Hay filósofos cuyas doctrinas están todavía vigentes. Y uno de ellos es Confucio. Sus frases todavía pueden influenciar nuestras vidas y, aunque no se sepa mucho de este autor, seguro que se han escuchado alguna vez en la vida. Y es que quién no recuerda palabras como “aprender sin pensar es inútil; pensar sin aprender, peligroso” o “lo que no quieras que los otros te hagan a ti, no lo hagas a los otros”, totalmente aplicables a nuestra vida y a nuestra relación como sociedad. 

Pues bien, Confucio fue uno de los tantos filósofos que nos ha dado la cultura china, pero también hay otros filósofos destacables, como Lao-Tse, cuyas lecciones todavía siguen vigentes.

Está claro que la filosofía china ha dejado una huella indeleble en la comprensión del mundo y de la vida. Su origen se remonta a las dinastías Shang y Zhou, entre los siglos XVI y V a.C., cuando las preocupaciones fundamentales de los pensadores chinos se centraron en cuestiones éticas y políticas.

Dos de las corrientes filosóficas más influyentes en la historia china son el Confucianismo y el Taoísmo. Confucio, conocido como Kong Fuzi o Confucio, fue un pensador cuyas enseñanzas se centraron en la ética, la moral y la rectitud en la conducta personal y social. Mientras tanto, Laozi o también conocido como Lao-Tse, considerado el fundador del Taoísmo, abogó por vivir en armonía con el Tao, un principio cósmico que subyace en todo. De él se recuerda sobre todo el símbolo del taijitu, que representa los conceptos del ying y yang. 

Quién es quién en la filosofía china

Confucio (551-479 a.C.) desarrolló el Confucianismo, cuyos preceptos influyeron profundamente en la estructura social china. Está considerado como uno de los mayores filósofos orientales y su doctrina se basaba en la creación de una sociedad culturalmente educada y comprometida con el bienestar común. Por eso, él creía que los hombres, en el sentido más amplio, debían seguir cinco virtudes esenciales: amor al prójimo, ser justo, tener un buen comportamiento siguiendo unos valores morales, y cultivar la sabiduría, además de mantener la conciencia de las voluntades del cielo.

Por otro lado, Laozi, al que se le conocía también como Lao-Tse, es venerado como el autor del «Tao Te Ching», obra central del Taoísmo. Según su obra Dao De Jing, el tao, o camino, puede verse como el cambio permanente y este es la verdad universal. 

Mencio (372-289 a.C.), o Maestro Meng, es también una figura relevante en la filosofía china. Discípulo de Confucio, este escritor basaba su filosofía en que la naturaleza humana es justa y humana y que un estado de políticas justas y humanas florecerá por naturaleza. Según el pensador, todo ser humano tiene cuatro sentimientos naturales que le orientan hacia el buen camino: el sentimiento de compasión, el de vergüenza, el de respeto y modestia y el de lo que está bien y mal. 

No hay que olvidar a Zhuangzi, o Chuang Tse, también es una figura relevante dentro de la filosofía oriental. Su doctrina se basaba en que el usar lo limitado para buscar lo ilimitado era una necedad, además de que el lenguaje y la cognición de los seres humanos están condicionados por su propia perspectiva, por lo que hay que llevar cuidado al concluir que nuestras conclusiones son igualmente ciertas para todas las cosas. 

La filosofía china ha moldeado la cultura y la sociedad chinas a lo largo de la historia. Las enseñanzas confucianas, con su énfasis en la moralidad, la piedad filial y el respeto por la autoridad, han desempeñado un papel crucial en la formación de la estructura social y el sistema educativo en China.

A lo largo de los siglos, la filosofía china ha dejado su huella en la cultura occidental. Durante el siglo XVII, las obras de filósofos chinos fueron traducidas al latín y se difundieron en Europa. A finales del siglo XVIII, pensadores europeos como Voltaire y Leibniz se sintieron atraídos por las ideas chinas, considerándolas una alternativa a la tradición filosófica occidental.

En el siglo XXI, la filosofía china sigue siendo relevante en la sociedad global. La creciente interconexión entre Oriente y Occidente ha llevado a un renovado interés en las enseñanzas de Confucio y Laozi. La sabiduría china sobre la armonía, la moderación y el equilibrio resuena en un mundo cada vez más interdependiente.

La filosofía china sigue siendo una fuente de inspiración para muchos filósofos occidentales. Los principios de la filosofía china ofrecen nuevas perspectivas sobre la naturaleza del universo, la sociedad y el ser humano.