La gestión del riesgo tradicional se ha centrado en medir y cubrir riesgos concretos e individuales. En el mercado asegurador este enfoque ha dado lugar a pólizas de seguros que cubren de forma aislada daños, responsabilidad civil o cualquier otro tipo de exposición. Por su parte, en los mercados financieros se ofrecen coberturas para riesgos únicos como variaciones de los tipos de interés, tipos de cambio o del precio de las materias primas.

Las soluciones integradas, Integrated Risk Management Solutions o IRM, (Holistic Solutions) se basan en el principio de que un único y gran siniestro no es el que puede desestabilizar a una empresa sino la combinación de varios sucesos, con frecuencia no asegurables, que conllevan graves consecuencias económicas.

En los últimos años, las empresas han necesitado mayor protección para cualquier tipo de riesgo sea cual sea su origen: las peores consecuencias económicas de dichos riesgos en sus cuentas de resultados derivan de la mayor intensidad de estos y no del suceso que los origina. Por otra parte, además de los riesgos asegurados tradicionalmente como incendio, responsabilidad civil, etc., existen otros como las variaciones de los tipos de interés o de los tipos de cambio, de los cuales, las grandes empresas multinacionales también desean protegerse.

Tradicionalmente algunos de estos riesgos financieros se han cubierto a través de los mercados de capital mediante productos derivados como opciones o futuros, mientras que los riesgos empresariales se han retenido y asumido por las propias compañías.

Resulta evidente, por tanto, que cualquier empresa se enfrenta a un conjunto de riegos heterogéneos y llega un momento en el que se plantea si es mejor gestionar estos riesgos conjuntamente o si por el contrario es más apropiado el enfoque tradicional de gestión individual de los mismos. En la actualidad es posible combinar diversos riesgos dentro de un programa integrado único de gestión, con el objetivo de transferir el riesgo corporativo y de proporcionar capital fuera de balance para cubrir dichos riesgos.

Generalmente estos productos de gestión integral del riesgo se encuadran dentro de dos categorías: una primera en la que los riesgos se combinan en un producto que gestiona riegos asociados a varios ramos de seguros de forma plurianual, son los productos multi-ramo plurianuales; y una segunda categoría, que incluye aquellos productos en los que se lleva a cabo la indemnización cuando se produce la combinación de varios desencadenantes, son los productos multi-trigger (multi-desencadenante).

Un producto multi-ramo plurianual se basa en la agrupación de diferentes líneas de negocio (incendio, daños, responsabilidad civil, transportes, etc.) a lo largo de un periodo de tiempo plurianual. Así el pago a realizar al comprador de este tipo de cobertura se establece a partir de la agregación de las pérdidas asociadas al conjunto de todos los riegos considerados.

La consideración bajo un mismo producto de varios ramos de seguros y periodos de tiempo obedece a dos principios actuariales básicos: cuanto mayor sea el número de riegos asegurados y la diversificación en cuanto a líneas de negocio en una cartera de pólizas, se realizará una mejor estimación del riesgo de pérdida de dicha cartera y, por tanto, se obtendrán primas más ajustadas al riesgo.

En los mercados financieros, la integración de un conjunto de riesgos dentro de un único producto se conoce con el nombre de basket derivatives (derivados cesta) que surgieron como respuesta a la demanda de una cobertura financiera “a medida” para los inversores más sofisticados.

Aunque estos productos aparecieron a finales de los 80 del siglo pasado, no son muy utilizados en la cobertura de riesgos financieros porque que los productos que cubren un único riesgo tienen mayor liquidez y son más fáciles de ejecutar que los productos que cubren riesgos múltiples y porque las empresas actualmente tienen capacidad suficiente por sí mismas para evaluar como interaccionan los riesgo financieros a los que se enfrentan, para cubrir dichos riesgos de forma individual en los mercados de capital y para cubrir la correlación existente entre ellos.

Los productos multi-ramo en los mercados financieros suelen ser contratos de corta duración, habitualmente anual, aunque como estos contratos suelen realizarse a medida de las necesidades del cliente que los demanda, también se pueden estructurar para periodos de riesgo plurianuales.

En el mercado asegurador los productos multi-ramo plurianuales resultan atractivos cuando permiten la integración total de varias líneas de seguros a lo largo de varios periodos de riesgo. Este objetivo se alcanza definiendo límites agregados para el total de las pólizas que participan en el programa de forma que la cuantía máxima agregada de pérdidas retenidas por el asegurado está fijada independientemente de las fuentes de las que derivan las pérdidas de los riesgos cubiertos.

A través de estos productos multi-ramo plurianuales es posible aumentar la lealtad, cooperación y las relaciones a largo plazo entre la empresa que los comercializa y sus clientes, estabilizando y reduciendo los costes, proporcionando una cobertura efectiva para grandes riesgos asegurados a un coste ajustado y ofreciendo una protección plurianual del balance y la estabilización durante varios años de las cuentas de resultados anuales.

Las soluciones integradas multi-ramo plurianuales también pueden contener un segundo desencadenante, o en determinados casos, como es el de desencadenantes simples intercambiables, un único desencadenante doble. Cuando esto sucede los contratos se denominan multi-trigger y basan sus pagos por pérdidas derivadas de un siniestro en que se desencadene un segundo riesgo o suceso asegurado. Estas soluciones con desencadenante múltiple son muy similares a las soluciones integradas multi-ramo plurianuales porque son una variante de estas. Desde el punto de vista financiero, se fundamentan en las exigencias de los accionistas dentro de la toma de decisiones de la compañía, para los cuales el motivo por el que se produce una reducción en el precio de la acción no es tan relevante como la volatilidad del resultado total.

En estos productos, el pago de las reclamaciones requiere como mínimo la existencia de dos desencadenantes: los siniestros únicamente se pagan al asegurado si durante el periodo de vigencia del contrato, además de un siniestro asegurado (primer desencadenante) se produce un segundo evento no asegurado (segundo desencadenante).

La gestión integral del riesgo con productos de desencadenantes múltiples, aumentan el valor de la compañía al aumentar el valor de sus acciones y pueden considerarse un producto de cobertura eficiente ante situaciones de riesgo cada vez más complejas.