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Según el diccionario de la RAE “segregar” significa “separar o apartar algo o a alguien de otra u otras cosas” o “separar y marginar a una persona o a un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales”. La segregación escolar hace referencia a la separación o distribución desigual del estudiantado en distintos centros en función de alguna de sus características, como puede ser su sexo, origen étnico-cultural, discapacidad, situación socioeconómica o rendimiento académico.

¿Por qué debería preocuparnos la segregación escolar? Pues porque no sólo es una práctica discriminatoria que viola el derecho de niños y niñas a una educación en igualdad, sino que tiene consecuencias a medio y largo plazo en sus trayectorias vitales: limita el desarrollo de las habilidades sociales de niños y niñas de todo tipo de entornos y reduce el bienestar emocional, el rendimiento académico y las posibilidades laborales de los niños y niñas más vulnerables.

Diversos estudios han probado que la segregación no sólo tiene consecuencias sobre el alumnado más desfavorecido, sino que daña la eficiencia total del sistema educativo. No en vano los países cuyos sistemas educativos son más inclusivos, como Finlandia o Suecia, obtienen mejores resultados en las pruebas PISA. Por todos estos motivos, una escuela segregada es una escuela ineficiente, la segregación escolar está reñida con una escuela democrática e inclusiva que pretenda promover la igualdad y la cohesión social.

Como ha denunciado Save the Children en su informe Mézclate conmigo. De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva, en España la segregación escolar ha aumentado un 13,4% entre 2006 y 2015, si bien encontramos grandes diferencias entre Comunidades Autónomas –el mayor incremento, del 35,8%, se produjo en la Comunidad de Madrid, que es la comunidad con mayor segregación escolar–. El 46,8% de los centros españoles, el 90% de los cuales son públicos, tienen una concentración alta (entre el 26% y el 50%) o muy alta (más de 50%) de alumnado de perfil socioeconómico bajo.

El 72% de los niños y niñas de nivel socioeconómico más bajo acude a este tipo de centros, en los que también suele haber una mayor presencia de alumnado con necesidades de apoyo lingüístico y con necesidades educativas especiales. Todo ello redunda en una mayor necesidad de recursos materiales y de recursos humanos, que no llegan.

¿Cuáles son las causas de la gran segregación escolar de nuestro país? Como señalan Murillo y Martínez-Garrido es un fenómeno multicausal, pero hay determinadas políticas educativas que lo favorecen: el establecimiento de un distrito único y la libre elección de centro, la publicación de rankings de centros, la creación de centros bilingües y el fomento de la educación privada, con gran peso en España, comparado con otros países de la Unión Europea.

Tal es la dimensión de la segregación escolar en nuestro país, que Naciones Unidas, el Consejo de Europa y el Comisario de los Derechos Humanos de la Unión Europea han urgido a España a revisar su sistema educativo y tomar medidas. Y, sin embargo, pese a que es una cuestión que cada vez suscita mayor atención mediática, sigue sin ser un tema central de la agenda política, ni siquiera en periodo electoral. Es hora de que los políticos revisen sus prioridades para asegurar que todos los niños y niñas tienen derecho a la educación que merecen.