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Mar Muerto. Visión de Israel desde Jordania. 

El Mar Muerto, denominado “Asafaltites” por los antiguos griegos, se sitúa a 430 metros bajo el nivel del mar resultando el punto topográfico más bajo del planeta. Se trata de un lago endorréico que se ubica en la parte más profunda de una depresión tectónica atravesada por el río Jordán del que recibe la mayor parte de sus aguas. Tiene 80 km de largo y 16 km de ancho alcanzando una superficie aproximada de 810 km2. Las aguas del Mar Muerto bañan las fronteras  de tres estados, Jordania, Palestina e Israel, lo que le convierten en un enclave estratégico en un zona del planeta de gran tensión política.

Está flanqueado al este por montañas y al oeste por las colinas de Jerusalén. El Mar Muerto no tiene salida al mar por ello cuando las aguas del río Jordán lo alcanzan, se evaporan rápidamente dejando una rica mezcla de sales minerales. Como consecuencia, el Mar Muerto es uno de los lagos más salinos del planeta, 9 veces más que los océanos, de hecho, en él sólo sobreviven las “artemias», una especie concreta de crustáceos. La alta densidad de sus aguas impide que un cuerpo se hunda, una peculiaridad que le caracteriza.

Todo ello convierte al Mar Muerto en un balneario natural con excelentes propiedades terapéuticas que lo han convertido en un destino diferenciado de salud y bienestar. Son numerosos los hoteles-balnearios que se ubican tanto en Jordania como en Israel. Un rápido vistazo a booking.com nos permite contabilizar 28 alojamientos en la orilla jordana y 41, en la israelí, además de varios spas, balnearios y centros comerciales.

No obstante, el Mar Muerto tiene que hacer frente a un serio problema, según un estudio elaborado por expertos israelíes, se está secando a una velocidad de un metro por año por motivos fundamentalmente antrópicos aunque la ausencia de precipitaciones también es un factor determinante. De hecho, desde la década de los 60, se ha reducido en un tercio, pasando de los 959 km2 a los 637 km2 tal y como se puede apreciar en la Figura 1. Esta pérdida crítica de agua se debe, a la desviación del río Jordán como consecuencia del aumento demográfico, el incremento de la agricultura, las represas construidas el río sirio Yarmouk que, a su vez, alimenta la río Jordán así como a la ubicación de industrias  en la zona para extraer los minerales de sus aguas.

Para poner fin a esta pérdida crítica de agua, existe un proyecto, el Jordan National Red Sea Development Project (JRSP), para trasvasarle agua desde el Mar Rojo que requiere el acuerdo de Israel, la Autoridad Palestina y Jordania. Consistiría en la construcción de un sistema de tuberías de unos 180 kilómetros de longitud que transportaría agua salada desde el Mar Rojo al Mar Muerto. El proyecto, que podría poner freno a la partida de agua del Mar Muerto, no está exento de polémica puesto que supondría, entre otras consecuencias, cambios en la salinidad del agua. ¿Cuál será el futuro del Mar Muerto?

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Figura 1. Vistas satélites del Mar Muerto (1979, 1989, 2011)

 

Fuente. NASA.