El mundo del Derecho cambia también, como otras disciplinas profesionales, al socaire del imparable proceso de transformación digital e implantación de las nuevas tecnologías. Su ejercicio es cada vez más eficiente gracias a las múltiples, y crecientemente novedosas, herramientas digitales.
En este marco encontramos una figura cada vez más esencial en el ámbito empresarial, que es la del director de cumplimiento (CCO) de una empresa en su condición de principal responsable de supervisar y administrar los problemas de cumplimiento normativo dentro de una organización. Lo que se conoce como el compliance.
El trabajo del llamado compliance officer, incluso en las empresas de menor tamaño, se ve facilitado ahora. Las nuevas herramientas le permiten canalizar la información que se va emitiendo y recibiendo al momento, certificando contenidos y sellando documentos con huella de tiempo. Todo a favor de detectar cualquier tipo de actuación fuera de la normativa y notificarla lo antes posible.
Hace años, el uso de las tecnologías estaba reservado solo a las grandes empresas con recursos suficientes para adquirir las herramientas más punteras del mercado. Sin embargo, la intensificación de la revolución digital ha permitido que la competencia se normalice en el sector y con ella la aparición de aplicaciones con mayor utilidad para la pequeña y mediana empresa (pyme).
Todos estos avances en el sector han permitido que las herramientas cuenten cada vez con un nivel de concreción mayor. De modo que los responsables del compliance de las pymes pueden contratar solo aquellos servicios que necesiten, dejando de lado las macro aplicaciones, que abarcan un sinfín de funcionalidades que para ellas son absolutamente inservibles.
“Sin duda alguna, las pymes tienen un gran aliado en las herramientas tecnológicas en la gestión del compliance, donde pueden sistematizar todos los documentos que cuelgan del sistema, ayudando a la empresa a ejecutar todas las tareas relacionadas con el cumplimiento de una manera integrada y colaborativa para reducir los riesgos y el tiempo de reacción en caso de una no conformidad”, explica en un comunicado Felipe García, abogado y socio de Círculo Legal.
Las herramientas tecnológicas dentro del compliance van desde análisis de riesgos legales y el control de proveedores hasta modelos de automatización de mapa de riesgos, procedimientos y controles. En definitiva, métodos que permiten que las pymes no solo optimicen al máximo tiempo y recursos, sino que compitan de tú a tú con grandes compañías en materia de gestión compliance.
En el caso concreto del blanqueo de capitales, el abogado habla sobre las ventajas de herramientas que, desde su propia pantalla principal, permiten tomar decisiones en función de análisis realizados de forma automática. Un avance que marca un antes y un después en la detección de este tipo de conductas, se afirma en el comunicado difundido por el bufete.
“Si la herramienta da el visto bueno a la operación se continúa con su ejecución, pero si el sistema advierte objeciones o reservas se abre una incidencia y se solicita información para aclarar los detalles de la operación. Todo ello dentro del ecosistema de la herramienta, sin salir de ella, y registrando en la misma todo lo que va aconteciendo hasta la toma de la decisión final. Pensar en la gestión del blanqueo de capitales en un departamento de compliance sin herramientas tecnológicas es impensable en el 2022”, afirma García.
En el contexto al que nos referimos en esta entrada, uno de los principales motivos por el que el valor de estas nuevas tecnologías adquiere todavía mayor importancia es la Directiva 1937/2019 de protección de alertadores. Y es que, explican desde Círculo Legal, si bien su aplicación a la legislación española deberá esperar hasta la segunda mitad del año por retrasos gubernamentales, velar por esta protección requiere, en gran parte, de la adopción de un sistema externo de gestión del canal de denuncias.
“Este tipo de herramientas fomentan, además, la comunicación y anonimato con el alertador”, comenta el experto, “todo ello es posible sin salir de la aplicación informática, de la que cuelga un potente sistema de ciberseguridad que preserva al canal de accesos inconsentidos. Sin duda, otra muestra más de la irrupción de las herramientas tecnológicas en los sistemas de cumplimiento de las pymes”.
Con la inminente implementación de la Directiva 1937/2019 de protección a los alertadores, las pymes españolas encuentran en las herramientas tecnológicas su mayor aliada para combatir esta problemática. “Pensar en la gestión del blanqueo de capitales en un departamento de compliance sin herramientas tecnológicas es impensable en el 2022”, advierte Felipe García.