En el segundo capítulo de la serie “Gracias, América”, en La aventura del saber de La 2 de TVE, las Profesoras María y Laura Lara analizan la importancia de las letras en las culturas precolombinas. Hubo una decena de sistemas de escritura en las Indias antes de 1492. La más antigua de ellas fue la conformada por los quipus, en Perú (2.500 a.C.), un mecanismo a base de nudos en hilos que, después, fue utilizado por los predicadores para que los nativos prepararan el examen de conciencia previo a la confesión. En Mesoamérica los pioneros fueron los olmecas (escultores y ceramistas), quienes contaron con escritura desde el siglo VI a.C. en los actuales estados mexicanos de Veracruz y Tabasco, mientras que por los territorios de Puebla, Guerrero y Oaxaca estuvieron los mixtecas. En su etapa como Fellow en Harvard, María Lara tuvo oportunidad de investigar en el Peabody Museum el sistema de comunicación mixteca vigente desde el siglo XIII de nuestra era.

Asimismo, según detallan en la entrevista las Profesoras de la UDIMA, los aztecas tenían predilección por las bibliotecas, pues las colecciones de libros ocupaban salas en los templos y casas aristocráticas de Tenochtitlan y las principales ciudades.

Laura Lara evocó el drama que conllevó la devastación de gran parte de los códices mayas. Fray Diego de Landa, que introdujo la Inquisición en Yucatán, fue el primero que intentó descifrar la escritura maya, aunque lamentablemente quemó las páginas. La afición por los jeroglíficos mayas se desataría en el siglo XIX, a la par que el interés por la egiptología, y ya en el siglo XX, en la etapa de la Guerra Fría, el investigador soviético Yuri Knorozov confirmó algunas de las averiguaciones de Landa.

Como octubre es un mes orientado hacia las bibliotecas, las Hermanas Lara enlazaron su examen de las escrituras prehispánicas con los templos del saber perdidos a lo largo del tiempo. Y, así, recordaron que, en 2017, se cumple el 25 aniversario del incendio de la majestuosa biblioteca de Sarajevo, depositaria del conocimiento atesorado en el Imperio austro-húngaro.