Este enfoque conceptual parte de la consideración de la empresa como sistema abierto y con una naturaleza mixta entre lo técnico y lo social, es decir, compuesta por un conjunto de relaciones de transformación de valor, unas basadas en la tecnología y otras en el comportamiento y comunicación de las personas que integran la organización. En concreto y en principio:
La empresa como organización es un sistema socio-técnico abierto.
La gradual aplicación de la Teoría de Sistemas, nacida en y para las ciencias de la naturaleza, a una clase de los mismos, como son los sistemas sociales, ha puesto de manifiesto una revisión del concepto dado antes de subsistema. Propuesta que se apoya en la denominación del «sistema de aspectos» de un sistema o «conjunto de elementos de este con solo un subconjunto de los atributos originales de los mismos». Es decir, un sistema puede descomponerse en cinco elementos o partes principales (subsistemas), pero si cada elemento o la mayoría de ellos posee cinco atributos (no es necesario que coincidan el número de elementos con estos) el sistema se podría también descomponer en cinco atributos o «aspectos».
Si el subsistema definido, es en sí mismo un sistema, el «sistema de aspectos» no tiene por qué funcionar por su propio peso como tal aunque en muchas oportunidades así lo haga. Lo más importante de este enfoque es permitir analizar la organización con toda la variedad de aspectos que todo elemento de la misma puede mostrar.
En este sentido la empresa en cuanto que es una organización está constituida por elementos que se estudian por distintos aspectos, unas veces es el aspecto técnico, otros el humano o social lo que interesa observar. Es decir que el citado sistema socio-técnico abierto, se puede estudiar por la interrelación o por cada uno de los siguientes «sistemas de aspectos», también definido como el «pentagrama organizativo» (Bueno y Valero, 1985), tal y como se recoge en el cuadro siguiente:
- Sistema técnico (aspecto técnico-económico o transformador de valores, en términos reales y no notorios).
- Sistema de dirección (aspecto administrativo, organizativo, de la actividad económica).
- Sistema humano (aspecto social o conjunto de personas con sus características, comportamientos y motivaciones).
- Sistema cultural (aspectos culturales o valores y normas que influyen en la organización y permiten cohesionar a sus miembros).
- Sistema político aspectos de poder o fuerzas que efectúan -o afectan a- los resultados de la organización).
En la figura 3 se recogen estos sistemas empresariales, primero integrados en un bloque en interacción con el entorno (sistema técnico, sistema de dirección y sistema humano), que represente el sistema básico o aspectos aprehensibles de la organización (por ejemplo, el ingeniero jefe de la fábrica, es un elemento que, según su aspecto, es componente del sistema técnico, en cuanto a su función operativa en la explotación, de otra parte es miembro del sistema de dirección ya que forma parte del equipo directivo, pero es también integrante del sistema humano en la medida en que está contratado y pertenece a la plantilla de la empresa)
Figura 3. La empresa como organización: un sistema socio-técnico abierto
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El segundo bloque de «sistemas de aspectos» aparentemente separados de los «fundamentales», pero muy interdependientes con el entorno, dadas sus vinculaciones, orígenes y efectos, se compone del sistema cultural y del sistema político o de poder; aspectos que subyacen y que sirven para explicar la estructura y el comportamiento de los anteriores. (Así, por ejemplo, entender el comportamiento y los resultados del ingeniero-jefe requerirá conocer si sus valores concuerdan o no con los de los restantes miembros y si está vinculado a cierta fuente de poder.
Estos cinco aspectos o sistemas organizativos permiten definir, en consecuencia, a la empresa como organización de esta forma:
Un sistema socio-técnico abierto compuesto por cinco elementos principales o aspectos organizativos: sistema técnico, sistema humano, sistema de dirección, sistema cultural y sistema político (poder) y en el que se persiguen unos objetivos básicos.
Estos objetivos característicos de cada «aspecto» son precisamente los «principios básicos» que permitan el «equilibrio de la organización» o del «sistema», tal y como se ha puesto antes de manifiesto y que son recogidos, de una u otra forma, por las diferentes aportaciones teóricas sobre la empresa. Principios que serán considerados con mayor detalle en la Unidad didáctica 2.