravillosos capiteles decorados con motivos religiosos y de la naturaleza.

Por último, hay que destacar el Monasterio de Santa Cruz de la Serós, que se alzó en el siglo XII y que destaca por su claustro, con arcos de herradura y capiteles decorados con motivos vegetales.

Un legado indispensable

El Románico en España dejó un legado duradero en las artes posteriores. A medida que la sociedad evolucionó, el estilo románico dio paso al Gótico y al Renacimiento, pero sus elementos arquitectónicos y temáticos continuaron influyendo en la construcción de iglesias y catedrales a lo largo de la historia española.

La influencia del Románico también se puede rastrear en el arte moderno y contemporáneo, donde artistas han reinterpretado y reinterpretan los temas y estilos románicos en obras contemporáneas. La arquitectura románica sigue siendo un elemento fundamental en la identidad arquitectónica de muchas regiones de España.

En cualquier caso, España se puede recorrer visitando las obras del Románico, visitando catedrales, iglesias, y disfrutando de las pinturas y de las esculturas que hay en su interior y que todavía deleitan a todos los que las observan. Lo que más impresiona es la capacidad de los arquitectos y escultores de levantar esos edificios con las limitaciones técnicas que se tenían entonces y cómo se tardaban decenas de años en terminarlas. Hasta tal punto que algunas obras góticas posteriores se asientan en estructuras románicas, dejando su impronta de los arcos de medio punto tan característicos de este movimiento.