AL BORDE DEL RESCATE
La economía española, no sólo el sector bancario, está al borde del rescate. Ayer viernes día 20 de julio, la prima de riesgo de la deuda española se situó en 610 puntos básicos de diferencial con respecto al bono alemán, de referencia. La rentabilidad del bono a 10 años se situó en 7,27%, lo que hace muy difícil la financiación de la deuda española en los mercados de bonos. La Bolsa registró una de las mayores caídas del año: un 5,8%.
En su reunión del 9 de julio, el Eurogrupo alcanzó un acuerdo para la financiación del saneamiento del sector financiero español. El total de ayuda concedida asciende a 100.000 millones de euros, de los cuales, los primeros 30.000 se recibirían antes de fin de este mes, para atender las necesidades más urgentes. El préstamo se ejecutará en varios tramos y tendrá una duración media de 12,5 años. El tipo de interés oscilaría entre un 3,4% y un 4%. Como contraprestación, Bruselas impondrá condiciones a los bancos rescatados al conjunto del sector financiero y nuevas obligaciones de política económica, con misiones de la “Troika” europea (BCE, Comisión Europea y FMI) en España cada tres meses. La ayuda se dirigirá inicialmente al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad), si bien, cuando el supervisor común europeo esté operativo, los créditos europeos podrán ir directamente a las entidades financieras y dejar de computarse como deuda pública. Bruselas impondrá condiciones a los bancos rescatados, al conjunto del sector financiero y nuevas obligaciones de política económica, y realizará evaluaciones periódicas trimestrales de las reformas que considere deben emprenderse. Las condiciones para las entidades que reciban ayudas incluirán, entre otras, política de bonus y dividendos ceor, reducción de capacidad (oficinas, empleados, etc.) desapalancamiento, venta de activos e imposición de pérdidas a los inversores en participaciones preferentes. Las condiciones generales para el sector financiero podrían incluir la creación de un “banco malo” para absorber los activos tóxicos, un requisito de capital de máxima calidad del 9% y la supervisión bajo un nuevo organismo supervisor europeo.
Por otra parte, el Eurogrupo concedió a España un año más, hasta 2014, para situar el déficit público por debajo del 3% del PIB, a cambio de nuevos ajustes económicos y una estricta vigilancia por parte de las autoridades europeas. Este reconocimiento de la imposibilidad española para cumplir con los objetivos presupuestarios en los plazos fijados por Bruselas supone el planteamiento de los nuevos objetivos siguientes: 6,3% del PIB en 2012, en lugar del 5,3%; 4,5% en 2013, en lugar del 3% y el 2,8% en 2014. A cambio se exige a España cumplir las recomendaciones hechas el pasado 30 de mayo por la Comisión Europea, las cuales incluían:
• Implantar medidas adicionales en las Comunidades Autónomas y aplicar estrictamente la Ley de Estabilidad Presupuestaria en materia de transparencia y control de la ejecución presupuestaria.
• Establecer una institución presupuestaria independiente que realice funciones de análisis, asesoramiento y control con relación a la política presupuestaria.
• Acelerar el adelanto de la edad de jubilación y la introducción del factor de sostenibilidad previsto en la reforma del sistema de pensiones.
• En materia fiscal: incrementar los ingresos del IVA, aumentado su base imponible y / o subiendo sus tipos; aumentar la imposición medioambiental y eliminar la deducción por compra de vivienda.
El pasado 13 de julio, en el Consejo de Ministros, en línea con los requerimientos de Bruselas, el Gobierno de España aprobó un paquete de medidas contra el déficit que incluyeron:
• Incremento del IVA (el tipo general pasa del 18% al 21%; el gravamen reducido, del 8% al 19%. Algunos bienes y servicios pasan del 8% al 21%) con aplicación desde el próximo 21 de septiembre.
• Se eleva el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades para grandes empresas y se amplía la limitación de deducción por gastos financieros. Se limita durante 2012 y 2013 la compensación de bases imponibles negativas para compañías con una cifra de negocios superior a 20 millones de euros.
• Se suprime en el IRPF la deducción por compra de vivienda habitual a partir de enero de 2013.
• Se actualiza el impuesto sobre las labores del tabaco y se incide sobre la imposición medioambiental.
