Acabo de encontrar una de las reflexiones más interesantes sobre la memoria histórica que había visto en mucho tiempo. Tenía que ser chilena, un país que ha sufrido, como tantos otros de Latinoamérica, el trauma de las dictaduras de los setenta y ochenta con su rastro siniestro de asesinados, desaparecidos y torturados. El documental se titula “Nostalgia de la luz” y está dirigido por Patricio Guzmán (1941), el director mundialmente premiado por su primer trabajo: “La batalla de Chile” (1973) al que han seguido muchos otros.
Os adjunto un trailer del documental que no ocupa más de un minuto y una corta reflexión del arqueólogo que aparece en la película que trabaja sobre mundos precolombinos en Atacama para animaros a que consumáis la película completa que está en la web.
La película pasó por la necesaria odisea que sufren los proyectos críticos con el sistema económico-social y cultural dominantes. Proyectos que no necesitan ser revolucionarios, ni subversivos, sólo hablar sobre la memoria colectiva, histórica o no histórica, que no coincide con la ideología dominante. Esas narraciones que recuerdan otra cosa que la oficial y que no se pueden acallar porque parten de la experiencia vivida. El documental es una representación poética, conmovedora, casi sin palabras, en el bello y desgarrado escenario del desierto de Atacama sobre el paralelismo que representa la búsqueda de los astrónomos de las grandes preguntas sobre el origen de la humanidad en el espacio lejano, con recursos millonarios y las pocas respuestas y recursos dedicados a saber sobre nuestro pasado, sobre la vida del pueblo, sobre las consecuencias de las dictaduras, sobre los muertos en la cercana tierra, en la Tierra. Un planteamiento que no puede dejar de interesar a todo historiador porque establece una conexión fantástica entre el pasado que les llega por la luz del universo a los astrónomos y el pasado histórico que estudian los arqueólogos. Un pasado que determina el presente. Tanto unos como otros reconstruyen desde briznas, evidencias, pruebas que les llegan desconectadas. En la medida en que lo interpretamos o desvelamos, estamos modelando el misterio del futuro. Ahí radica la importancia de la memoria histórica o de las memorias históricas. Ésta sólo es verdadera, colectiva y compartida, sólo es fuente de sanación de un pueblo o una sociedad si se fundamenta en la justicia, la verdad, si no silencia a los más débiles, a quienes no tienen acceso a la información; si no encubre la mentira, la opresión, la explotación, la injusticia y el dolor.
Daos prisa en verla porque seguro que la retiran por conceptos tan dudosos como los de derechos de distribución, etc… Por un lado no distribuyen estos productos y por otro los retiran, toda una coincidencia. Si quieres ver el documental completo (1:29′), pulsa aquí.
Doctora en Filosofía. Profesora de Historia Contemporánea.
Udima, Universidad a Distancia de Madrid