Desde 2008 las políticas monetarias expansivas (FED, BCE -con Draghi, no antes-, Banco de Londres, Banco de Japón, etc.), han sido generalizadas. No han tenido efectos inflacionistas, pues la actividad, especialmente en Europa, ha sido anémica debido a la Gran Recesión.

Entonces, las políticas monetarias expansivas fueron acompañadas de políticas de austeridad (fortísimos ajustes en el gasto público) con efectos muy duros sobre amplias capas de la población. Asimismo, se produjo la asunción de la deuda privada de los bancos (causantes en gran parte de la situación por su malísima selección de inversiones y su muy deficiente análisis de riesgos) por parte del sector público. Los gobiernos se financian con dinero de otros desde que el mundo es mundo (en España ya lo hacían los Austrias) para poder llevar a cabo su actividad. Y lo hacen de dos formas: piden prestado a otros o, bancos centrales mediante, se lo inventan.

La creación de dinero no sólo corresponde a dichos bancos centrales, sino también a los bancos comerciales, por el multiplicador del coeficiente de caja. La situación actual es inédita porque nunca anteriormente el hombre moderno había tenido que detener su actividad (no solamente la económica) y encerrarse en su casa para sobrevivir. Ante tal parón, la política económica, para ser efectiva, además de monetaria, tiene que ser fiscal y de rentas. Toda Europa va a tener niveles altísimos de endeudamiento. Ningún país de la Unión Europea (me da un poco de risa que se llame así) cumpliría hoy los requisitos de Maastricht para entrar en el euro.

Eso nos va a acompañar, igual que las mascarillas, durante mucho tiempo. La imagen que en mi opinión refleja mejor la situación, no es un helicóptero lanzando billetes que imaginó Milton Friedman, sino lanzando flotadores, porque a muchísima gente (pymes, autónomos, parados, trabajadores precarios, pensionistas, etc.) el agua le está llegando al cuello. Y no podemos dejar que haya gente que se ahogue. El hombre no se está jugando su viabilidad financiera, se está jugando su supervivencia como especie.