Fotografía: María Coral González

La noche europea de los investigadores, que ha tenido lugar recientemente en Madrid y en más de 370 ciudades europeas, es un proyecto de divulgación científica que entra dentro del Programa Horizonte 2020. El principal objetivo de este proyecto es acercar la Ciencia a los ciudadanos, para que conozcan el trabajo de los científicos y vean su repercusión en la vida cotidiana.

La Ciencia es un instrumento imprescindible para el desarrollo de cada individuo. No es algo que corresponda únicamente a los científicos. Sino que está dirigida a responder las preguntas que cualquiera de nosotros podamos hacernos sobre los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor, ayudándonos a descubrir el mundo que nos rodea.

La enseñanza de las Ciencias es necesaria desde las primeras etapas de la educación y no debe centrarse únicamente en la transmisión de conocimientos ya establecidos. Es fundamental que los docentes fomenten en sus alumnos el pensamiento crítico. Para ello, el profesorado debe ser capaz de utilizar nuevos materiales, recursos y estrategias para diseñar una gran variedad de actividades que motiven y despierten la curiosidad de los alumnos sobre el quehacer de la Ciencia.

Las actividades experimentales son un recurso esencial, mediante el cual los escolares pueden aprender sobre los fenómenos que nos rodean de manera práctica. Sin embargo, esto no siempre se puede llevar a cabo en el aula, debido a la falta de recursos, espacio, financiación… En este caso, una buena alternativa a la experimentación es la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Dentro de las competencias clave que la Unión Europea considera de indispensable adquisición para que los individuos alcancen un pleno desarrollo personal, social y profesional, encontramos la competencia matemática y las competencias básicas en ciencia y tecnología. Estas competencias son esenciales para el desarrollo del pensamiento científico, ya que combinan metodología científica con adquisición de destrezas tecnológicas.

Por todo esto, resulta de vital importancia que los docentes aprendan a combinar la enseñanza de las Ciencias con los recursos que nos ofrece la era de la tecnología. Los alumnos de casi cualquier etapa, en este momento, puede decirse que son nativos digitales: han nacido en la era de la inmediatez, del fácil acceso a la información y están acostumbrados a utilizar las nuevas tecnologías.

Para el profesorado, aunque menos acostumbrado a la tecnología que sus alumnos, esto puede ser una ventaja, ya que es más fácil captar la atención de los mismos, gracias a la interactividad que nos ofrecen estas nuevas herramientas tecnológicas.Además, al tener un rápido acceso a la información, los alumnos son capaces de encontrar cualquier cuestión que se les plantee en el aula, siendo ellos los principales protagonistas de la construcción de su conocimiento, algo esencial en el proceso de aprendizaje.

Algunas de las herramientas tecnológicas que podemos encontrar fácilmente y que favorecen el acercamiento a la Ciencia son aplicaciones móviles, entre las que destacan las de realidad virtual para aprender partes del cuerpo (Cardio VR) o diferenciar los distintos seres vivos (iNaturalist). Otras son páginas web, como Kids CSIC, desarrollada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, donde se pueden encontrar películas, juegos e incluso recursos para el aula, gracias a los cuales se puede motivar a los estudiantes de una manera más eficaz que con la única utilización de libros de texto.

Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, la utilización de las TIC puede conllevar algún que otro problema entre el alumnado, como la fácil dispersión de sus tareas o la búsqueda de información poco fiable. Además, los dispositivos necesarios para la utilización de las TIC no están disponibles en todos los centros, ni todas las familias pueden tener acceso a ellos. Por esto es necesario tener otras herramientas disponibles en las que apoyarse a la hora de enseñar Ciencias.

Aunque la enseñanza de las Ciencias ha de estar basada en la experimentación, siempre es necesaria una base teórica sobre la que trabajar. Los investigadores leen cientos de artículos científicos sobre un tema determinado antes de empezar a trabajar en un proyecto concreto. De igual manera, tanto el docente como el alumnado han de tener una sólida base teórica sobre la que comenzar su trabajo experimental. Aunque la base teórica no necesariamente ha de provenir de libros de texto, un docente menos experimentado en Ciencias Naturales verá un apoyo en este formato.

Los libros de texto pueden servir de apoyo para estructurar lo que se ha visto en el aula. Sin embargo, lejos de fomentar la indagación o experimentación por parte de los alumnos, suelen ofrecer las soluciones a los problemas planteados. Es decir, suelen ser textos donde se explica cada uno de los contenidos de Ciencias sin esperar que el alumno recapacite demasiado sobre ellos.  Como se decía al principio, el docente ha de impulsar en sus alumnos, el pensamiento crítico que no suelen ofrecer los libros. Ha de prepararlos para que sean aprendices ágiles y capaces de afrontar el cambio. Por esto es primordial que el profesorado llegue a un equilibrio a la hora de utilizar todas estas herramientas disponibles para el aprendizaje y sepa guiar a sus alumnos en la utilización de las mismas.

Esto nos lleva a una labor docente dura, complicada y llena de trabajo de investigación. Aunque en un principio pueda parecer una labor vacía o una pérdida de tiempo, la preparación de materiales o la búsqueda de herramientas es muchas veces la semilla que germinará dando lugar a un ambiente propicio para fomentar el aprendizaje significativo entre nuestros alumnos.