En tiempos de crisis el pesimismo se vuelve contagioso. Nadie se atreve a tomar iniciativas y cualquier tipo de aventura humanística con requerimientos económicos se presenta como una temeridad. Pero ese miedo paralizante, instalado en nosotros en momentos de zozobra como este que vivimos, deberá dar paso, en algún momento, al riesgo, al optimismo. De los contextos más depresivos han nacido siempre los proyectos más ambiciosos y esperanzadores. El último, una revista digital con la arqueología como leitmotiv. Otros países del llamado primer mundo ya ha emprendido la aventura. Se trata de crear un foro arqueológico que deje atrás los formatos conformistas y acartonados de otros tiempos. La propuesta es simple: llegar al gran público con noticias de impacto científico que han estado tradicionalmente recluidas en foros de especialistas. Si el patrimonio y la ciencia son de todos, también lo son las novedades y discusiones derivadas de ellas. La iniciativa a la que me refiero cuenta con el Instituto Arqueológico Alemán como padrino institucional, con empresas (españolas y alemanas) como sponsors, y con arqueólogos doctores y profesionales de los medios de comunicación como ejecutores del proyecto. En el punto de mira de esta revista digital figuran las novedades acontecidas en el seno del Instituto Arqueológico Alemán, que cuenta con «sucursales» en todo el mundo. Por ejemplo, las misiones arqueológicas germanas destacadas en países del mundo árabe, sometidos actualmente a conflictos y tensiones geopolíticas. Se atenderá también a asuntos arqueológicos acontecidos en España que trasciendan lo superficial, lo descriptivo. Uno de los principios que mueve este proyecto es la fe ciega en la arqueología como reclamo. El convencimiento de que al gran público le interesan los aconteceres de nuestros antepasados nos ha conducido hasta esta empresa pionera en España. Aunque el formato está aún por discutirse, el punto de convergencia del potencial lector ha de ser el de la ciencia divulgativa. El lenguaje utilizado estará al alcance de todos y se evitarán las visiones tendenciosas. No será esta una tribuna arqueológica en la que tengan cabidas las teorías delirantes o el esoterismo gratuito. Se puede ser escrupuloso con la ciencia sin necesidad de abrumar con tecnicismos. Ese es el reto: arqueología para todos desde el rigor. En breve, tendremos noticias.

Daniel Casado Rigalt