El municipio conquense de Valverde de Júcar celebra anualmente, entre los días 5 y 10 de enero, las Fiestas de Moros y Cristianos en honor al Santo Niño, Declaradas de Interés Turístico Regional.

La emoción inunda cada año este municipio aledaño al embalse de Alarcón en una centenaria tradición que rememora el triunfo cristiano en la reconquista de Al Andalus, pero también la convivencia pacífica entre ambas confesiones, pues como ha investigado la Doctora María Lara y nos cuenta en su artículo La Princesa Polixena y la devoción histórica al Santo Niño, un elevado número de mudéjares permanecieron cultivando las tierras del señorío de Alarcón después de 1492, a los que se sumaron 88 moriscos procedentes de la guerra de las Alpujarras en el último tercio del siglo XVI, adquiriendo entonces arraigo la declamación de los Dichos.

A lo largo de dichas jornadas, se suceden numerosos actos teniendo como centro la Fiesta Mayor celebrada el 8 de enero. Las guerrillas, la batalla dialéctica entre las compañías de moros y cristianos rivalizando por la custodia del Santo Niño en los populares Dichos, las descargas de pólvora y la Eucaristía del 8 de enero con moros y cristianos en el interior del templo como epicentro de esta fiesta que aspira al reconocimiento de Interés Turístico Nacional, junto al buen hacer de los valverdeños, constituyen los principales alicientes de este evento en el que la pólvora y el estruendo que emanan los trabucos se alían con la alegría de los asistentes rindiendo honores y enarbolando banderas al grito de ¡Viva el Santo Niño! De este modo, el Medievo entra en nuestras vidas de ciudadanos del siglo XXI en un viaje, espacio-temporal y etnográfico, que bien hace propio esa máxima presentista de que toda Historia es Historia Contemporánea, pues no en vano desde nuestra perspectiva la contemplamos.

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 Dra. Laura Lara Martínez.