Cada vez es más frecuente encontrar libros en Internet. Las bibliotecas virtuales no son el futuro, son ya parte importante del presente. Y no solo las bibliotecas. Hoy la información, la documentación de todo tipo, se produce y almacena masivamente en soporte digital. Para bien del planeta, dicho sea de paso, y desahogo de nuestras casas.
Estoy convencido de que el soporte digital no va a desbancar al libro de papel, como no ha desbancado la televisión a la radio. Y también de que el libro digital es necesario, y no ciertamente un mal necesario, sino una herramienta con unas posibilidades extraordinarias, que no posee el libro tradicional.
Así que milito en los dos bandos: soy responsable de haber dado a las prensas bastantes cientos de páginas y de haber colgado en la red una buena cantidad, algo más reducida. Pero de lo que quiero hablar no es de mis libros digitales, sino de «mis bibliotecas», que son quizá mi mejor servicio al mundo académico.
He tenido en efecto el privilegio y la suerte de poder organizar dos bibliotecas digitales «de autor», dentro de la conocida Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: la de Pedro Laín Entralgo y la de Julián Marías.
Os invito a visitarlas, a recorrerlas, a «sacar» libros y leerlos, a consultar sus distintas secciones y su documentación gráfica y sonora. Creo que no os arrepentiréis. Son dos pensadores que vale la pena conocer, leer y, en no pocos casos, releer.
Quiero pensar que estas dos páginas son el comienzo, las dos primeras piedras, de un gran portal del pensamiento español.