La película “Her”, dirigida por Spike Jonze, cuenta la historia de Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que compra un día un nuevo sistema operativo basado en Inteligencia Artificial. Para su sorpresa, se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese sistema operativo.

“Her” predice unas interfaces de usuario invisibles, que se disuelven en la vida diaria. Las luces de la casa de Theodore se encienden y se apagan de forma automática cuando el protagonista se mueve de una habitación a otra sin que haya una app para controlar las luces desde el sofá ni un panel de control en la pared.

La interfaz con el sistema operativo es también invisible puesto que está basada en la voz. La comunicación es natural, la misma que utilizamos para comunicarnos con las personas. Para leer, archivar y borrar los mensajes de correo electrónico, Theodore simplemente habla con su teléfono móvil, no hace uso de un teclado ni de gestos en la pantalla como ocurre en la actualidad.

Ahora nos queda esperar quince o veinte años para comprobar si las predicciones de Jonze se hacen realidad. Como profesora de Interacción Persona-Computador estoy de acuerdo con el director en que las interfaces del futuro serán cada vez más humanas.