La lucha contra la violencia de género ha encontrado en las nuevas tecnologías una importante aliada. Internet supone una gran fuente de información para las víctimas y su entorno; los blogs y foros se han erigido con un punto de encuentro para compartir experiencias; las redes sociales permiten un mayor acercamiento a los más jóvenes; y las aplicaciones para dispositivos móviles han dado una nueva perspectiva a este asunto por su fácil acceso y su enorme poder de difusión.

«Las TICs (Tecnología de la Información y la Comunicación) permiten ampliar la red de detección y acción, de protección de las víctimas y, sobre todo, de prevención, y además sirven de instrumento para llegar a la ciudadanía y lograr crear una red ciudadana de cooperación contra el maltrato machista», asegura Silvia Oñate, directora del Instituto Andaluz de la Mujer.

Djamil Tony Kahale, ganador del XVII Premio Leonor de Guzmán por el estudio El impacto de las Apps en la violencia de género, advierte sin embargo de que las nuevas tecnologías pueden ser un arma de doble filo: «Por una parte, son una herramienta de sensibilización eficaz, pero por otra, facilitan nuevas vías para el ejercicio de conductas violentas, como por ejemplo el ciberacoso, que supone una invasión sin consentimiento y repetida de la intimidad de la víctima».

En su estudio, que verá la luz este año, este profesor del Área de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad a Distancia de Madrid, pone de relieve el impacto que estas aplicaciones para dispositivos móviles ( smartphones y tablets) han tenido como herramientas para las propias víctimas y para las personas sensibilizadas en esta lacra social. Kahale destaca que estas aplicaciones para dispositivos móviles son útiles para la víctima de violencia de género y valora su potencial para los adolescentes, pues «las nuevas tecnologías desempeñan un papel cada vez más importante en las relaciones que establecen los jóvenes con otros chicos y chicas».

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