• Se suprime la paga extraordinaria de diciembre a los funcionarios públicos; así como los días adicionales de libres disposición y los días de vacaciones adicionales por antigüedad. También se suprimen tres de los seis días de libre disposición ordinarios.
• Se reducen los créditos y permisos de los liberados sindicales.
• Se hace incompatible con cualquier otra retribución pública o privada la retribución compensatoria del 80% de sus retribuciones, durante un plazo de 24 mensualidades, cuando cesan, determinados altos cargos, entre ellos, los miembros del Gobierno, Secretarios de Estado, presidentes de las Cámaras y presidente y consejeros de organismos reguladores.
• Se reduce el 30% el importe a beneficiarios de la renta básica de emancipación (de 210 a 147 euros mes).
• No habrá nuevos beneficiaros de la subvención de préstamos para la adquisición de vivienda protegida.
• Se suprimen casi todas las bonificaciones en cotizaciones a la Seguridad Social por la contratación.
• Se incrementa la base máxima de cotización en cinco puntos porcentuales entre 2013 y 2014, aumentando la pensión máxima un punto adicional a la variación del IPC.
• Aumenta la base de cotización a los autónomos.
• Se liberalizan horarios comerciales y los períodos de rebajas.
Los inversores en los mercados financieros, como señalamos al comienzo del artículo, no han acogido favorablemente este paquete de medidas, habiéndose agravado el deterioro de las cifras macroeconómicas de nuestro país. El Catedrático de Economía Aplicada y antiguo Rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, en un artículo publicado bajo el título “La economía española se hundirá aún más” señala que “Las medidas anunciadas por el Presidente del Gobierno en el Pleno del Congreso, celebrado el día 11 de julio, van a agravar más la crisis de la economía española. No sólo no sirven para atajar las causas fundamentales que han provocado una situación de esta naturaleza, sino que deprimen todavía más la demanda, con lo que muchas empresas cerrarán, otras bajarán su nivel de capacidad y el desempleo seguirá creciendo. No se ataja desde la raíz la situación desastrosa de gran parte del sistema financiero, que no solamente necesita un rescate, sino una reforma en profundidad, así como la necesaria creación de una Banca pública. Sigue pendiente sin resolverse todo el problema creado por la burbuja inmobiliaria y no se plantean medidas que aborden con un grado determinado de eficacia, aunque sea parcial, el estado actual donde hay tantos pisos sin vender”.
En la misma línea, el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, en su reciente artículo “Pointless Pain in Spain” señalaba que las medidas fiscales del Gobierno “sumergirán claramente a España en la depresión”. Según Krugman, estas medidas no conseguirán reducir el déficit en una cuantía significativa, y dado que su peso sobre PIB español será limitado, no servirán para restaurar la confianza de los inversores. La disminución de los salarios en términos reales, dado que la economía española se encuentra en la fase más aplanada de la curva de Phillips (combinaciones de desempleo y variaciones en los salarios) se hará, de acuerdo con el pronóstico de Krugman, a costa de fuertes incrementos en el paro. Según este profesor, las medidas de austeridad incrementarán el desempleo mientras que no supondrán mejoras significativas en el problema fiscal ni en el problema de la competitividad, agravado éste último por la limitación en el margen de maniobra que, debido a la entrada en el euro, supone la renuncia a dos herramientas de política monetaria claves para la lucha contra la crisis: la gestión del tipo de cambio (dado que ya no hay posibilidad de realizar devaluaciones competitivas) y la emisión de oferta monetaria.
Durante el último trimestre, España ha enviado fuera más trabajadores (una gran mayoría de elevada cualificación) de los que han llegado desde otros lugares a nuestro país). La desmoralización, la profunda depresión colectiva en la que nos hallamos inmersos, los desastrosos ejemplos de falta de capacidad y de sensibilidad social por parte de autoridades públicas, los escandalosos casos de corrupción, que afectan a todos los poderes y a las más altas instituciones del Estado parecen un caldo de cultivo perfecto para un futuro incierto, lleno de pobreza y sufrimiento.
Ojalá estos pronósticos no se cumplan, pero, muy probablemente, estamos al borde del rescate de toda la economía española.
Licenciado en CC. Económicas y Empresariales. Profesor en el CEF.- Centro de Estudios Financieros y en la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA.