La inseguridad alimentaria en Latinoamérica (Latam) se nutre, entre otros factores, de las exorbitantes pérdidas anuales de alimentos en la cadena logística que debería llevarlos a las mesas de los consumidores.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reiteró, recientemente, el llamado a los gobiernos a mitigar el desperdicio de alimentos en una región que presenta altos niveles de inseguridad alimentaria y elevados costos para que sus habitantes aspiren a una dieta saludable.

Las ingentes cifras citadas por La República no mienten sobre un problema que no encuentra solución: “se pierde el 11,6% de los alimentos en la cadena logística desde su cosecha hasta su venta, lo que equivale a 220 millones de toneladas al año”.  

Estas toneladas de alimentos que no llegan a las personas indicen, también, en que Latam tenga uno de los costos más altos a nivel mundial para acceder a una dieta saludable.

“Muchos de los alimentos saludables, como frutas y hortalizas, que aportan en la nutrición y la salud de las personas, son los que más se pierden y desperdician”, explicó el representante regional de FAO, Mario Lubetkin.

No obstante, “la cifra de alimentos desperdiciados en la región es similar al promedio global: en el mundo el 14% se pierden después de la cosecha hasta la etapa de venta y el 17% se desperdician cuando se vende al por menor y en los hogares”.

De acuerdo con FAO, “a nivel global, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia. Esto equivale a cerca de 1 300 millones de toneladas de alimentos, lo que incluye el 30% de los cereales, entre el 40 y el 50% de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas, el 20% de la carne y productos lácteos y el 35 % de los pescados.  La FAO calcula que dichos alimentos serían suficientes para alimentar a 2 000 millones de personas”.

Digitalización agrícola, herramienta que podría ayudar

A este llamado de la FAO, se une el de otras organizaciones que claman por una digitalización agrícola para mejorar la productividad que se convierta también en factor para evitar las pérdidas en la cadena, al tiempo que ayude a disminuir el impacto medioambiental y propicie la inclusión social en el área.

La región necesita que los gobiernos impulsen políticas de estado en la materia, coincidieron expertos del sector público y del privado que se reunieron en un foro virtual convocado por la Fundación World Food Prize y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en el marco del Diálogo Internacional Borlaug.

Como recuerda una nota del propio IICA, la digitalización agrícola “ofrece una oportunidad concreta de avanzar hacia sistemas alimentarios más sostenibles, saludables e inclusivos, aunque no sin riesgos. El proceso es incipiente aún pero inevitablemente ocurrirá”.