El interés por la historia y por los personajes más emblemáticos va y viene. Pero no hay nada como una buena película sobre algún acontecimiento histórico para avivar ese interés por alguien o por algún suceso determinado. Eso es lo que ha pasado con la película de Ridley Scott, Napoleón, que ha causado una gran polémica no por su nivel cinematográfico, sino por parte de algunos historiadores, que advierten que hay determinados errores históricos que no ayudan al espectador a entender todo lo relacionado con la vida de este personaje. Así que es el momento de explicar quién era exactamente esta figura icónica que marcó la historia del siglo XIX.

Napoleón Bonaparte nació el 15 de agosto de 1769 en Córcega. Su ascendencia corsa y su educación militar en Francia forjaron al líder militar y estadista que llegaría a ser conocido como Napoleón I. Su ambición y astucia estratégica lo catapultaron a la prominencia durante la Revolución Francesa, donde emergió como un general exitoso y un líder político hábil.

La carrera militar de Napoleón se consolidó con sus brillantes campañas en Italia y Egipto, destacando su victoria en la Batalla de Austerlitz en 1805, donde su genio táctico se evidenció. Como Primer Cónsul y, más tarde, Emperador de los franceses, Napoleón emprendió una serie de reformas internas que codificaron los principios de la Revolución y modernizaron la administración, el sistema legal y la educación en Francia.

Su influencia se extendió más allá de las fronteras francesas, y su impacto en Europa es innegable. La creación del Código Napoleónico, un código legal que aún perdura en diversas formas en muchos países, testimonia su legado duradero. Entre las frases célebres de Napoleón se destaca el principio «La victoria pertenece al más perseverante», reflejando su determinación y tenacidad. Pero también se le conoce mucho la frase de “la suerte pertenece a los audaces”, algo que se ha repetido incansablemente a lo largo de los años.

Las conquistas militares de Napoleón son igualmente notorias, desde la conquista de gran parte de Europa hasta la creación de la Confederación del Rin. Sin embargo, su intento de invadir Rusia en 1812 resultó en un desastre, debilitando su poder. Su caída definitiva se produjo en la Batalla de Leipzig en 1813 y la derrota final en Waterloo en 1815, que lo llevó a su exilio en la isla de Santa Elena.

Napoleón murió el 5 de mayo de 1821, atribuyéndose oficialmente a un cáncer de estómago. Su legado, sin embargo, persiste en la memoria colectiva. Su capacidad para cautivar radica en la dualidad de su figura: un líder militar implacable y un gobernante visionario. 

Su vida ha sido retratada en numerosas obras literarias y cinematográficas, como «Guerra y Paz» de León Tolstói o la película «Napoleón» dirigida por Abel Gance. Ahora le toca el turno a Ridley Scott, uno de los directores de cine más importantes y que hizo películas como Alien, Blade Runner o Gladiator. De hecho, Scott confió otra vez en Joaquín Phoenix para encarnar a este personaje legendario, aunque no ha cosechado las mejores críticas.

La figura de Napoleón sigue siendo objeto de estudio y debate, y su impacto en la historia europea es incuestionable. Su habilidad para inspirar tanto admiración como crítica refleja la complejidad de su legado, que persiste en la actualidad como un recordatorio de los grandes cambios y desafíos que moldearon el curso de la historia.