Un abogado laboralista es un profesional del ámbito jurídico que se ha especializado en defender los derechos de los trabajadores. Se trata de un perfil muy valorado en los centros de trabajo. Y no solo por parte de los empleados, sino también por la de los empleadores, quienes suelen recurrir a esta figura para prevenir posibles conflictos en sus empresas.
De la misma manera que te comentamos que un abogado especialista en derecho laboral cuenta con una gran demanda, hemos de aclararte que se trata de un técnico que va a fidelizar a su público objetivo mediante la demostración de diversas virtudes. Unas virtudes que te explicamos a continuación y las cuales le permiten trabajar en ámbitos tan dispares como los despachos jurídicos, las empresas, los sindicatos, las Administraciones Públicas o las ONG.
En las siguientes líneas nos adentramos en las claves que definen a un buen abogado experto en derecho del trabajo. Presta atención.
La formación de estos abogados como una premisa básica
Efectivamente, los abogados laboralistas parten, como los del resto de ramas del derecho, de la realización de un grado de cuatro cursos. Esta formación de los abogados comprende los fundamentos esenciales de las Ciencias Jurídicas. A partir del segundo y tercer curso ya van introduciéndose en la materia del Derecho Laboral. Pero, sobre todo, podrán aprovechar el máster de la abogacía para especializarse en la rama de derecho del trabajo. Les permitirá presentarse al examen de acceso a la profesión, que debe ser previamente realizado superando el máster de acceso a la abogacía.
Posteriormente, pueden realizar más másteres que les doten de los conocimientos más concretos del ámbito del derecho laboral.
Pero no basta solo con adquirir esta formación reglada, sino que también son necesarias otras aptitudes para ser buenos abogados laboralistas. Toma nota de ellas.
1. Las leyes específicas de los trabajadores
Aparte de las nociones generales del derecho del trabajo, un laboralista ha de controlar exhaustivamente los artículos del Estatuto de los Trabajadores. Asimismo, debe tener claras las ventajas de los convenios colectivos respecto a las de las negociaciones individualizadas.
2. Las reestructuraciones de las empresas
Las normativas laborales van actualizándose con una gran rapidez. Las crisis económicas, sin ir más lejos, generan instrumentos que conviene analizar pormenorizadamente. Un ejemplo de ellos es el relativo a los expedientes de regulación de empleo.
3. Los contratos laborales
La firma del contrato es uno de los momentos procedimentales en los que más útil resulta contar con el asesoramiento de un abogado. No solo recogen el sueldo, sino también otras condiciones básicas para el bienestar del empleado, tales como la jornada, la duración, qué convenio se aplica o las pagas extraordinarias.
4. La expresión en el registro adecuado
Has de tener en cuenta que los abogados laboralistas se comunican con todo tipo de perfiles de trabajadores, por lo que han de adaptarse a su nivel de entendimiento sobre los temas que se les están explicando. A grandes rasgos, esta circunstancia implica que los términos más técnicos van a tener que ser explicitados de la forma más comprensible posible. Lo mismo podemos señalar acerca de los plazos y pasos procedimentales. Siempre hay que ser honesto con las expectativas de los casos.
5. Capacidad de negociación
Estos abogados están acostumbrados a mantener largas reuniones con distintos actores, como los representantes de la empresa, para acercar posturas y conseguir la solución óptima para la parte a la que defienden.
6. La accesibilidad
Es preciso ofrecer una asistencia constante y que permita abordar los problemas que surgen con inmediatez.
7. Habilidades de cálculo
Imprescindibles para casos como los relativos a indemnizaciones de despido, prestaciones de la Seguridad Social, impuestos, etc. Lo mismo podemos destacar para las fechas y los plazos.
En definitiva, un abogado laboralista cuenta con cualificación y experiencia para defender con acierto los intereses de los trabajadores.