El 28 de septiembre se ha hecho público el esperado informe de Oliver Wyman sobre las necesidades de capital de cada una de las entidades financieras españolas y que tiene como misión devolver la credibilidad al sistema financiero español.

Este informe debería llevar la confianza a los mercados financieros sobre la auténtica situación de los bancos españoles, lo que debería relajar nuestra prima de riesgo y permitir que, al menos las entidades que no necesitan capitalizarse puedan obtener créditos en los mercados exteriores.

Parece ser que esto no ha ocurrido como se esperaba y sigue pendiente la reestructuración del sistema financiero que tiene que terminar para que los inversores vuelvan a confiar en España. Por lo que será necesario que se pongan en marcha nuevas fusiones por parte de los grandes bancos.

Los que cuentan con mayores posibilidades son los tres grandes: el Santander, BBVA y La Caixa. Los tres tienen capacidad suficiente para optar por las entidades nacionalizadas, que tendrán que salir a subasta antes de que termine el año. Aunque el banco que preside Emilio Botín es el menos interesado, no descarta llevar a cabo alguna compra, pero que esperarán primero conocer los planes de recapitalización de las entidades que necesitan capital, en función del test de Oliver Wyman y en segundo lugar habrá que esperar que activos pasarán las entidades con problemas al Banco Malo.

Para Francisco González, presidente del BBVA, quedará reducido a siete u ocho entidades fuertes todo el sistema bancario español.

Por otro lado, el Ministerio de Economía tiene que agilizar las operaciones corporativas y terminar el mapa financiero antes de fin de año, porque es una de las condiciones que le impone Bruselas para activar las ayudas a la banca española.