Siguiendo la línea de la mayoría de los medios de comunicación, este blog no podía mantenerse ajeno a una de las noticias más polémicas de las últimas semanas, y que ha mantenido en jaque a las distintas esferas sociales, institucionales y económicas de nuestro país y, por supuesto, a todos los ciudadanos sujetos a contratos de hipotecas. La rocambolesca historia se remonta al pasado 18 octubre. Dicho día, la sección de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo dio un revés a la doctrina y fijó que los gastos derivados del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados que grava la constitución en escritura pública de una hipoteca, los debía asumir la entidad bancaria, y no el prestatario. Su argumento básico residía en que los bancos son los interesados en disponer de la acción ejecutiva y privilegiada proveniente de la hipoteca.
Sin embargo, la ilusión y las expectativas generadas por este nuevo criterio entre la población se han visto rápidamente mermadas. Casi al día siguiente, el Tribunal Supremo anunció que revisaría su sentencia en pleno “por su enorme repercusión económica y social”. Durante estas semanas, al menos la opinión pública, casi había asumido que no se produciría un cambio de criterio por el descrédito que podría producir para el Supremo, sin perjuicio de una razón más de fondo, la correcta interpretación que había adoptado. Más bien la polémica y las hipótesis y suposiciones estuvieron girando alrededor de las consecuencias que tendría para la banca el carácter retroactivo de dicha medida. Sin embargo, ayer, a última hora, tras dos días de deliberaciones, y por 15 votos frente a 13, y ante las obvias presiones de los poderes económicos e institucionales, la alta instancia del poder judicial optó “por desestimar los recursos planteados y volver al criterio según el cual el sujeto pasivo del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados en los préstamos hipotecarios es el prestatario”, según reza la nota informativa publicada por la sala tercera. Los titulares de esta mañana se han levantado con el disparo en Bolsa de los bancos tras la sentencia sobre las hipotecas, pero también con la puesta en entredicho del Supremo.
Doctora en Economía y Administración de Empresas. Profesora de Contabilidad en UDIMA, Universidad a Distancia de Madrid.